Cientos de personas protestan en Kabul por el asesinato del expresidente Rabbani
Kabul, EP
Cientos de manifestantes se congregaron en Kabul prometiendo venganza por el asesinato del expresidente Burhanuddin Rabbani la semana pasada y acusando a la poderosa agencia de espionaje paquistaní de participar en su muerte.
Bajo fuertes medidas de seguridad, las protestas transcurrieron sin incidentes, pero los manifestantes mostraban su ira portando grandes carteles de Rabbani, el principal negociador por la paz del Gobierno, y gritando "muerte a Pakistán, muerte a los talibán".
Los afganos culpan a la cúpula militar de la Dirección de los Servicios de Inteligencia de Pakistán (ISI) de estar involucrada en el asesinato de Rabbani, y la acusan de connivencia con los talibán para desestabilizar Afganistán y descarrilar un incipiente proceso de paz.
"El ISI y los talibán están detrás de las muertes de nuestros líderes, incluyendo el asesinato del profesor Rabbani", aseguró un estudiante universitario, Ahmad Tameem, de 26 años. "Buscaremos venganza y queremos que nuestro Gobierno rompa relaciones con Pakistán", añadió Tameem, sujetando en alto un cartel de Rabbani.
Rabbani fue asesinado el martes pasado en su casa por un terrorista suicida. La Dirección Nacional de Seguridad de Afganistán (NDS) dijo el pasado lunes que había detenido a una figura clave en el asesinato y sugirió que la cúpula de los talibán, más conocida como la Shura de Quetta, podría estar involucrada. La NDS señaló que recomendaría este martes al presidente, Hamid Karzai, llevar la investigación más allá de las fronteras afganas, donde creen que fue tramado el asesinato. La NDS no dio más detalles.
La protesta fue organizada por Amrullah Saleh, el antiguo jefe de la NDS, quien dimitió el año pasado en protesta ante los esfuerzos gubernamentales para negociar con los talibán, algo que él consideró un escándalo.
El pasado viernes, durante el funeral de Rabbani, se produjeron escenas de tensión cuando decenas de partidarios gritaron a Karzai y su Gobierno y le acusaron de no hacer frente a la insurgencia ni prevenir el asesinato del expresidente.
Cientos de manifestantes se congregaron en Kabul prometiendo venganza por el asesinato del expresidente Burhanuddin Rabbani la semana pasada y acusando a la poderosa agencia de espionaje paquistaní de participar en su muerte.
Bajo fuertes medidas de seguridad, las protestas transcurrieron sin incidentes, pero los manifestantes mostraban su ira portando grandes carteles de Rabbani, el principal negociador por la paz del Gobierno, y gritando "muerte a Pakistán, muerte a los talibán".
Los afganos culpan a la cúpula militar de la Dirección de los Servicios de Inteligencia de Pakistán (ISI) de estar involucrada en el asesinato de Rabbani, y la acusan de connivencia con los talibán para desestabilizar Afganistán y descarrilar un incipiente proceso de paz.
"El ISI y los talibán están detrás de las muertes de nuestros líderes, incluyendo el asesinato del profesor Rabbani", aseguró un estudiante universitario, Ahmad Tameem, de 26 años. "Buscaremos venganza y queremos que nuestro Gobierno rompa relaciones con Pakistán", añadió Tameem, sujetando en alto un cartel de Rabbani.
Rabbani fue asesinado el martes pasado en su casa por un terrorista suicida. La Dirección Nacional de Seguridad de Afganistán (NDS) dijo el pasado lunes que había detenido a una figura clave en el asesinato y sugirió que la cúpula de los talibán, más conocida como la Shura de Quetta, podría estar involucrada. La NDS señaló que recomendaría este martes al presidente, Hamid Karzai, llevar la investigación más allá de las fronteras afganas, donde creen que fue tramado el asesinato. La NDS no dio más detalles.
La protesta fue organizada por Amrullah Saleh, el antiguo jefe de la NDS, quien dimitió el año pasado en protesta ante los esfuerzos gubernamentales para negociar con los talibán, algo que él consideró un escándalo.
El pasado viernes, durante el funeral de Rabbani, se produjeron escenas de tensión cuando decenas de partidarios gritaron a Karzai y su Gobierno y le acusaron de no hacer frente a la insurgencia ni prevenir el asesinato del expresidente.