Neymar: "Para mí es un reto jugar en Europa"
Santos, AsLos medios de Brasil escupen estos días sin parar informaciones que sitúan a Neymar en el Madrid. En esa tormenta de rumores y certezas que le acorralan, el joven crack recoge el guante que le lanza AS: un reportaje con las 20 portadas en las que fue protagonista del 11 de junio al 8 de septiembre (la última suya).
Neymar aguarda nuestra llegada en la antesala de los vestuarios de la CT Rei Pelé, abarrotada por familiares y amigos de los jugadores del Santos que se resguardan de la insistente lluvia que cae fuera. Saluda con aire de hospitalidad y nos conduce a una sala anexa. Y cruzamos alguna frase intrascendente que el mismo zanja con un solo gesto: se echa la visera de la gorra hacia atrás, como queriendo decir: 'Al grano, ya estoy preparado'.
Neymar aguarda nuestra llegada en la antesala de los vestuarios de la CT Rei Pelé, abarrotada por familiares y amigos de los jugadores del Santos que se resguardan de la insistente lluvia que cae fuera. Saluda con aire de hospitalidad y nos conduce a una sala anexa. Y cruzamos alguna frase intrascendente que el mismo zanja con un solo gesto: se echa la visera de la gorra hacia atrás, como queriendo decir: 'Al grano, ya estoy preparado'.
Un tesoro.
Neymar sujeta el montón de portadas con delicadeza, como si se tratase de un tesoro. La sonrisa ha desaparecido de su cara. Tiene entre sus manos la prueba tangible de la repercusión que está teniendo en Europa, en España, donde sus grandes ídolos (Cristiano, Messi, Mourinho...) tienen en exclusividad el honor de protagonizar las primeras páginas. Sus brazos largos y fibrosos, surcados por visibles venas, pasan páginas con lentitud escrutadora. Se detiene en la del 17 de junio, cuando se reconoce en Montevideo, firmando su primera portada para AS. Y sigue pasando páginas, asistiendo a la crónica de su propio fichaje. Los intentos de Rosell por seducirle, las declaraciones de Luis Álvaro y de Ribeiro ("Es un buen hombre", dice de él). Y vuelve a pararse: "Rey de América", rezaba la primera el día que alzó la Libertadores. "Me sentí el hombre más importante del mundo". "¿Y Europa, para cuando?", preguntamos. "Es un reto para mí, pero primero quiero hacer historia en el Santos y en Brasil". "¿Y el Mundialito?", insistimos. "Sueño con que ganemos al Barça. Dios quiera que sea así". Sin saberlo, acaba de enunciar su primera misión para el Madrid.
Vuelve a detenerse: "Neymar gana una fortuna" (portada del 29 de junio). "Es mucho menos", afirma mientras señala la cifra: "6 kilos". Le aclaramos que es lo que cobra en el Santos sumando la publicidad, y su gesto se tuerce, evidenciando ser víctima de su propio malentendido: pensó que es lo que cobrará en el Madrid. Ahora entresaca una portada con letras grandes: "Neymar, vaya lío". "¿Qué significa vaya lío?", pregunta. "El que te has hecho tú con el Barça y el Madrid", bromeamos.
Despedida. Neymar nos ayuda a repartir las 20 portadas sobre el suelo. Luego, tras fotografiarse con ellas, él mismo se afana en recogerlas y meterlas en el sobre. Es evidente: quiere llevárselas. Fuera, la noche ya es cerrada y ha dejado de llover. Antes de que entre en su coche intentamos meterlo (sanamente) en un lío: "¿Nos vemos en Madrid?". Pero Neymar no sólo es rápido con los pies: "De momento, tendrán que venir a Santos...".
Neymar sujeta el montón de portadas con delicadeza, como si se tratase de un tesoro. La sonrisa ha desaparecido de su cara. Tiene entre sus manos la prueba tangible de la repercusión que está teniendo en Europa, en España, donde sus grandes ídolos (Cristiano, Messi, Mourinho...) tienen en exclusividad el honor de protagonizar las primeras páginas. Sus brazos largos y fibrosos, surcados por visibles venas, pasan páginas con lentitud escrutadora. Se detiene en la del 17 de junio, cuando se reconoce en Montevideo, firmando su primera portada para AS. Y sigue pasando páginas, asistiendo a la crónica de su propio fichaje. Los intentos de Rosell por seducirle, las declaraciones de Luis Álvaro y de Ribeiro ("Es un buen hombre", dice de él). Y vuelve a pararse: "Rey de América", rezaba la primera el día que alzó la Libertadores. "Me sentí el hombre más importante del mundo". "¿Y Europa, para cuando?", preguntamos. "Es un reto para mí, pero primero quiero hacer historia en el Santos y en Brasil". "¿Y el Mundialito?", insistimos. "Sueño con que ganemos al Barça. Dios quiera que sea así". Sin saberlo, acaba de enunciar su primera misión para el Madrid.
Vuelve a detenerse: "Neymar gana una fortuna" (portada del 29 de junio). "Es mucho menos", afirma mientras señala la cifra: "6 kilos". Le aclaramos que es lo que cobra en el Santos sumando la publicidad, y su gesto se tuerce, evidenciando ser víctima de su propio malentendido: pensó que es lo que cobrará en el Madrid. Ahora entresaca una portada con letras grandes: "Neymar, vaya lío". "¿Qué significa vaya lío?", pregunta. "El que te has hecho tú con el Barça y el Madrid", bromeamos.
Despedida. Neymar nos ayuda a repartir las 20 portadas sobre el suelo. Luego, tras fotografiarse con ellas, él mismo se afana en recogerlas y meterlas en el sobre. Es evidente: quiere llevárselas. Fuera, la noche ya es cerrada y ha dejado de llover. Antes de que entre en su coche intentamos meterlo (sanamente) en un lío: "¿Nos vemos en Madrid?". Pero Neymar no sólo es rápido con los pies: "De momento, tendrán que venir a Santos...".
