El 'número dos' de los Jemeres Rojos denuncia injerencias del gobierno
Phnom Penh, EP
Los abogados del antiguo 'número dos' de los Jemeres Rojos Nuon Chea han presentado este lunes una denuncia contra varios altos cargos del Gobierno camboyano por interferir, presuntamente, en las actividades del tribunal de la ONU que investiga los crímenes de los años setenta.
El equipo encargado de la defensa de Nuon Chea, de 85 años, acusa al primer ministro, Hun Sen, y a otros miembros de su gabinete de intentar bloquear la comparecencia de testigos y de impedir que nuevos casos vayan a juicio. Los abogados consideran que varios ministros tienen un "plan criminal común" cuyo objetivo es que los acusados no sean sometidos a un proceso justo.
La denuncia, presentada en el Tribunal Municipal de Phnom Penh, pone en cuestión el funcionamiento de la corte que, desde hace siete años, intenta procesar a los responsables de los Jemeres Rojos. Durante este régimen, entre 1975 y 1979, fueron asesinados alrededor de 1,7 millones de camboyanos.
El tribunal de la ONU habrá gastado para finales de año unos 150 millones de dólares y tan sólo ha dictado una sentencia, contra Kaing Guek Eav, alias 'Duch', por la muerte de más de 14.000 personas en el centro de torturas S-21. Fue condenado a una pena de 35 años de cárcel conmutada finalmente por otra de 19 años.
El juez alemán Siegfried Blunk dimitió el pasado 9 de octubre para protestar por las presuntas injerencias del primer ministro, Hun Sen, el ministro de Información, Jieu Kanharith, y el titular de Exteriores, Hor Namhong, abiertamente críticos con la apertura de nuevos procesamientos. La secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Legales, Patricia O'Brien, visitó la semana pasada Camboya e instó al Gobierno local a cesar "todo tipo de interferencia".
El portavoz gubernamental, Keo Remy, atribuyó la dimisión de Blunk a la presión de medios de comunicación occidentales y de grupos pro Derechos Humanos. Tachó de "infundadas y artificiales" las acusaciones del juez.
El juicio actual, conocido como 002, implica a Nuon Chea, considerado mano derecha del principal líder de los Jemeres Rojos, Pol Pot, al expresidente Jieu Samphan, al antiguo ministro de Exteriores Ieng Sary y a la mujer de este último, Ieng Thirith, que estaba al cargo del Ministerio de Asuntos Sociales.
La primeras comparecencias de este juicio, en el que los acusados deberán responder por crímenes de guerra y contra la Humanidad, tendrán lugar el próximo 21 de noviembre. La elevada edad y la delicada salud de los procesados ha llevado a gran parte de la sociedad camboyana a creer que los acusados morirán antes de que se dicte un veredicto.
Los abogados del antiguo 'número dos' de los Jemeres Rojos Nuon Chea han presentado este lunes una denuncia contra varios altos cargos del Gobierno camboyano por interferir, presuntamente, en las actividades del tribunal de la ONU que investiga los crímenes de los años setenta.
El equipo encargado de la defensa de Nuon Chea, de 85 años, acusa al primer ministro, Hun Sen, y a otros miembros de su gabinete de intentar bloquear la comparecencia de testigos y de impedir que nuevos casos vayan a juicio. Los abogados consideran que varios ministros tienen un "plan criminal común" cuyo objetivo es que los acusados no sean sometidos a un proceso justo.
La denuncia, presentada en el Tribunal Municipal de Phnom Penh, pone en cuestión el funcionamiento de la corte que, desde hace siete años, intenta procesar a los responsables de los Jemeres Rojos. Durante este régimen, entre 1975 y 1979, fueron asesinados alrededor de 1,7 millones de camboyanos.
El tribunal de la ONU habrá gastado para finales de año unos 150 millones de dólares y tan sólo ha dictado una sentencia, contra Kaing Guek Eav, alias 'Duch', por la muerte de más de 14.000 personas en el centro de torturas S-21. Fue condenado a una pena de 35 años de cárcel conmutada finalmente por otra de 19 años.
El juez alemán Siegfried Blunk dimitió el pasado 9 de octubre para protestar por las presuntas injerencias del primer ministro, Hun Sen, el ministro de Información, Jieu Kanharith, y el titular de Exteriores, Hor Namhong, abiertamente críticos con la apertura de nuevos procesamientos. La secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Legales, Patricia O'Brien, visitó la semana pasada Camboya e instó al Gobierno local a cesar "todo tipo de interferencia".
El portavoz gubernamental, Keo Remy, atribuyó la dimisión de Blunk a la presión de medios de comunicación occidentales y de grupos pro Derechos Humanos. Tachó de "infundadas y artificiales" las acusaciones del juez.
El juicio actual, conocido como 002, implica a Nuon Chea, considerado mano derecha del principal líder de los Jemeres Rojos, Pol Pot, al expresidente Jieu Samphan, al antiguo ministro de Exteriores Ieng Sary y a la mujer de este último, Ieng Thirith, que estaba al cargo del Ministerio de Asuntos Sociales.
La primeras comparecencias de este juicio, en el que los acusados deberán responder por crímenes de guerra y contra la Humanidad, tendrán lugar el próximo 21 de noviembre. La elevada edad y la delicada salud de los procesados ha llevado a gran parte de la sociedad camboyana a creer que los acusados morirán antes de que se dicte un veredicto.