Protestas en ciudades de Túnez por la anulación de una de las listas más votadas
La resaca de las elecciones tunecinas mantiene la tensión en Sidi Buzid, la cuna de la revuelta popular que desalojó del poder a Zine el Abidine Ben Ali. El Ejército ha respondido esta mañana con tiros al aire y gases lacrimógenos a una nueva marcha de manifestantes que pretendía atacar el cuartel general de las autoridades locales. Unos dos mil jóvenes provocaron disturbios anoche en la misma localidad tras conocerse los resultados de los comicios a la Asamblea Constituyente y la decisión de la Instancia Superior Independiente para las Elecciones (ISIE) de invalidar los escaños conquistados en seis circunscripciones electorales por la lista independiente Al Aridha (Petición Popular). El Ministerio del Interior ha impuesto un toque de queda nocturno en la ciudad que entrará en vigor a partir de las siete de la tarde (ocho de la tarde en España) y durará 10 horas.
La ISIE considera que Al Aridha —liderada por Hechmi Hamdi, empresario propietario del canal Al Mustakila, islamista en su juventud, y vinculado en el pasado al clan de Ben Ali— cometió irregularidades en la financiación de sus candidatos. Hamdi es originario de Sidi Buzid.
Agresión a la sede de Ennahda
Los jóvenes manifestantes lanzaron piedras contra los miembros de las fuerzas de seguridad, cócteles molotov hacia el Palacio de Justicia y el Ayuntamiento, después de saquear la sede local del partido Ennahda, vencedor de las elecciones del pasado domingo y que, según los resultados provisionales hechos públicos este jueves, ocupará 90 de los 217 escaños en la Asamblea Constituyente. Su líder, Rachid Ganouchi, tras conocer el recuento, ha llamado al diálogo entre todas las fuerzas políticas. "Nuestro corazones están abiertos a todos", ha manifestado Ganouchi, quien también ha instado a la calma en Sidi Buzid.
Ganouchi ha insistido en su compromiso con el desarrollo, las reformas, la libertad, la defensa de los derechos humanos y de la sociedad civil, además de con el estado de derecho y la separación de poderes. "No cambiaremos nuestros principios al pasar de nuestra posición de oposición a nuestra posición en el poder", ha manifestado ante los temores hacia el carácter religioso de su formación. El líder de Ennahda ha señalado también que en su proyecto, la mujer "tendrá un papel especial". El partido islamista ha declarado que quiere formar un gobierno de coalición en un plazo de un mes.
Sidi Buzid, ciudad desheredada donde comenzaron las revueltas populares que acabaron con al régimen del presidente Ben Ali después de que el joven Mohamed Buazizi se quemara a lo bonzo en protesta por abusos de poder, es la villa natal del promotor de las listas anuladas.
En el pueblo de Sidi Ben Aún (a 35 km de Sidi Buzid) se reprodujeron los incidentes, que aún continúan. En la localidad de Sidi Bou Zayan (suroeste), los manifestantes incendiaron un tren y bloquearon las calles con barricadas. En Sfax también hubo protestas tras el anuncio de la anulación de esa lista electoral. Por otra parte, en el centro de Túnez capital, islamistas simpatizantes de Ennahda que celebraban la victoria oficial de su partido abandonaron la zona tras ser insultados por viandantes.
Tras Ennahda, el recuento de las urnas sitúa al Consejo por la República, con 30 asientos en la Asamblea, los socialdemócratas del Forúm Democrático por el Trabajo y las Libertades (Atakatol, FDTL), con 21 cada uno, Al Aridha con 19, el Partido Democrático Progresista (PDP), que obtuvo 17 y la coalición del Polo Democrático Modernista (PDM), con cinco.