La intervención del Banco Central Europeo vuelve a salvar a España de la zona de alto riesgo

El Tesoro paga un interés del 7,088% para colocar 3.562 millones de bonos a diez años.- La prima de riesgo se modera tras tocar los 499 puntos básicos

Madrid, El País
La tormenta en los mercados no cesa y el Banco Central Europeo ha vuelto a tener que salir a poner orden. Tras tocar los 499 puntos básicos, la prima de riesgo española ha comenzado a relajarse hasta volver al entorno de los 460 puntos básicos (nivel en el que cerró ayer) gracias a que el BCE ha comenzado la compra de deuda de bonos españoles e italianos. Dos fuentes conocedoras de las transacciones han asegurado a Bloomberg que el organismo está adquiriendo deuda de estos dos países periféricos, aunque sin precisar la cantidad. Como ya hizo en agosto, cuando España e Italia estaban en el centro de la tormenta, el BCE ha tenido que volver a salir a comprar bonos de los países periféricos afectados para frenar la escalada del riesgo país. La diferencia es que ahora la gravedad del enfermo parece haber aumentado. La presión sobre la prima de riesgo española ha obligado al Tesoro a pagar un tipo de interés del 7,088% para colocar 3.562 millones de euros en bonos a diez años.

A tres días de las elecciones, los mercados han vuelto a poner a la deuda española en el ojo del huracán horas antes de la subasta del Tesoro y el acoso ha tardado en remitir. La prima de riesgo española, que mide el diferencial entre los intereses que deben pagarse por los bonos españoles a 10 años y el bund alemán que se toma como referencia, ha rozado los 500 puntos tras conocerse los resultados de la subasta del Tesoro. La presión sobre la deuda, ha hecho también que la rentabilidad del bono español a 10 años se haya disparado hasta rozar un 6,7% en el mercado secundario para después relajarse hasta el 6,5%. El 7% en este mercado secundario era la rentabilidad que se pagaba por los bonos griegos en el momento de su rescate.

Aunque las subastas se realizan en el mercado primario, que es donde acuden los Estados a captar financiación, este y el secundario están interconectados y los intereses se acaban trasladando entre ellos. Horas antes de la subasta, los inversores suelen vender sus títulos para así ejercer presión sobre el Estado y que este se vea obligado a elevar el interés que va a pagar por los bonos que va a subastar. Echando la vista atrás, la última vez que España comprometió un tipo superior al 6% por su deuda a 10 años en el mercado primario fue en 1997, cuando llegó a abonar un 7,26%. En tiempos de la peseta, la prima de riesgo española llegó a superar los 500 puntos básicos en abril de 1995.

En los mercados de renta variable, las principales Bolsas europeas han cerrado la sesión en números rojos. El Ibex 35 ha conseguido terminar el día con una bajada del 0,4%. El Cac francés ha registrado una caída del 1,78%, Londres se ha dejado un 1,56% y Milán ha perdido el 1,43%. El Dax alemán ha perdido un 1,07%.

Las primas de riesgos de otros países que han sufrido en los últimos días la presión de los mercados también ha tomado hoy la senda alcista. En el caso de Francia ha llegado a tocar el máximo en los 202 puntos básicos para después relajarse ligeramente. Bélgica también ha marcado récord con 319 puntos básicos. En el caso de Italia, la prima se sitúa en el entorno de los 535 puntos básicos, por encima del cierre de ayer en los 518 puntos básicos aunque por debajo de su máximo marcado en los 574.

De hecho, el interés medio que paga ahora el Estado por la deuda está en el 3,96%, aunque esta partida se ha alzado como la segunda en importancia en los presupuestos ante el incremento de la deuda pública pendiente de devolver, que está en el 63% del PIB. Además, con vistas al futuro, seguirá aumentado si no se revierte la tendencia al alza en las rentabilidades que está causando la crisis. El origen de estas subidas se encuentra en la mayor desconfianza sobre el conjunto de la eurozona y en el hecho de que la deuda española se asocia con un moderado riesgo.

España ha vuelto a repetir el titular de vender deuda a los tipos más altos en los últimos 14 años, algo que ya sucedió el martes tras una subasta de letras a un año del martes. Un titular que se veía intuyendo porque la presión sobre la deuda española no remitía y la rentabilidad pagada en el mercado secundario iba en aumento.

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