Desconfianza acelera la salida de los depósitos en dólares en Argentina
Buenos Aires, EFE
Los controles al mercado cambiario impuestos por el Gobierno argentino para frenar la fuga de capitales sembraron desconfianza entre los clientes bancarios, que retiraron masivamente depósitos en dólares por 645 millones.
Ese retiro de ahorros en divisa estadounidense se registró entre el pasado 31 de octubre, cuando se pusieron en marcha las nuevas medidas cambiarias, y el 4 de noviembre, según confirmó este viernes el Banco Central argentino en un informe en el que detalló que los depósitos en dólares bajaron a 15.389 millones, mientras que los depósitos en pesos casi no se alteraron.
"El sector corporativo casi no se movió, pero el ahorrista particular está asustado y hubo mucho retiro de dólares en estos días. La verdad es que el mercado está muy líquido de dólares, pero se está complicando hacerse del billete físico para dar a los clientes que retiran", confirmó a Efe un directivo de uno de los mayores bancos de capital extranjero que opera en Argentina.
Las medidas de mayores controles en el mercado cambiario fueron puestas en marcha pocos días después de que la presidenta argentina, Cristina Fernández, lograra su reelección por el 54 % de los votos, en un contexto de fuerte demanda de la divisa estadounidense en el mercado local.
Las adquisiciones de dólares deben ser ahora validadas por el Fisco de acuerdo con la capacidad de compra demostrada por cada inversor.
Con los controles, las compras en bancos y casas de cambio disminuyeron pero, según fuentes del sector financiero, se potenciaron en el "mercado negro" y aceleraron la salida de depósitos de los bancos fruto de la desconfianza de los inversores.
Mariano Peretti, de la consultora Maxinver, dijo a Efe que ante las nuevas medidas restrictivas "la gente sospecha que hay problemas" y sólo quiere "más dólares".
Frente a esta avidez, este viernes el Banco Central argentino flexibilizó los encajes para los depósitos bancarios en dólares para dar mayor disponibilidad de divisas a las entidades.
El Banco Central argentino se ha convertido en un actor clave en el mercado cambiario local al intervenir a diario para regular el precio del dólar.
Pero en octubre debió vender unos 2.000 millones de dólares para no dejar subir el tipo de cambio en un mes donde las compras de moneda estadounidense llegaron a los 3.800 millones, según datos de consultoras privadas.
Por el "efecto dolarización", las reservas del Banco Central van en retroceso y cerraron este viernes en 46.578 millones de dólares, un nivel que de todos modos las autoridades argentinas consideran saludable.
Para el analista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, la caída de las reservas del Banco Central tras la imposición de los nuevos controles cambiarios "ya no producto de la venta de dólares, la cual está en pausa", sino de la contracción de los depósitos en dólares del sector privado "producto de la desconfianza".
Según el experto, la dolarización por parte del sector privado responde a una lectura de que Argentina está más expuesta que en 2008 a los efectos de la crisis internacional.
Un menor crecimiento de Estados Unidos y de Brasil -principal socio de Argentina-, la crisis del euro y menores precios para los granos hacen prever para 2012 una desaceleración de las exportaciones argentinas, mayor déficit fiscal -aún cuando no sea significativo- y menor expansión económica.
Los menores márgenes de maniobra que tendría el Gobierno de Cristina Fernández incrementan la posibilidad de una devaluación del peso argentino, panorama ante el cual el sector privado busca cubrirse por anticipado comprando "billetes verdes".
"En suma, la crisis del euro y una macroeconomía local más expuesta a su desenlace aumenta la demanda de dólares en el mercado local ante la posibilidad de que el tipo de cambio sea la variable que absorba parte del impacto", señala Castiñeira en un informe.
Los controles al mercado cambiario impuestos por el Gobierno argentino para frenar la fuga de capitales sembraron desconfianza entre los clientes bancarios, que retiraron masivamente depósitos en dólares por 645 millones.
Ese retiro de ahorros en divisa estadounidense se registró entre el pasado 31 de octubre, cuando se pusieron en marcha las nuevas medidas cambiarias, y el 4 de noviembre, según confirmó este viernes el Banco Central argentino en un informe en el que detalló que los depósitos en dólares bajaron a 15.389 millones, mientras que los depósitos en pesos casi no se alteraron.
"El sector corporativo casi no se movió, pero el ahorrista particular está asustado y hubo mucho retiro de dólares en estos días. La verdad es que el mercado está muy líquido de dólares, pero se está complicando hacerse del billete físico para dar a los clientes que retiran", confirmó a Efe un directivo de uno de los mayores bancos de capital extranjero que opera en Argentina.
Las medidas de mayores controles en el mercado cambiario fueron puestas en marcha pocos días después de que la presidenta argentina, Cristina Fernández, lograra su reelección por el 54 % de los votos, en un contexto de fuerte demanda de la divisa estadounidense en el mercado local.
Las adquisiciones de dólares deben ser ahora validadas por el Fisco de acuerdo con la capacidad de compra demostrada por cada inversor.
Con los controles, las compras en bancos y casas de cambio disminuyeron pero, según fuentes del sector financiero, se potenciaron en el "mercado negro" y aceleraron la salida de depósitos de los bancos fruto de la desconfianza de los inversores.
Mariano Peretti, de la consultora Maxinver, dijo a Efe que ante las nuevas medidas restrictivas "la gente sospecha que hay problemas" y sólo quiere "más dólares".
Frente a esta avidez, este viernes el Banco Central argentino flexibilizó los encajes para los depósitos bancarios en dólares para dar mayor disponibilidad de divisas a las entidades.
El Banco Central argentino se ha convertido en un actor clave en el mercado cambiario local al intervenir a diario para regular el precio del dólar.
Pero en octubre debió vender unos 2.000 millones de dólares para no dejar subir el tipo de cambio en un mes donde las compras de moneda estadounidense llegaron a los 3.800 millones, según datos de consultoras privadas.
Por el "efecto dolarización", las reservas del Banco Central van en retroceso y cerraron este viernes en 46.578 millones de dólares, un nivel que de todos modos las autoridades argentinas consideran saludable.
Para el analista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, la caída de las reservas del Banco Central tras la imposición de los nuevos controles cambiarios "ya no producto de la venta de dólares, la cual está en pausa", sino de la contracción de los depósitos en dólares del sector privado "producto de la desconfianza".
Según el experto, la dolarización por parte del sector privado responde a una lectura de que Argentina está más expuesta que en 2008 a los efectos de la crisis internacional.
Un menor crecimiento de Estados Unidos y de Brasil -principal socio de Argentina-, la crisis del euro y menores precios para los granos hacen prever para 2012 una desaceleración de las exportaciones argentinas, mayor déficit fiscal -aún cuando no sea significativo- y menor expansión económica.
Los menores márgenes de maniobra que tendría el Gobierno de Cristina Fernández incrementan la posibilidad de una devaluación del peso argentino, panorama ante el cual el sector privado busca cubrirse por anticipado comprando "billetes verdes".
"En suma, la crisis del euro y una macroeconomía local más expuesta a su desenlace aumenta la demanda de dólares en el mercado local ante la posibilidad de que el tipo de cambio sea la variable que absorba parte del impacto", señala Castiñeira en un informe.