La carta secreta de Trichet a Berlusconi
El 'Corriere della Sera' revela la misiva del presidente del BCE al Gobierno italiano en la que exigió una reforma constitucional como la aprobada en España a cambio de ayudarle en el mercado de deuda
Madrid, El País
La decisión del Banco Central Europeo de reactivar a principios de agosto su programa de compra de bonos para ayudar a los países del euro bajo presión tuvo y tiene un coste financiero para las arcas del instituto emisor, y un precio político para el Gobierno italiano de Silvio Berlusconi, que tuvo que modificar sobre la marcha sus planes para reducir el déficit. El organismo presidido por Jean-Claude Trichet envió tres días antes de volver a sacar la chequera una carta al Ejecutivo de Roma reclamándole "medidas urgentes" para reforzar su compromiso con la sostenibilidad fiscal.
Según la misiva, que hoy publica de forma íntegra el diario italiano Corriere della Sera, esta vuelta de tuerca a los ajustes y reformas planteadas por Italia, entre las que destaca la exigencia de reformar la Constitución para introducir una norma automática contra el déficit similar a la que se aprobó en el Parlamento español, era "esencial para restaurar la confianza de los inversores". Este paso resultaba imprescindible para que el BCE acudiese en auxilio del país transalpino, que en agosto pasó a ser el país del euro con más posibilidades de ser el siguiente rescatado. Y también en ayuda de España, que aunque cedió su puesto en el centro de la diana a Italia seguía sufriendo la presión en contra de su deuda.
De hecho, el instituto emisor también envió una carta similar al Gobierno español, según fuentes del BCE, aunque el Ejecutivo ha eludido hablar de ello y su contenido sigue siendo desconocido.
Las exigencias del banco central se dividen en dos grandes apartados. En el primero recomienda actuaciones para potenciar el crecimiento, como liberalizar servicios públicos, reformar la negociación colectiva para adaptar las condiciones laborales a las necesidades de cada empresa y un "examen minucioso" del modelo de contratación y despido con la consecuente reforma. De estas peticiones, Roma ya ha modificado la ley para acelerar las liberalizaciones y tiene listo un borrador para actualizar el mercado laboral que está presentando a los agentes sociales.
La segunda parte de la carta se centra en pedir "medidas inmediatas y enérgicas para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas". "Consideramos esencial adelantar las medidas adoptadas en julio de 2011 por lo menos un año", avisa la institución presidida por Trichet, que justifica su premura en la necesidad de llegar al equilibrio fiscal antes de lo previsto, en 2013. Para lograr un ahorro ya en 2012 asegura que es posible intervenir más en el sistema de pensiones, en concreto endureciendo los requisitos para acceder a la prestación y equiparando la edad de retiro de las mujeres del sector privado a la de las funcionarias.
El BCE también insta al Ejecutivo de Berlusconi a plantearse una reducción de los salarios de los funcionarios con el objetivo de obtener una "reducción significativa" de los gastos en el personal público. Asimismo, recomienda poner el foco sobre las cuentas de los Gobiernos regionales, epígrafe en el que no descarta la supresión de las provincias que ha llegado a anunciar el primer ministro.
En cuanto a la reforma de la Constitución, el banco central europeo reclama introducir una cláusula automática para limitar el déficit. Con esta norma, "los posibles desvíos en los objetivos de déficit se compensarán automáticamente con cortes horizontales en los gastos discrecionales", añade la misiva.
"En vista de la gravedad de la situación del mercado financiero actual, consideramos fundamental que todas las acciones -planteadas por el BCE- se adopten lo antes posible a través de decretos-ley, seguidas de su ratificación parlamentaria. Una reforma constitucional que endurezca las reglas fiscales también sería apropiada", asegura la carta, firmada por el propio Trichet y el gobernador del Banco de Italia y quien será el sucesor del político francés al frente del instituto emisor, Mario Draghi. "Confiamos en que el Gobierno tomará todas las medidas apropiadas", concluye el texto.
Desde que el BCE volvió a comprar deuda de los países del euro bajo presión en los mercados secundarios el 8 de agosto ha adquirido bonos por 84.000 millones de euros, principalmente de Italia y, en menor medida, de España. Gracias a esta intervención, la prima de riesgo, que es el indicador que mejor refleja la confianza en las finanzas de un país y que se establece a partir del sobreprecio exigido a sus títulos de deuda a 10 años frente a los alemanes, de referencia, ha bajado de los más de 400 puntos básicos que marcó el mismo 8 de agosto a los 370 puntos básicos para Italia y a 315 en el caso de España. La mejora, sin embargo, se ha visto acelerada esta última semana ante las expectativas de que la UE no dejará caer a Grecia.
Madrid, El País
La decisión del Banco Central Europeo de reactivar a principios de agosto su programa de compra de bonos para ayudar a los países del euro bajo presión tuvo y tiene un coste financiero para las arcas del instituto emisor, y un precio político para el Gobierno italiano de Silvio Berlusconi, que tuvo que modificar sobre la marcha sus planes para reducir el déficit. El organismo presidido por Jean-Claude Trichet envió tres días antes de volver a sacar la chequera una carta al Ejecutivo de Roma reclamándole "medidas urgentes" para reforzar su compromiso con la sostenibilidad fiscal.
Según la misiva, que hoy publica de forma íntegra el diario italiano Corriere della Sera, esta vuelta de tuerca a los ajustes y reformas planteadas por Italia, entre las que destaca la exigencia de reformar la Constitución para introducir una norma automática contra el déficit similar a la que se aprobó en el Parlamento español, era "esencial para restaurar la confianza de los inversores". Este paso resultaba imprescindible para que el BCE acudiese en auxilio del país transalpino, que en agosto pasó a ser el país del euro con más posibilidades de ser el siguiente rescatado. Y también en ayuda de España, que aunque cedió su puesto en el centro de la diana a Italia seguía sufriendo la presión en contra de su deuda.
De hecho, el instituto emisor también envió una carta similar al Gobierno español, según fuentes del BCE, aunque el Ejecutivo ha eludido hablar de ello y su contenido sigue siendo desconocido.
Las exigencias del banco central se dividen en dos grandes apartados. En el primero recomienda actuaciones para potenciar el crecimiento, como liberalizar servicios públicos, reformar la negociación colectiva para adaptar las condiciones laborales a las necesidades de cada empresa y un "examen minucioso" del modelo de contratación y despido con la consecuente reforma. De estas peticiones, Roma ya ha modificado la ley para acelerar las liberalizaciones y tiene listo un borrador para actualizar el mercado laboral que está presentando a los agentes sociales.
La segunda parte de la carta se centra en pedir "medidas inmediatas y enérgicas para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas". "Consideramos esencial adelantar las medidas adoptadas en julio de 2011 por lo menos un año", avisa la institución presidida por Trichet, que justifica su premura en la necesidad de llegar al equilibrio fiscal antes de lo previsto, en 2013. Para lograr un ahorro ya en 2012 asegura que es posible intervenir más en el sistema de pensiones, en concreto endureciendo los requisitos para acceder a la prestación y equiparando la edad de retiro de las mujeres del sector privado a la de las funcionarias.
El BCE también insta al Ejecutivo de Berlusconi a plantearse una reducción de los salarios de los funcionarios con el objetivo de obtener una "reducción significativa" de los gastos en el personal público. Asimismo, recomienda poner el foco sobre las cuentas de los Gobiernos regionales, epígrafe en el que no descarta la supresión de las provincias que ha llegado a anunciar el primer ministro.
En cuanto a la reforma de la Constitución, el banco central europeo reclama introducir una cláusula automática para limitar el déficit. Con esta norma, "los posibles desvíos en los objetivos de déficit se compensarán automáticamente con cortes horizontales en los gastos discrecionales", añade la misiva.
"En vista de la gravedad de la situación del mercado financiero actual, consideramos fundamental que todas las acciones -planteadas por el BCE- se adopten lo antes posible a través de decretos-ley, seguidas de su ratificación parlamentaria. Una reforma constitucional que endurezca las reglas fiscales también sería apropiada", asegura la carta, firmada por el propio Trichet y el gobernador del Banco de Italia y quien será el sucesor del político francés al frente del instituto emisor, Mario Draghi. "Confiamos en que el Gobierno tomará todas las medidas apropiadas", concluye el texto.
Desde que el BCE volvió a comprar deuda de los países del euro bajo presión en los mercados secundarios el 8 de agosto ha adquirido bonos por 84.000 millones de euros, principalmente de Italia y, en menor medida, de España. Gracias a esta intervención, la prima de riesgo, que es el indicador que mejor refleja la confianza en las finanzas de un país y que se establece a partir del sobreprecio exigido a sus títulos de deuda a 10 años frente a los alemanes, de referencia, ha bajado de los más de 400 puntos básicos que marcó el mismo 8 de agosto a los 370 puntos básicos para Italia y a 315 en el caso de España. La mejora, sin embargo, se ha visto acelerada esta última semana ante las expectativas de que la UE no dejará caer a Grecia.