Combatientes libios incursionan en bastiones de Gadafi
Sirte, AP
Los partidarios de Moamar Gadafi opusieron el viernes una tenaz resistencia a una ofensiva concertada para desalojarlos de dos de sus últimos reductos y obligaron a los revolucionarios a replegarse en las montañas.
La ciudad natal de Gadafi fue escenario de un enfrentamiento urbano con francotiradores apostados en mezquitas y armas pesadas en las avenidas principales.
La enérgica defensa y poder de fuego de los partidarios del líder depuesto sugieren que los nuevos gobernantes de Libia podrían tener dificultades para deshacerse de los últimos bastiones del régimen.
En el enclave montañoso de Bani Walid, a unos 140 kilómetros (90 millas) al sudeste de Trípoli, las fuerzas revolucionarias se replegaron después de un día intenso de lucha que no logró desalojar a los francotiradores y artilleros de posiciones estratégicas.
En Sirte, sobre las costas del Mediterráneo, los leales a Gadafi lanzaron una lluvia de disparos desde minaretes y rascacielos a los combatientes que avanzaban desde el oeste, mientras en las calles los dos bandos se enfrentaban con ametralladoras pesadas y cohetes lanzagranadas.
"Los partidarios de Gadafi tienen muchas armas", se quejó Maab Fatel, un combatiente de 28 años en Bani Walid. "Esta batalla es realmente encarnizada". Su uniforme estaba salpicado de sangre por haber trasladado a un camarada herido. Mientras tanto los dos bandos luchaban con morteros y cohetes en los extremos de un valle desértico de 450 metros (500 yardas) llamado Wadi Zeitoun que divide la ciudad en norte y sur.
El doctor Ihab Agha, un médico de campaña, dijo que por lo menos cinco rebeldes murieron y más de 20 resultaron heridos, incluso uno a quien tuvieron que amputarle ambas piernas.
Las dos ofensivas parecieron un intento coordinado por liquidar la resistencia de los gadafistas, que todavía ocupan una franja de territorio en la costa central hasta los desiertos del sur, más de tres semanas después que los revolucionarios entraron en Trípoli y pusieron a Gadafi en fuga. Se desconoce todavía su paradero y el de varios de sus hijos.
Una radiodifusora de Bani Walid partidaria del régimen exhortó a los seguidores del ex líder a luchar hasta el fin.
Los ataques se efectuaron en momentos en que poderosos líderes occidentales y del mundo musulmán exhortan a los ex revolucionarios a seguir adelante con su esfuerzo.
El primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan participó en las oraciones del viernes en el corazón de Trípoli, un día después que los gobernantes de Francia y Gran Bretaña viajaron a Libia en un esfuerzo de la comunidad internacional por dar legitimidad al nuevo gobierno y empezar a reconstruir el país, pese a la persistente lucha contra los leales a Gadafi, que está prófugo.
Los partidarios de Moamar Gadafi opusieron el viernes una tenaz resistencia a una ofensiva concertada para desalojarlos de dos de sus últimos reductos y obligaron a los revolucionarios a replegarse en las montañas.
La ciudad natal de Gadafi fue escenario de un enfrentamiento urbano con francotiradores apostados en mezquitas y armas pesadas en las avenidas principales.
La enérgica defensa y poder de fuego de los partidarios del líder depuesto sugieren que los nuevos gobernantes de Libia podrían tener dificultades para deshacerse de los últimos bastiones del régimen.
En el enclave montañoso de Bani Walid, a unos 140 kilómetros (90 millas) al sudeste de Trípoli, las fuerzas revolucionarias se replegaron después de un día intenso de lucha que no logró desalojar a los francotiradores y artilleros de posiciones estratégicas.
En Sirte, sobre las costas del Mediterráneo, los leales a Gadafi lanzaron una lluvia de disparos desde minaretes y rascacielos a los combatientes que avanzaban desde el oeste, mientras en las calles los dos bandos se enfrentaban con ametralladoras pesadas y cohetes lanzagranadas.
"Los partidarios de Gadafi tienen muchas armas", se quejó Maab Fatel, un combatiente de 28 años en Bani Walid. "Esta batalla es realmente encarnizada". Su uniforme estaba salpicado de sangre por haber trasladado a un camarada herido. Mientras tanto los dos bandos luchaban con morteros y cohetes en los extremos de un valle desértico de 450 metros (500 yardas) llamado Wadi Zeitoun que divide la ciudad en norte y sur.
El doctor Ihab Agha, un médico de campaña, dijo que por lo menos cinco rebeldes murieron y más de 20 resultaron heridos, incluso uno a quien tuvieron que amputarle ambas piernas.
Las dos ofensivas parecieron un intento coordinado por liquidar la resistencia de los gadafistas, que todavía ocupan una franja de territorio en la costa central hasta los desiertos del sur, más de tres semanas después que los revolucionarios entraron en Trípoli y pusieron a Gadafi en fuga. Se desconoce todavía su paradero y el de varios de sus hijos.
Una radiodifusora de Bani Walid partidaria del régimen exhortó a los seguidores del ex líder a luchar hasta el fin.
Los ataques se efectuaron en momentos en que poderosos líderes occidentales y del mundo musulmán exhortan a los ex revolucionarios a seguir adelante con su esfuerzo.
El primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan participó en las oraciones del viernes en el corazón de Trípoli, un día después que los gobernantes de Francia y Gran Bretaña viajaron a Libia en un esfuerzo de la comunidad internacional por dar legitimidad al nuevo gobierno y empezar a reconstruir el país, pese a la persistente lucha contra los leales a Gadafi, que está prófugo.