Breivik argumentará que pudo cometer los atentados por la deficiente seguridad
Oslo, EP
La defensa de Anders Behring Breivik, autor confeso del doble atentado perpetrado el pasado mes de julio en Oslo, intentará que su cliente no afronte más de 20 años de cárcel alegando deficiencias de seguridad en la capital noruega.
En una rueda de prensa, Geir Lippestad ha explicado la estrategia de la defensa, basada, por un lado, en las lagunas de seguridad que permitieron a Breivik cometer el atentado y, por otro, en los factores que contribuyeron a radicalizar sus ideas.
En alusión al primer tema, el letrado ha indicado que Breivik no contaba con poder aparcar un coche lleno de explosivos en el complejo gubernamental de Oslo, ni con que la Policía tardara más de una hora en llegar a la isla de Utoya. "Mi defendido todavía está asombrado", ha asegurado.
Sobre la segunda cuestión, ha indicado que en un primer momento Breivik intentó defender sus ideas de forma democrática, aunque "solo consiguió ser objeto de mofas y persecución", lo que habría provocado su radicalización.
Así, para su cliente los atentados eran la única forma de librar una guerra contra el multiculturalismo. "Los concibió como una medida cruel pero imprescindible", ha apuntado Lippestad, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias RIA Novosti.
El pasado 22 de julio, Breivik detonó un coche bomba frente a la oficina del primer ministro, acabando con la vida de ocho personas. Después se dirigió disfrazado de policía a la isla de Utoya, donde abrió fuego contra los asistentes a un campamento de las juventudes socialistas, murieron 69 personas.
Ese mismo día, Breivik fue detenido y confesó la autoría del doble atentado. Está previsto que el 14 de noviembre le sea prorrogado el arresto y que antes del 30 de noviembre se conozcan las conclusiones del informe psiquiátrico sobre el noruego.
La defensa de Anders Behring Breivik, autor confeso del doble atentado perpetrado el pasado mes de julio en Oslo, intentará que su cliente no afronte más de 20 años de cárcel alegando deficiencias de seguridad en la capital noruega.
En una rueda de prensa, Geir Lippestad ha explicado la estrategia de la defensa, basada, por un lado, en las lagunas de seguridad que permitieron a Breivik cometer el atentado y, por otro, en los factores que contribuyeron a radicalizar sus ideas.
En alusión al primer tema, el letrado ha indicado que Breivik no contaba con poder aparcar un coche lleno de explosivos en el complejo gubernamental de Oslo, ni con que la Policía tardara más de una hora en llegar a la isla de Utoya. "Mi defendido todavía está asombrado", ha asegurado.
Sobre la segunda cuestión, ha indicado que en un primer momento Breivik intentó defender sus ideas de forma democrática, aunque "solo consiguió ser objeto de mofas y persecución", lo que habría provocado su radicalización.
Así, para su cliente los atentados eran la única forma de librar una guerra contra el multiculturalismo. "Los concibió como una medida cruel pero imprescindible", ha apuntado Lippestad, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias RIA Novosti.
El pasado 22 de julio, Breivik detonó un coche bomba frente a la oficina del primer ministro, acabando con la vida de ocho personas. Después se dirigió disfrazado de policía a la isla de Utoya, donde abrió fuego contra los asistentes a un campamento de las juventudes socialistas, murieron 69 personas.
Ese mismo día, Breivik fue detenido y confesó la autoría del doble atentado. Está previsto que el 14 de noviembre le sea prorrogado el arresto y que antes del 30 de noviembre se conozcan las conclusiones del informe psiquiátrico sobre el noruego.