Sirte, uno de los últimos bastiones de Gadafi, a punto de caer
Sirte, AFP
Las fuerzas del nuevo régimen libio se aprestaban este lunes a tomar el control total de Sirte, tras apoderarse el domingo de la universidad y de un centro de conferencias de esta ciudad, uno de los últimos bastiones del derrocado coronel Muamar el Gadafi.
Este lunes por la mañana, en el frente noreste, donde el nuevo régimen controla buena parte de la fachada que da hacia el mar, una columna de decenas de combatientes del Consejo Nacional de Transición (CNT), apoyados por tanques, avanzó fácilmente hacia el sur en más o menos un kilómetro, según un periodista de la AFP en el lugar.
Sin embargo, a media jornada, intensos combates tuvieron lugar cuando los "revolucionarios" penetraban hacia el oeste y el centro de la ciudad. Avanzaban casa por casa, evitando los disparos de los francotiradores, y replicaban con lanzacohetes y armas livianas.
Al suroeste de esta ciudad simbólica, situada 360 kilómetros al este de Trípoli, no lejos del centro de conferencias de Uagadugú, las fuerzas del CNT bombardeaban las posiciones gadafistas con tanques y misiles anti-tanques, a partir de una posición sobreelevada.
"Estamos bombardeando la zona (bautizada 'sector Dólar') y enseguida iremos a pie y en nuestros camiones", declaró uno de los combatientes, Ibrahim Mletan. "Será muy sangriento cuando vayamos porque no quieren rendirse".
El domingo, las fuerzas del nuevo poder libio habían efectuado un importante avance, cuando se apoderaron en el sur de Sirte de la universidad y del Centro Uagadugú, dos importantes bastiones de los partidarios de Gadafi.
Más hacia el oeste, los combatientes del CNT también habían conseguido tomar el control de un palacio del ex 'Guía', conocido como su 'granja', y del hospital Ibn Sina, el mayor de la ciuad, según un periodista de la AFP. "Ya no era un hospital: No teníamos ni medicamentos ni oxígeno", afirmó el doctor Nabil Lamin.
Por el momento no se dispone de ningún balance completo, pero según el personal de un hospital de campaña al oeste de Sirte, 13 combatientes del CNT murieron el domingo y 90 otros resultaron heridos.
Los combates del viernes y el sábado ya habían dejado 18 muertos entre los combatientes del CNT y casi 300 heridos sólo en el frente oeste.
En Bani Walid, otro bastión de los pro-Gadafi, 170 kilómetros al sureste de Trípoli, 17 combatientes del CNT murieron y 50 resultaron heridos en los combates el domingo, declaró Salem Gheit, jefe de la central de operaciones del CNT en Trípoli.
"Nuestras fuerzas se retiraron tarde el domingo del aeropuerto (que habían tomado unas horas antes) y de posiciones conquistadas en la ciudad, pero se trata de un repliegue táctico", dijo este responsable, sin dar otras precisiones. "Recibimos refuerzos de Trípoli y de Nefusa (oeste) y vamos a retomar la ofensiva", agregó.
Desde hace más de un mes, las fuerzas del CNT, ex-rebeldes que expulsaron del poder a Muamar Gadafi, trataban de avanzar en Bani Walid, un vasto oasis de relieve accidentado, pero se enfrentaron a una resistencia encarnizada de los partidarios de Gadafi y sufrieron de una falta de coordinación y de medios logísticos.
Las fuerzas del nuevo régimen libio se aprestaban este lunes a tomar el control total de Sirte, tras apoderarse el domingo de la universidad y de un centro de conferencias de esta ciudad, uno de los últimos bastiones del derrocado coronel Muamar el Gadafi.
Este lunes por la mañana, en el frente noreste, donde el nuevo régimen controla buena parte de la fachada que da hacia el mar, una columna de decenas de combatientes del Consejo Nacional de Transición (CNT), apoyados por tanques, avanzó fácilmente hacia el sur en más o menos un kilómetro, según un periodista de la AFP en el lugar.
Sin embargo, a media jornada, intensos combates tuvieron lugar cuando los "revolucionarios" penetraban hacia el oeste y el centro de la ciudad. Avanzaban casa por casa, evitando los disparos de los francotiradores, y replicaban con lanzacohetes y armas livianas.
Al suroeste de esta ciudad simbólica, situada 360 kilómetros al este de Trípoli, no lejos del centro de conferencias de Uagadugú, las fuerzas del CNT bombardeaban las posiciones gadafistas con tanques y misiles anti-tanques, a partir de una posición sobreelevada.
"Estamos bombardeando la zona (bautizada 'sector Dólar') y enseguida iremos a pie y en nuestros camiones", declaró uno de los combatientes, Ibrahim Mletan. "Será muy sangriento cuando vayamos porque no quieren rendirse".
El domingo, las fuerzas del nuevo poder libio habían efectuado un importante avance, cuando se apoderaron en el sur de Sirte de la universidad y del Centro Uagadugú, dos importantes bastiones de los partidarios de Gadafi.
Más hacia el oeste, los combatientes del CNT también habían conseguido tomar el control de un palacio del ex 'Guía', conocido como su 'granja', y del hospital Ibn Sina, el mayor de la ciuad, según un periodista de la AFP. "Ya no era un hospital: No teníamos ni medicamentos ni oxígeno", afirmó el doctor Nabil Lamin.
Por el momento no se dispone de ningún balance completo, pero según el personal de un hospital de campaña al oeste de Sirte, 13 combatientes del CNT murieron el domingo y 90 otros resultaron heridos.
Los combates del viernes y el sábado ya habían dejado 18 muertos entre los combatientes del CNT y casi 300 heridos sólo en el frente oeste.
En Bani Walid, otro bastión de los pro-Gadafi, 170 kilómetros al sureste de Trípoli, 17 combatientes del CNT murieron y 50 resultaron heridos en los combates el domingo, declaró Salem Gheit, jefe de la central de operaciones del CNT en Trípoli.
"Nuestras fuerzas se retiraron tarde el domingo del aeropuerto (que habían tomado unas horas antes) y de posiciones conquistadas en la ciudad, pero se trata de un repliegue táctico", dijo este responsable, sin dar otras precisiones. "Recibimos refuerzos de Trípoli y de Nefusa (oeste) y vamos a retomar la ofensiva", agregó.
Desde hace más de un mes, las fuerzas del CNT, ex-rebeldes que expulsaron del poder a Muamar Gadafi, trataban de avanzar en Bani Walid, un vasto oasis de relieve accidentado, pero se enfrentaron a una resistencia encarnizada de los partidarios de Gadafi y sufrieron de una falta de coordinación y de medios logísticos.