La OTAN ve cerca el fin de la lucha en Libia y terminará su misión "pronto"
Bruselas, EFE
La OTAN ya ve cerca el fin del conflicto en Libia y confía en terminar su misión "pronto", una vez que lo que queda de las fuerzas de Muamar el Gadafi deje de ser una "amenaza" para la población, aseguró hoy su secretario general, Anders Fogh Rasmussen.
El político danés no quiso poner una fecha a la salida de Libia, pero dejó claro que la organización no demorará más allá de lo estrictamente necesario el fin de su operación, que cuenta con un mandato que expira el próximo 27 de septiembre.
"La OTAN y nuestros socios estaremos allí mientras se nos necesite, pero ni un minuto más. Cuando determinemos que la amenaza ha terminado, pondremos fin a la operación", afirmó Rasmussen en una conferencia de prensa.
Por el momento, la Alianza continúa golpeando desde el aire los últimos focos de resistencia gadafista y en las últimas horas lanzó ataques cerca de la localidad de Sirte, la ciudad costera en la que nació el dictador, y otras zonas aún bajo control del antiguo régimen.
Según Rasmussen, "las fuerzas de Gadafi continúan siendo una amenaza para la población de Libia" y, por eso, la OTAN sigue adelante con los bombardeos, a pesar de que los rebeldes controlan ya la mayor parte del país.
"Esa es la clave de nuestro mandato de la ONU: la protección de los civiles", añadió el político danés, quien explicó que la Alianza tomará la decisión de poner fin a las operaciones en Libia tras un "examen global" político y militar de la situación en ese país.
Para la OTAN, una hipotética captura de Gadafi no constituye un "factor decisivo" para el fin de su misión, sino que lo "fundamental" será "la capacidad del Consejo Nacional de Transición (CNT) de garantizar la seguridad de la población".
Aunque los ataques aliados continúan, Rasmussen defendió hoy los intentos de los líderes rebeldes para lograr una rendición negociada de lo que queda del ejército de Gadafi y subrayó que no hay contradicción entre las dos vías.
Con el objetivo casi completado, el secretario general repasó hoy la operación aliada en Libia, de la que destacó su "precisión sin precedentes" y su éxito a la hora de degradar en cinco meses "una máquina de guerra construida durante más de 40 años".
Si la operación ha demostrado para Rasmussen "la fuerza de la OTAN", con europeos y canadienses asumiendo el liderazgo sin Estados Unidos, también ha recordado que ésta no se podría haber llevado a cabo sin algunas capacidades ofrecidas por Washington, como aviones sin tripulación, repostado en vuelo y transporte.
"Esas capacidades son vitales para todos nosotros, más socios deberían tratar de tenerlas", indicó Rasmussen, quien confió en que la próxima cumbre que la OTAN celebrará en mayo de 2012 en Chicago (EEUU) sirva para encontrar soluciones a ese "desafío".
En esa línea, volvió a defender sus propuestas para aumentar la coordinación del desarrollo militar entre los países y las inversiones conjuntas, con el fin de poder financiar esas costosas estructuras en el difícil contexto económico actual.
Respecto al futuro de Libia una vez que el conflicto se dé por cerrado, Rasmussen se mostró convencido de que el CNT será capaz de asegurar una transición a la democracia "pacífica" y "basada en el espíritu de reconciliación", con respeto a los derechos humanos y el estado de derecho.
Reiteró, además, la disposición de la OTAN a apoyar a las nuevas autoridades siempre que éstas lo soliciten, en línea con el compromiso expresado por la comunidad internacional.
En ese ámbito, y siempre a expensas de lo que decidan los libios, expresó su confianza en que la Unión Europea pueda asumir un mayor protagonismo en las tareas de reconstrucción.
La OTAN ya ve cerca el fin del conflicto en Libia y confía en terminar su misión "pronto", una vez que lo que queda de las fuerzas de Muamar el Gadafi deje de ser una "amenaza" para la población, aseguró hoy su secretario general, Anders Fogh Rasmussen.
El político danés no quiso poner una fecha a la salida de Libia, pero dejó claro que la organización no demorará más allá de lo estrictamente necesario el fin de su operación, que cuenta con un mandato que expira el próximo 27 de septiembre.
"La OTAN y nuestros socios estaremos allí mientras se nos necesite, pero ni un minuto más. Cuando determinemos que la amenaza ha terminado, pondremos fin a la operación", afirmó Rasmussen en una conferencia de prensa.
Por el momento, la Alianza continúa golpeando desde el aire los últimos focos de resistencia gadafista y en las últimas horas lanzó ataques cerca de la localidad de Sirte, la ciudad costera en la que nació el dictador, y otras zonas aún bajo control del antiguo régimen.
Según Rasmussen, "las fuerzas de Gadafi continúan siendo una amenaza para la población de Libia" y, por eso, la OTAN sigue adelante con los bombardeos, a pesar de que los rebeldes controlan ya la mayor parte del país.
"Esa es la clave de nuestro mandato de la ONU: la protección de los civiles", añadió el político danés, quien explicó que la Alianza tomará la decisión de poner fin a las operaciones en Libia tras un "examen global" político y militar de la situación en ese país.
Para la OTAN, una hipotética captura de Gadafi no constituye un "factor decisivo" para el fin de su misión, sino que lo "fundamental" será "la capacidad del Consejo Nacional de Transición (CNT) de garantizar la seguridad de la población".
Aunque los ataques aliados continúan, Rasmussen defendió hoy los intentos de los líderes rebeldes para lograr una rendición negociada de lo que queda del ejército de Gadafi y subrayó que no hay contradicción entre las dos vías.
Con el objetivo casi completado, el secretario general repasó hoy la operación aliada en Libia, de la que destacó su "precisión sin precedentes" y su éxito a la hora de degradar en cinco meses "una máquina de guerra construida durante más de 40 años".
Si la operación ha demostrado para Rasmussen "la fuerza de la OTAN", con europeos y canadienses asumiendo el liderazgo sin Estados Unidos, también ha recordado que ésta no se podría haber llevado a cabo sin algunas capacidades ofrecidas por Washington, como aviones sin tripulación, repostado en vuelo y transporte.
"Esas capacidades son vitales para todos nosotros, más socios deberían tratar de tenerlas", indicó Rasmussen, quien confió en que la próxima cumbre que la OTAN celebrará en mayo de 2012 en Chicago (EEUU) sirva para encontrar soluciones a ese "desafío".
En esa línea, volvió a defender sus propuestas para aumentar la coordinación del desarrollo militar entre los países y las inversiones conjuntas, con el fin de poder financiar esas costosas estructuras en el difícil contexto económico actual.
Respecto al futuro de Libia una vez que el conflicto se dé por cerrado, Rasmussen se mostró convencido de que el CNT será capaz de asegurar una transición a la democracia "pacífica" y "basada en el espíritu de reconciliación", con respeto a los derechos humanos y el estado de derecho.
Reiteró, además, la disposición de la OTAN a apoyar a las nuevas autoridades siempre que éstas lo soliciten, en línea con el compromiso expresado por la comunidad internacional.
En ese ámbito, y siempre a expensas de lo que decidan los libios, expresó su confianza en que la Unión Europea pueda asumir un mayor protagonismo en las tareas de reconstrucción.