Miles de personas acuden al funeral de Troy Davis
Savannah, EP
La iglesia en la que este sábado se ha celebrado el funeral por Troy Davis no ha sido suficiente para acoger a las miles de personas que han querido darle un último adiós a quien fue ejecutado el pasado 21 de septiembre por el asesinato de un policía en 1989 a pesar de que él y sus abogados han mantenido hasta el final que era inocente y de que no hay ninguna prueba fehaciente que lo incrimine.
El oficio religioso se ha celebrado en la Iglesia Baptista de Jonesville, en la ciudad de Savannah (Georgia) con la presencia de los familiares de Davis y destacadas personalidades de la defensa de los derechos civiles.
"Troy (...) nos pidió que siguiéramos luchando hasta que su nombre quede finalmente limpio y Georgia reconozca lo que ha hecho", ha afirmado durante el acto el presidente de la histórica Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP), Benjamin Jealous. "Las últimas palabras de Troy fueron que se luchara hasta que se aboliera la pena de muerte y que esto no le vuelva a pasar nunca a nadie más", ha agregado Jealous.
Muchos de los asistentes al funeral llevaban camisetas con el lema "Yo soy Troy Davis", un caso que ha tenido repercusión mundial y ha dado un nuevo impulso a la lucha por la abolición de la pena de muerte. Una petición en Internet para que se suspendiera su ejecución por inyección letal ha logrado reunir casi un millón de firmas.
Davis, de raza negra, fue condenado a la pena capital en 1991 por el asesinato tres años antes del policía Mark MacPhail aunque finalmente siete de los nueve testigos del caso se retractaron de sus declaraciones. El policía murió tiroteado a las afueras de un restaurante Burger King de Savannah cuando intentaba ayudar a un sin techo que estaba siendo apalizado. La familia del agente cree que Davis es el culpable y ha apoyado la ejecución.
La iglesia en la que este sábado se ha celebrado el funeral por Troy Davis no ha sido suficiente para acoger a las miles de personas que han querido darle un último adiós a quien fue ejecutado el pasado 21 de septiembre por el asesinato de un policía en 1989 a pesar de que él y sus abogados han mantenido hasta el final que era inocente y de que no hay ninguna prueba fehaciente que lo incrimine.
El oficio religioso se ha celebrado en la Iglesia Baptista de Jonesville, en la ciudad de Savannah (Georgia) con la presencia de los familiares de Davis y destacadas personalidades de la defensa de los derechos civiles.
"Troy (...) nos pidió que siguiéramos luchando hasta que su nombre quede finalmente limpio y Georgia reconozca lo que ha hecho", ha afirmado durante el acto el presidente de la histórica Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP), Benjamin Jealous. "Las últimas palabras de Troy fueron que se luchara hasta que se aboliera la pena de muerte y que esto no le vuelva a pasar nunca a nadie más", ha agregado Jealous.
Muchos de los asistentes al funeral llevaban camisetas con el lema "Yo soy Troy Davis", un caso que ha tenido repercusión mundial y ha dado un nuevo impulso a la lucha por la abolición de la pena de muerte. Una petición en Internet para que se suspendiera su ejecución por inyección letal ha logrado reunir casi un millón de firmas.
Davis, de raza negra, fue condenado a la pena capital en 1991 por el asesinato tres años antes del policía Mark MacPhail aunque finalmente siete de los nueve testigos del caso se retractaron de sus declaraciones. El policía murió tiroteado a las afueras de un restaurante Burger King de Savannah cuando intentaba ayudar a un sin techo que estaba siendo apalizado. La familia del agente cree que Davis es el culpable y ha apoyado la ejecución.