Las fuertes lluvias empeoran la situación en los campos de desplazados de Haití
Jacmel, EP
Las fuertes lluvias que se produjeron este lunes en Haití con motivo de la temporada de ciclones han provocado inundaciones en las calles y carreteras y empeoran la situación en los campamentos de desplazados, donde cientos de miles de personas viven en tiendas de tela o plástico y rodeadas de basura, de forma que el agua puede contribuir a la propagación de enfermedades entre la población más vulnerable.
El director de Cáritas Diocesana de Jacmel --donde hay cinco campos de desplazados--, el padre Simon François, ha advertido de la situación en la que se deben encontrar en estos momentos los haitianos refugiados en campamentos. "Seguro que ahora están de pie para protegerse de la lluvia", ha indicado en un momento en que diluviaba.
Además, ha señalado que las inundaciones de la época de ciclones pueden afectar también a las escuelas construidas provisionalmente para dar el servicio educativo que se presta en distintos colegios que quedaron dañados por el terremoto.
El director médico de Cáritas Jacmel, Yves Derisier, ha señalado que las lluvias sumadas a la ausencia de letrinas y fosas sépticas pueden ocasionar importantes problemas de salud pública. Así, ha indicado que la falta de letrinas obliga a los haitianos a hacer sus necesidades en la calle o incluso en el patio de su propia casa, de forma que al llover, el agua arrastra todos los desechos, que van a parar a los ríos y las fuentes, de donde muchos haitianos obtienen el agua que emplean para beber y para su higiene.
"Es un problema de salud pública, culpa del Gobierno", ha aseverado, al tiempo que ha apuntado que, en estos casos, la educación es imprescindible pues "es mejor prevenir que curar" y, para ello, primero hay que enseñar a los ciudadanos a reconocer y "comprender" los problemas, por ejemplo, con el brote de cólera.
En esta línea, Derisier, que vive en Estados Unidos pero regresa cada seis meses a Jacmel, su ciudad natal, para prestar un servicio de salud, ha destacado también el problema de la falta de médicos en Haití, ya que, aunque ha señalado que hay formados muchos doctores haitianos, éstos desarrollan su carrera en países como Estados Unidos y ya no quieren volver a Haití porque "tienen miedo" a "la situación política y la inseguridad" y por las peores condiciones de trabajo. "La inseguridad es una barrera, pero yo la rompí", ha remarcado para animar a otros médicos a que regresen a su país.
Ante esta situación, agravada por el terremoto de enero de 2010, Derisier ha agradecido el "trabajo extraordinario realizado por el Gobierno español", al que ha enviado un "saludo fraternal". "Juntos podemos cambiar el mundo", ha afirmado.
Las fuertes lluvias que se produjeron este lunes en Haití con motivo de la temporada de ciclones han provocado inundaciones en las calles y carreteras y empeoran la situación en los campamentos de desplazados, donde cientos de miles de personas viven en tiendas de tela o plástico y rodeadas de basura, de forma que el agua puede contribuir a la propagación de enfermedades entre la población más vulnerable.
El director de Cáritas Diocesana de Jacmel --donde hay cinco campos de desplazados--, el padre Simon François, ha advertido de la situación en la que se deben encontrar en estos momentos los haitianos refugiados en campamentos. "Seguro que ahora están de pie para protegerse de la lluvia", ha indicado en un momento en que diluviaba.
Además, ha señalado que las inundaciones de la época de ciclones pueden afectar también a las escuelas construidas provisionalmente para dar el servicio educativo que se presta en distintos colegios que quedaron dañados por el terremoto.
El director médico de Cáritas Jacmel, Yves Derisier, ha señalado que las lluvias sumadas a la ausencia de letrinas y fosas sépticas pueden ocasionar importantes problemas de salud pública. Así, ha indicado que la falta de letrinas obliga a los haitianos a hacer sus necesidades en la calle o incluso en el patio de su propia casa, de forma que al llover, el agua arrastra todos los desechos, que van a parar a los ríos y las fuentes, de donde muchos haitianos obtienen el agua que emplean para beber y para su higiene.
"Es un problema de salud pública, culpa del Gobierno", ha aseverado, al tiempo que ha apuntado que, en estos casos, la educación es imprescindible pues "es mejor prevenir que curar" y, para ello, primero hay que enseñar a los ciudadanos a reconocer y "comprender" los problemas, por ejemplo, con el brote de cólera.
En esta línea, Derisier, que vive en Estados Unidos pero regresa cada seis meses a Jacmel, su ciudad natal, para prestar un servicio de salud, ha destacado también el problema de la falta de médicos en Haití, ya que, aunque ha señalado que hay formados muchos doctores haitianos, éstos desarrollan su carrera en países como Estados Unidos y ya no quieren volver a Haití porque "tienen miedo" a "la situación política y la inseguridad" y por las peores condiciones de trabajo. "La inseguridad es una barrera, pero yo la rompí", ha remarcado para animar a otros médicos a que regresen a su país.
Ante esta situación, agravada por el terremoto de enero de 2010, Derisier ha agradecido el "trabajo extraordinario realizado por el Gobierno español", al que ha enviado un "saludo fraternal". "Juntos podemos cambiar el mundo", ha afirmado.