Francia y Alemania se ponen al mando de los planes para salvar la Eurozona

Bruselas, AFP
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, asumieron el miércoles las negociaciones con los bancos para aumentar la quita de la deuda griega, en la cumbre europea en Bruselas que avanzaba lentamente en su busca de un acuerdo anticrisis.

Los 27 mandatarios de la Unión Europea (UE) aceptaron un acuerdo para recapitalizar a los bancos, aunque la cifra total está supeditada a la quita (pérdida) de la deuda griega que las entidades afectadas estén dispuestas a aceptar.

"Nos hemos puesto de acuerdo sobre un plan para recapitalizar a los bancos europeos", indicó el primer ministro polaco, Donald Tusk.

El acuerdo prevé además que los fondos propios duros de los bancos (capital social y beneficios en reserva) sean de un 9% del total de sus activos para el "30 de junio del 2012", frente al 5% actual, según el texto.

Para conseguirlo, "los bancos tendrán que recurrir a capital privado, incluidas las reestructuraciones y la conversión de deuda en capital", precisa el texto.

Hasta que se logre ese objetivo del 9%, "los bancos tendrán que estar sujetos a ciertas obligaciones sobre el reparto de dividendos y el pago de bonificaciones".

Para agilizar las negociaciones, Francia y Alemania decidieron tomar el toro por las astas. Sarkozy y Merkel prevén negociar personalmente con los bancos acreedores de la deuda griega para convencerlos de consentir una pérdida "de poco más de 50%", indicó una fuente gubernamental europea.

"Van a reunirse con los bancos esta noche", indicó una fuente.

Los europeos quieren reducir la deuda soberana griega desde el 160% del PIB en la actualidad, al 120% para el 2020.

La Eurozona (los 17 países que han adoptado el euro como moneda) no descarta tampoco obligar a los bancos a reducir al menos la mitad de la deuda griega, --de 350.000 millones de euros--, que asfixia a su economía, según fuentes próximas a las negociaciones.

El lobby bancario, dispuesto a asumir una pérdida del 40%, considera demasiado elevada la propuesta de los Estados.

Si bien los europeos manejan que los bancos necesitan una inyección de capital de 108.000 millones de euros, aún no han especificado cuáles serían las entidades beneficiarias ni cómo se haría la recapitalización.

Según expertos, los bancos europeos con deuda griega podrían necesitar entre 200.000 millones y 300.000 millones de euros.

Las advertencias se han multiplicado en las últimos días ante el temor de que la crisis se propague a todos los continentes sobre todo, que se incrementó ante el riesgo de que Italia se convierta en el cuarto Estado europeo en necesitar un programa de rescate (los otros tres son Grecia, Portugal e Irlanda).

El jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, llegó a Bruselas con una una carta en la que se compromete a presentar un plan de crecimiento para el 15 de noviembre, tras lograr un acuerdo in extremis con su aliado político, Liga Norte.

Entre las medidas con su principal socio de la tambaleante coalición conservadora de gobierno, se encuentra aumentar la edad de la jubilación de los 65 a los 67 años.

Bruselas ha conminado a Italia a que adopte medidas urgentes para reducir su colosal deuda de 1,9 billones de euros (cerca del 120% del PIB).

El tercer pilar del acuerdo, junto con la reducción de la deuda griega y la recapitalización de los bancos, es convertir al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) en un cortafuegos para impedir la propagación de la crisis de la deuda precisamente a países como Italia, tercera economía de la Eurozona.

Los dirigentes europeos están de acuerdo "en multiplicar" la potencia de fuego del FEEF, actualmente de 440.000 millones de euros, según el borrador del proyecto que aún deber ser aprobado en la cumbre europea.

Para reforzar este mecanismo se barajan dos opciones.

La primera prevé que el fondo garantice entre un 20% a 30% de eventuales pérdidas en los títulos de deuda emitidos por países miembros de la zona euro, con el fin de impulsar a los inversionistas a comprar deuda de economías fragilizadas. Esta opción elevaría la capacidad del fondo a un billón de euros.

La segunda sería la creación de un fondo ligado al FEEF para ofrecer esta deuda a inversores privados e incluso a países emergentes desbordantes de divisas como China, que según fuentes diplomáticas estaría de acuerdo en participar en un mecanismo de ese tipo.

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