Estados Unidos sufre uno de sus días más mortíferos en Afganistán
Un coche bomba contra un convoy militar mata a trece estadounidenses y cuatro afganos.- En otro incidente, un hombre ataviado con el uniforme del Ejército afgano acaba con la vida de tres soldados australianos
Kabul, El País
En el inicio de su retirada de Afganistán, Estados Unidos ha sufrido este sábado el ataque con más bajas en los 10 años de guerra, según fuentes de la OTAN, cuando un insurgente suicida detonó un explosivo contra un autobús blindado en Kabul, matando a trece estadounidenses, cinco militares y ocho civiles de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF), y cuatro afganos. Es, sin contar los asaltos a helicópteros, el peor ataque con bomba contra el Pentágono en los últimos años y el más grave registrado en Kabul, la capital. Se produce, además, en un año que lleva camino de convertirse en el de más bajas para EE UU desde que comenzó la guerra. En principio, el Pentágono había dicho que todos los muertos estadounidenses eran militares, pero luego matizó que se trataba de cinco soldados y ocho contratistas.
El ataque ha ocurrido en la carretera Darulman, que une la zona verde de Kabul, donde está el cuartel general de la OTAN, con el Centro de Entrenamiento Militar, donde se adiestra a las tropas afganas. Según un comunicado que los talibanes han difundido, el suicida Abdul Rahman estrelló un todoterreno, cargado con 700 kilos de explosivos, contra un modelo de autobús blindado al que los soldados se refieren como rinoceronte por su robustez. El autobús estalló a las puertas de la Universidad Americana de Kabul. Murieron todos sus ocupantes. Dos estudiantes fallecieron también por el estallido, así como otro civil y un soldado afgano.
En toda la guerra, el Pentágono ha identificado 1.819 soldados muertos en Afganistán. De ellos, 390 han fallecido en los primeros 10 meses de 2011. El año pasado, murieron 499.
El presidente afgano, Hamid Karzai, ha emitido un comunicado en el que condena el ataque, pero en el que no se refiere a las bajas norteamericanas, sino solo a los cuatro fallecidos afganos. “Los enemigos de Afganistán han cometido un ataque ruin y cobarde que ha causado el dolor en algunas familias afganas”, ha señalado. La semana entrante Karzai anunciará, en una cumbre que se celebrará en Estambul, que su Gobierno tomará el relevo de la seguridad a las tropas de la OTAN en 17 provincias, siguiendo adelante con el plan de transición a la soberanía de 2014.
También este sábado, en Kandahar, un bastión talibán, un soldado afgano ha abierto fuego contra las tropas australianas en un puesto militar de entrenamiento. Ha matado a tres soldados y a un intérprete afgano. El viernes, en la provincia de Khost, en la frontera con Pakistán, los insurgentes mataron a cuatro conductores de la OTAN en otro ataque.
En los últimos meses, sin embargo, los insurgentes han convertido a Kabul en un objetivo prioritario. Es, además, una de las primeras áreas en que las fuerzas de seguridad afganas han tomado el relevo de la OTAN. El 13 de septiembre defendieron en solitario la Embajada norteamericana de un ataque coordinado con granadas. También allí, los insurgentes asesinaron el 20 de septiembre al negociador de paz y expresidente del país Burhanuddin Rabbani.
El presidente afgano, Hamid Karzai, emitió un comunicado en el que condenó el ataque pero en el que no se refirió a las bajas norteamericanas, sino solo a los cuatro fallecidos afganos
Un grave problema para las tropas aliadas son las traiciones de soldados afganos, como el que ayer mató a los tres australianos. En el que se considera otro de los ataques más graves que ha sufrido EE UU en los 10 años de guerra, ocurrido en el mes de abril, otro soldado afgano abrió fuego contra ocho oficiales en la parte militar del aeropuerto internacional de Kabul. Esa cifra solo es comparable a un ataque de julio del año 2008 contra un puesto militar en la provincia de Kunar, en el que murieron otros nueve soldados de nacionalidad norteamericana.
Kabul, El País
En el inicio de su retirada de Afganistán, Estados Unidos ha sufrido este sábado el ataque con más bajas en los 10 años de guerra, según fuentes de la OTAN, cuando un insurgente suicida detonó un explosivo contra un autobús blindado en Kabul, matando a trece estadounidenses, cinco militares y ocho civiles de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF), y cuatro afganos. Es, sin contar los asaltos a helicópteros, el peor ataque con bomba contra el Pentágono en los últimos años y el más grave registrado en Kabul, la capital. Se produce, además, en un año que lleva camino de convertirse en el de más bajas para EE UU desde que comenzó la guerra. En principio, el Pentágono había dicho que todos los muertos estadounidenses eran militares, pero luego matizó que se trataba de cinco soldados y ocho contratistas.
El ataque ha ocurrido en la carretera Darulman, que une la zona verde de Kabul, donde está el cuartel general de la OTAN, con el Centro de Entrenamiento Militar, donde se adiestra a las tropas afganas. Según un comunicado que los talibanes han difundido, el suicida Abdul Rahman estrelló un todoterreno, cargado con 700 kilos de explosivos, contra un modelo de autobús blindado al que los soldados se refieren como rinoceronte por su robustez. El autobús estalló a las puertas de la Universidad Americana de Kabul. Murieron todos sus ocupantes. Dos estudiantes fallecieron también por el estallido, así como otro civil y un soldado afgano.
En toda la guerra, el Pentágono ha identificado 1.819 soldados muertos en Afganistán. De ellos, 390 han fallecido en los primeros 10 meses de 2011. El año pasado, murieron 499.
El presidente afgano, Hamid Karzai, ha emitido un comunicado en el que condena el ataque, pero en el que no se refiere a las bajas norteamericanas, sino solo a los cuatro fallecidos afganos. “Los enemigos de Afganistán han cometido un ataque ruin y cobarde que ha causado el dolor en algunas familias afganas”, ha señalado. La semana entrante Karzai anunciará, en una cumbre que se celebrará en Estambul, que su Gobierno tomará el relevo de la seguridad a las tropas de la OTAN en 17 provincias, siguiendo adelante con el plan de transición a la soberanía de 2014.
También este sábado, en Kandahar, un bastión talibán, un soldado afgano ha abierto fuego contra las tropas australianas en un puesto militar de entrenamiento. Ha matado a tres soldados y a un intérprete afgano. El viernes, en la provincia de Khost, en la frontera con Pakistán, los insurgentes mataron a cuatro conductores de la OTAN en otro ataque.
En los últimos meses, sin embargo, los insurgentes han convertido a Kabul en un objetivo prioritario. Es, además, una de las primeras áreas en que las fuerzas de seguridad afganas han tomado el relevo de la OTAN. El 13 de septiembre defendieron en solitario la Embajada norteamericana de un ataque coordinado con granadas. También allí, los insurgentes asesinaron el 20 de septiembre al negociador de paz y expresidente del país Burhanuddin Rabbani.
El presidente afgano, Hamid Karzai, emitió un comunicado en el que condenó el ataque pero en el que no se refirió a las bajas norteamericanas, sino solo a los cuatro fallecidos afganos
Un grave problema para las tropas aliadas son las traiciones de soldados afganos, como el que ayer mató a los tres australianos. En el que se considera otro de los ataques más graves que ha sufrido EE UU en los 10 años de guerra, ocurrido en el mes de abril, otro soldado afgano abrió fuego contra ocho oficiales en la parte militar del aeropuerto internacional de Kabul. Esa cifra solo es comparable a un ataque de julio del año 2008 contra un puesto militar en la provincia de Kunar, en el que murieron otros nueve soldados de nacionalidad norteamericana.