Dos estudiosos de las políticas monetarias ganan el Nobel

Suecia, AFP
La comunidad científica acogió ayer con satisfacción la designación de Thomas J. Sargent y Christopher A. Sims como los nuevos premios Nobel de Economía del 2011. El consenso sobre el merecimiento del premio no provenía tanto de la aceptación de sus teorías económicas como por lo previsible de que algún día podrían alcanzar el reconocimiento del Banco de Suecia, el organismo que organiza --y patrocina con 10 millones de coronas, un millón de euros-- esta distinción, posterior al fallecimiento de Alfred Nobel.

Los norteamericanos Sargent (Pasadena, 1943) y Sims (Washington, 1942), que han colaborado con frecuencia, forman parte de la escuela denominada de las expectativas racionales, cuyo auge se remonta a los años 70 del siglo pasado, pero que ambos han contribuido a consolidar con nuevas formulaciones matemáticas. De esta escuela de pensamiento uno de sus más destacados representantes es Robert Lucas, de la Universidad de Chicago y premio Nobel de Economía en 1995. Sargent y Sims se doctoraron en Harvard y dan clase, respectivamente, en la Universidad de Nueva York y en Princeton.

Los dos premiados han aportado nuevos modelos para comprender los ciclos económicos a partir de la influencia mutua que pueden ejercer las decisiones de política económica y las que pueden tomar los ciudadanos, a menudo anticipándose a ellas. "En las ciencias naturales el pasado influye sobre el futuro; en las ciencias sociales, como la economía, el futuro pesa sobre lo que ya ocurre ahora, según las decisiones que se toman", explica de manera gráfica el profesor Ramon Marimon, director del Instituto Universitario Europeo, con sede en Florencia, y buen conocedor de los dos premiados. Según Marimon, Sargent y Sims han mejorado los modelos de análisis de la relación entre agentes económicos. El caso más reciente y conocido es ver cómo las personas reaccionan ante las políticas fiscales que anuncian los gobiernos en relación con el cumplimiento, o no, de las políticas monetarias como la fijación de los tipos de interés. "Los modelos econométricos de los premiados se han revelado especialmente útiles para comprender los ciclos económicos y mejorar la política de decisiones", explica Marimon, quien califica estos procesos de decisión y sus consecuencias con una expresión elocuente, la "aritmética desagradable".

En el contexto de la actual crisis, la elección de Sargent y Sims se interpreta también como una advertencia pública sobre los efectos indeseados que siguen a las decisiones de los políticos cuando los ciudadanos interpretan como no racionales y contrarias a sus intereses.

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