La economía y Europa, dos retos para los conservadores británicos
Londres, AFP
El Partido Conservador, del primer ministro británico, David Cameron, inicia el domingo su congreso anual con una popularidad prácticamente intacta tras 16 meses de poder pero presionado por los malos resultados económicos y una escalada del euroescepticismo.
Contrariamente a los liberaldemócratas, sus socios en la coalición gubernamental, los conservadores lograron mantener sus apoyos entre la opinión pública británica.
Y eso pese a un verano desastroso, durante el cual Cameron tuvo que hacer frente primero al escándalo de las escuchas telefónicas ilegales, justificando sus vínculos con el ahora desaparecido semanario News of the World, y luego a los peores disturbios en más de 30 años.
Sin contar un plan de ajuste especialmente severo que incluye drásticos recortes en todos los apartados del gasto público.
Cuando el déficit público sigue batiendo récords y el crecimiento se ha frenado, Cameron y su ministro de Economía, George Osborne, están sometidos a una presión creciente para que flexibilicen su política y favorezcan la reactivación.
"Hay obviamente mucha preocupación sobre la economía y la gente sabe que estamos en un momento nefasto", dijo Tim Montgomerie, redactor jefe de ConservativeHome, un influyente portal de internet conservador. "Lo que la gente quiere de los dirigentes de los partidos es una fuerte sensación de saber hacia donde van. Hay una expectación de que algo debe acelerarse en materia de política económica", dijo.
La crisis de la deuda en la eurozona contribuye por otra parte a despertar a los euroescépticos, abriendo una antigua brecha en el partido.
Unos diputados conservadores pidieron recientemente a Cameron que organizara un referéndum sobre las relaciones del Reino Unido con la Unión Europea, pero el primer ministro se mantiene firme en el rechazo de esta idea.
En cuanto a su ministro de Relaciones Exteriores, William Hague, estima que el Reino Unido, más allá de su no participación en la Eurozona, debería distender sus vínculos con la UE y recuperar algunas prerrogativas. Pero reconoce también que ese cambio no podrá llevarse a cabo mientras gobiernen en coalición con los 'LibDem', pro europeos.
Pero en el congreso que se inaugura el domingo en Manchester (norte de Inglaterra), el tema clave será la economía, y el discurso de Osborne el lunes es tan esperado como el de Cameron el miércoles.
"Si le preguntan a un miembro del partido si está satisfecho con la posición de los 'Tories' sobre Europa o la inmigración o lo que sea, responderá que no. Pero dirá también que si la coalición restablece la situación económica, perdonará lo que no se ha hecho en otros ámbitos", comentó Tim Montgomerie.
Tim Bale, profesor de política de la Universidad de Sussex, considera que el primer ministro está en una posición bastante favorable, y que a eso contribuye la falta de credibilidad que padece el líder del Partido Laboristas, Ed Miliband.
Aunque los opositores laboristas dominaban los sondeos desde octubre, los conservadores aparecieron nuevamente en cabeza en una encuesta ComRes publicada el domingo, con el 37% de la intención de voto contra el 36%.
El Partido Conservador, del primer ministro británico, David Cameron, inicia el domingo su congreso anual con una popularidad prácticamente intacta tras 16 meses de poder pero presionado por los malos resultados económicos y una escalada del euroescepticismo.
Contrariamente a los liberaldemócratas, sus socios en la coalición gubernamental, los conservadores lograron mantener sus apoyos entre la opinión pública británica.
Y eso pese a un verano desastroso, durante el cual Cameron tuvo que hacer frente primero al escándalo de las escuchas telefónicas ilegales, justificando sus vínculos con el ahora desaparecido semanario News of the World, y luego a los peores disturbios en más de 30 años.
Sin contar un plan de ajuste especialmente severo que incluye drásticos recortes en todos los apartados del gasto público.
Cuando el déficit público sigue batiendo récords y el crecimiento se ha frenado, Cameron y su ministro de Economía, George Osborne, están sometidos a una presión creciente para que flexibilicen su política y favorezcan la reactivación.
"Hay obviamente mucha preocupación sobre la economía y la gente sabe que estamos en un momento nefasto", dijo Tim Montgomerie, redactor jefe de ConservativeHome, un influyente portal de internet conservador. "Lo que la gente quiere de los dirigentes de los partidos es una fuerte sensación de saber hacia donde van. Hay una expectación de que algo debe acelerarse en materia de política económica", dijo.
La crisis de la deuda en la eurozona contribuye por otra parte a despertar a los euroescépticos, abriendo una antigua brecha en el partido.
Unos diputados conservadores pidieron recientemente a Cameron que organizara un referéndum sobre las relaciones del Reino Unido con la Unión Europea, pero el primer ministro se mantiene firme en el rechazo de esta idea.
En cuanto a su ministro de Relaciones Exteriores, William Hague, estima que el Reino Unido, más allá de su no participación en la Eurozona, debería distender sus vínculos con la UE y recuperar algunas prerrogativas. Pero reconoce también que ese cambio no podrá llevarse a cabo mientras gobiernen en coalición con los 'LibDem', pro europeos.
Pero en el congreso que se inaugura el domingo en Manchester (norte de Inglaterra), el tema clave será la economía, y el discurso de Osborne el lunes es tan esperado como el de Cameron el miércoles.
"Si le preguntan a un miembro del partido si está satisfecho con la posición de los 'Tories' sobre Europa o la inmigración o lo que sea, responderá que no. Pero dirá también que si la coalición restablece la situación económica, perdonará lo que no se ha hecho en otros ámbitos", comentó Tim Montgomerie.
Tim Bale, profesor de política de la Universidad de Sussex, considera que el primer ministro está en una posición bastante favorable, y que a eso contribuye la falta de credibilidad que padece el líder del Partido Laboristas, Ed Miliband.
Aunque los opositores laboristas dominaban los sondeos desde octubre, los conservadores aparecieron nuevamente en cabeza en una encuesta ComRes publicada el domingo, con el 37% de la intención de voto contra el 36%.