Analistas consideran que sólo una alianza entre Estado y sector privado puede reducir la pobreza
La Paz, Abi
Analistas económicos consideraron el miércoles, en el marco de un foro realizado en La Paz, que sólo una profunda alianza económica entre el Estado y el sector privado ayudará a luchar efectivamente contra la pobreza.
En el seminario sobre "Mercado, Economía y Desarrollo", que organizó el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), los expertos coincidieron también en que el Estado debe velar por el buen funcionamiento de los mercados, para que el sector privado se dedique a invertir, producir y generar fuentes de empleo.
El presidente del IBCE, Wilfredo Rojo, señaló que la "regla de oro", de la relación entre el Estado y los empresarios privados, es la confianza mutua y que el enemigo común es la pobreza, que "afecta a 6 de cada 10 bolivianos".
"La estrategia de desarrollo debe ser consensuada con los productores, porque solo cuando hay el convencimiento de que el enemigo común es la pobreza, entonces los esfuerzos irán en la dirección correcta para combatirla. El futuro lo estamos construyendo hoy, así como la pobreza actual es el resultado de las acciones del pasado", argumentó.
Por su parte, el reconocido economista y ex presidente del Banco Central de Bolivia, Armando Méndez Morales dijo que el rol de Estado, dentro de una economía sana, es "brindar seguridad jurídica y respeto a la propiedad privada; seguridad interna con una ecuánime administración de la justicia y la violencia; y seguridad externa, manteniendo buenas relaciones internacionales".
Señaló también, que los precios deben ser libres, para saber lo que pasa realmente en los mercados, y consideró que no deberían haber restricciones a las exportaciones.
Méndez aclaró que si bien la economía de mercado no produce igualdad entre los ciudadanos, sí disminuye drásticamente la pobreza cuando su funcionamiento es adecuado.
A su juicio, el Estado debe dejar que el mercado funcione y antes que un "Estado-empresario", debe ser "un promotor del desarrollo económico y social".
Algunas de las conclusiones de ese foro, al que asistieron más de un centenar de personas, señalan que el enemigo común de los bolivianos es la pobreza, razón por la cual, el sector público y privado deben trabajar con objetivos comunes que contribuyan a mejorar la calidad de vida de la población, generando empleos de calidad, estables y bien remunerados.
Asimismo, el foro concluye en que la inversión nacional como extranjera debe ser transparente y sincera.
También establece que el Estado debe defender el mercado interno de la competencia ilegal y desleal, como el contrabando y la informalidad en el comercio.
Además, recomienda que la intervención del Estado debe darse en áreas donde el sector privado no pueda hacerlo por el elevado volumen de inversiones.
En el seminario sobre "Mercado, Economía y Desarrollo", que organizó el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), los expertos coincidieron también en que el Estado debe velar por el buen funcionamiento de los mercados, para que el sector privado se dedique a invertir, producir y generar fuentes de empleo.
El presidente del IBCE, Wilfredo Rojo, señaló que la "regla de oro", de la relación entre el Estado y los empresarios privados, es la confianza mutua y que el enemigo común es la pobreza, que "afecta a 6 de cada 10 bolivianos".
"La estrategia de desarrollo debe ser consensuada con los productores, porque solo cuando hay el convencimiento de que el enemigo común es la pobreza, entonces los esfuerzos irán en la dirección correcta para combatirla. El futuro lo estamos construyendo hoy, así como la pobreza actual es el resultado de las acciones del pasado", argumentó.
Por su parte, el reconocido economista y ex presidente del Banco Central de Bolivia, Armando Méndez Morales dijo que el rol de Estado, dentro de una economía sana, es "brindar seguridad jurídica y respeto a la propiedad privada; seguridad interna con una ecuánime administración de la justicia y la violencia; y seguridad externa, manteniendo buenas relaciones internacionales".
Señaló también, que los precios deben ser libres, para saber lo que pasa realmente en los mercados, y consideró que no deberían haber restricciones a las exportaciones.
Méndez aclaró que si bien la economía de mercado no produce igualdad entre los ciudadanos, sí disminuye drásticamente la pobreza cuando su funcionamiento es adecuado.
A su juicio, el Estado debe dejar que el mercado funcione y antes que un "Estado-empresario", debe ser "un promotor del desarrollo económico y social".
Algunas de las conclusiones de ese foro, al que asistieron más de un centenar de personas, señalan que el enemigo común de los bolivianos es la pobreza, razón por la cual, el sector público y privado deben trabajar con objetivos comunes que contribuyan a mejorar la calidad de vida de la población, generando empleos de calidad, estables y bien remunerados.
Asimismo, el foro concluye en que la inversión nacional como extranjera debe ser transparente y sincera.
También establece que el Estado debe defender el mercado interno de la competencia ilegal y desleal, como el contrabando y la informalidad en el comercio.
Además, recomienda que la intervención del Estado debe darse en áreas donde el sector privado no pueda hacerlo por el elevado volumen de inversiones.