El paro y la recesión se ceban con Grecia
La tasa de desempleo escala al 16,3% en un clima de rápido deterioro
Atenas, El PaísAdemás de ser líderes en déficit, deuda y en la capacidad de generar problemas susceptibles de extenderse al resto del continente, Grecia se ha convertido en el segundo país de Europa con una mayor tasa de paro, siempre por detrás de España. La agencia estadística helena anunció ayer que el 16,3% de la población activa está desempleada. En España, este porcentaje roza el 21%.
No preocupa solo que esta cifra haya llegado a un nivel tan alto, sino el rápido deterioro del mercado laboral en un país que hace tres años rondaba un porcentaje de paro del 7%. Los economistas prevén que el número de parados, que ha aumentado un 36% en el último año, vaya a seguir creciendo durante los próximos meses. Y desconocen hasta dónde y hasta cuándo.
"Los datos oficiales son muy preocupantes. Pero la realidad es aún peor. Porque según nuestros cálculos, a la estadística del Gobierno habría que sumarle unos cinco puntos. Muchas personas que trabajan un día al mes o reciben encargos específicos cuentan como si fueran empleados, y en realidad no lo son. Estimo que el porcentaje real rondará el 22%, y el año que viene va a ser mucho peor", señala Sabas Rovolis, director del Instituto de Empleo, organismo dependiente del sindicato del sector privado GSEE.
Aunque el paro golpea a toda la sociedad, son las mujeres y los jóvenes -y especialmente las mujeres jóvenes- los que se llevan la peor parte. El paro entre los mayores de 15 y menores de 30 roza ya el 30%, y en el caso de las jóvenes supera el 38%.
Pero los 810.000 desempleados no son el único problema de este país con 11 millones de habitantes. La clase media está cada vez más agobiada por una presión fiscal que se ha convertido en insoportable. En los cafés de Atenas, muchas conversaciones giran estos días en torno al impuesto solidario de hasta el 4% de los ingresos brutos anuales, sobre la nueva tasa que gravará la vivienda en propiedad o sobre tantos otros nuevos gravámenes.
Y los jóvenes oscilan entre la perspectiva del desempleo o de unos trabajos pésimamente pagados. Es el caso de Christos Ntalis, un joven de 18 años que trabaja en una tienda de relojes en el centro de Atenas 60 horas a la semana por 420 euros al mes, dinero que "por supuesto" recibe en negro. Ntalis no se queja demasiado. Considera que esta crisis terminará algún día -"aunque con los políticos que tenemos, seguramente pasará mucho tiempo hasta que eso ocurra"- y asegura que si ve que la situación no mejora se marchará a Inglaterra a buscarse la vida.
El ministro de Finanzas dio ayer en el Parlamento argumentos para que este joven vaya haciendo las maletas. Evangelos Venizelos anticipó que el país seguirá en recesión en 2012 por cuarto año consecutivo. El Gobierno ya admite abiertamente que la salida del túnel no se producirá el próximo año, como preveía hasta ahora.
Además, el producto interior bruto caerá este año un 5%, y no el 3,8% pronosticado. La economía helena no es solo la que más cae de Europa y la que crea parados a mayor ritmo, también está entre las que experimentan una menor subida de los precios, lo que pone de manifiesto el parón que sufre la demanda interna del país. La agencia estadística europea anunció ayer que la tasa de inflación griega quedó el pasado mes de agosto en 1,4%, tan solo por encima de Irlanda y Eslovenia.
Tras abandonar el país hace dos semanas debido a los incumplimientos de las medidas de austeridad por parte del Gobierno, los inspectores de la troika -Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo- regresarán a Atenas el próximo lunes. Allí está previsto que hagan un dictamen favorable sobre el ritmo de las reformas, tras la aprobación del nuevo impuesto sobre viviendas y la retirada de una paga a los altos funcionarios. Con este paso, los técnicos europeos desbloquearán el pago de los 8.000 millones de euros correspondientes al último tramo del primer plan de rescate, dinero que Grecia necesita urgentemente para pagar sueldos públicos y pensiones.
Precisamente desde Atenas habló ayer el enviado de la Comisión Europea para Grecia, Horst Reichenbach. "Estamos aquí para ayudar, no para controlar", aseguró el alemán, que reconoció no tener "recetas mágicas" con las que curar al enfermo griego. Los trabajos de la Comisión se centran en asegurarse de que el Gobierno heleno ponga en marcha herramientas para mejorar la recaudación fiscal, informatizar la Administración pública y reformar el sistema sanitario.
Los responsables comunitarios tratan de vencer las resistencias que encuentran en gran parte de la sociedad griega para poner en marcha las medidas reformistas. Ayer, un día más, el centro de Atenas era un gran caos por las protestas, que habían paralizado el corazón de la ciudad, la plaza Sintagma.
Atenas, El PaísAdemás de ser líderes en déficit, deuda y en la capacidad de generar problemas susceptibles de extenderse al resto del continente, Grecia se ha convertido en el segundo país de Europa con una mayor tasa de paro, siempre por detrás de España. La agencia estadística helena anunció ayer que el 16,3% de la población activa está desempleada. En España, este porcentaje roza el 21%.
No preocupa solo que esta cifra haya llegado a un nivel tan alto, sino el rápido deterioro del mercado laboral en un país que hace tres años rondaba un porcentaje de paro del 7%. Los economistas prevén que el número de parados, que ha aumentado un 36% en el último año, vaya a seguir creciendo durante los próximos meses. Y desconocen hasta dónde y hasta cuándo.
"Los datos oficiales son muy preocupantes. Pero la realidad es aún peor. Porque según nuestros cálculos, a la estadística del Gobierno habría que sumarle unos cinco puntos. Muchas personas que trabajan un día al mes o reciben encargos específicos cuentan como si fueran empleados, y en realidad no lo son. Estimo que el porcentaje real rondará el 22%, y el año que viene va a ser mucho peor", señala Sabas Rovolis, director del Instituto de Empleo, organismo dependiente del sindicato del sector privado GSEE.
Aunque el paro golpea a toda la sociedad, son las mujeres y los jóvenes -y especialmente las mujeres jóvenes- los que se llevan la peor parte. El paro entre los mayores de 15 y menores de 30 roza ya el 30%, y en el caso de las jóvenes supera el 38%.
Pero los 810.000 desempleados no son el único problema de este país con 11 millones de habitantes. La clase media está cada vez más agobiada por una presión fiscal que se ha convertido en insoportable. En los cafés de Atenas, muchas conversaciones giran estos días en torno al impuesto solidario de hasta el 4% de los ingresos brutos anuales, sobre la nueva tasa que gravará la vivienda en propiedad o sobre tantos otros nuevos gravámenes.
Y los jóvenes oscilan entre la perspectiva del desempleo o de unos trabajos pésimamente pagados. Es el caso de Christos Ntalis, un joven de 18 años que trabaja en una tienda de relojes en el centro de Atenas 60 horas a la semana por 420 euros al mes, dinero que "por supuesto" recibe en negro. Ntalis no se queja demasiado. Considera que esta crisis terminará algún día -"aunque con los políticos que tenemos, seguramente pasará mucho tiempo hasta que eso ocurra"- y asegura que si ve que la situación no mejora se marchará a Inglaterra a buscarse la vida.
El ministro de Finanzas dio ayer en el Parlamento argumentos para que este joven vaya haciendo las maletas. Evangelos Venizelos anticipó que el país seguirá en recesión en 2012 por cuarto año consecutivo. El Gobierno ya admite abiertamente que la salida del túnel no se producirá el próximo año, como preveía hasta ahora.
Además, el producto interior bruto caerá este año un 5%, y no el 3,8% pronosticado. La economía helena no es solo la que más cae de Europa y la que crea parados a mayor ritmo, también está entre las que experimentan una menor subida de los precios, lo que pone de manifiesto el parón que sufre la demanda interna del país. La agencia estadística europea anunció ayer que la tasa de inflación griega quedó el pasado mes de agosto en 1,4%, tan solo por encima de Irlanda y Eslovenia.
Tras abandonar el país hace dos semanas debido a los incumplimientos de las medidas de austeridad por parte del Gobierno, los inspectores de la troika -Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo- regresarán a Atenas el próximo lunes. Allí está previsto que hagan un dictamen favorable sobre el ritmo de las reformas, tras la aprobación del nuevo impuesto sobre viviendas y la retirada de una paga a los altos funcionarios. Con este paso, los técnicos europeos desbloquearán el pago de los 8.000 millones de euros correspondientes al último tramo del primer plan de rescate, dinero que Grecia necesita urgentemente para pagar sueldos públicos y pensiones.
Precisamente desde Atenas habló ayer el enviado de la Comisión Europea para Grecia, Horst Reichenbach. "Estamos aquí para ayudar, no para controlar", aseguró el alemán, que reconoció no tener "recetas mágicas" con las que curar al enfermo griego. Los trabajos de la Comisión se centran en asegurarse de que el Gobierno heleno ponga en marcha herramientas para mejorar la recaudación fiscal, informatizar la Administración pública y reformar el sistema sanitario.
Los responsables comunitarios tratan de vencer las resistencias que encuentran en gran parte de la sociedad griega para poner en marcha las medidas reformistas. Ayer, un día más, el centro de Atenas era un gran caos por las protestas, que habían paralizado el corazón de la ciudad, la plaza Sintagma.