Mujeres yemeníes queman sus velos como protesta
Sana, AP
Cientos de mujeres yemeníes quemaron el miércoles sus tradicionales velos para protestar por la brutal represión del gobierno en contra del levantamiento popular del país.
En Saná, las mujeres arrojaron sus velos de cuerpo completo, conocidos como makrama, en una céntrica calle, los rociaron con petróleo y les prendieron fuego. Mientras las llamas ardían, cantaban: "¿Quién protege a las mujeres yemeníes de los crímenes de los vándalos?"
Las mujeres yemeníes han asumido una función clave en el levantamiento contra el autoritario régimen del presidente Alí Abdalá Salé que comenzó en marzo inspirado por otras revueltas en el mundo árabe.
Su papel acaparó la atención en octubre, cuando la activista yemení Tawakkul Karman recibió el Premio Nobel de la Paz, junto con dos mujeres liberianas, por su lucha a favor de los derechos de las mujeres.
Pero las protestas del miércoles no estaban relacionadas con los derechos de las mujeres o temas relacionados con los velos islámicos. Más bien, el hecho de que las mujeres quemen sus ropas es un gesto simbólico en las tribus beduinas que significa un exhorto a los hombres de la tribu, en este caso, para que dejen de atacar a los manifestantes.
Las mujeres que quemaban las prendas en la capital vestían en esos momentos los velos tradicionales, y muchas de ellas estaban cubiertas de los pies a la cabeza.
"Esta es una petición de las mujeres libres de Yemen; quemamos nuestras makramas enfrente del mundo para dar testimonio de las sangrientas masacres efectuadas por el tirano Salé", dijeron las mujeres en panfletos que repartieron durante la manifestación.
La protesta se dio mientras se intensifican los enfrentamientos entre las fuerzas de Salé y combatientes renegados que se han sumado a los manifestantes y a la oposición para exigir que renuncie el presidente.
Médicos y otros funcionarios locales dijeron que murieron 25 personas, entre civiles, combatientes tribales y soldados del gobierno, durante la noche entre martes y miércoles en Saná y en la ciudad de Taiz, a pesar de que Salé anunció el martes un cese al fuego.
Salé se ha aferrado al poder a pesar de las multitudinarias protestas casi diarias que exigen su dimisión desde hace más de ocho meses.
Cientos de mujeres yemeníes quemaron el miércoles sus tradicionales velos para protestar por la brutal represión del gobierno en contra del levantamiento popular del país.
En Saná, las mujeres arrojaron sus velos de cuerpo completo, conocidos como makrama, en una céntrica calle, los rociaron con petróleo y les prendieron fuego. Mientras las llamas ardían, cantaban: "¿Quién protege a las mujeres yemeníes de los crímenes de los vándalos?"
Las mujeres yemeníes han asumido una función clave en el levantamiento contra el autoritario régimen del presidente Alí Abdalá Salé que comenzó en marzo inspirado por otras revueltas en el mundo árabe.
Su papel acaparó la atención en octubre, cuando la activista yemení Tawakkul Karman recibió el Premio Nobel de la Paz, junto con dos mujeres liberianas, por su lucha a favor de los derechos de las mujeres.
Pero las protestas del miércoles no estaban relacionadas con los derechos de las mujeres o temas relacionados con los velos islámicos. Más bien, el hecho de que las mujeres quemen sus ropas es un gesto simbólico en las tribus beduinas que significa un exhorto a los hombres de la tribu, en este caso, para que dejen de atacar a los manifestantes.
Las mujeres que quemaban las prendas en la capital vestían en esos momentos los velos tradicionales, y muchas de ellas estaban cubiertas de los pies a la cabeza.
"Esta es una petición de las mujeres libres de Yemen; quemamos nuestras makramas enfrente del mundo para dar testimonio de las sangrientas masacres efectuadas por el tirano Salé", dijeron las mujeres en panfletos que repartieron durante la manifestación.
La protesta se dio mientras se intensifican los enfrentamientos entre las fuerzas de Salé y combatientes renegados que se han sumado a los manifestantes y a la oposición para exigir que renuncie el presidente.
Médicos y otros funcionarios locales dijeron que murieron 25 personas, entre civiles, combatientes tribales y soldados del gobierno, durante la noche entre martes y miércoles en Saná y en la ciudad de Taiz, a pesar de que Salé anunció el martes un cese al fuego.
Salé se ha aferrado al poder a pesar de las multitudinarias protestas casi diarias que exigen su dimisión desde hace más de ocho meses.