Bolivia: indígenas aliados de Morales quieren bloquear a los que marchan

SAN BORJA, Bolivia, Agencias
Cientos de nativos que marchan desde hace varios días contra una vía que el gobierno boliviano construye dicen no temer a otros indígenas, aliados del presidente Evo Morales, que les saldrán al paso para intentar frenar su protesta.
Han llegado a esta ciudad -unos 400 km al noreste de La Paz- tras recorrer 230 kilómetros en 17 días desde la ciudad amazónica de Trinidad de un total de 600 km que piensan recorrer hasta llegar a la sede de gobierno.
Pero si ha sido duro el tramo recorrido, lo más complejo está por venir: grupos indígenas y sindicales afines al presidente Morales organizan acciones para contrarrestar la protesta de estos nativos.

En el poblado de Yucumo, a 50 km de San Borja, campesinos han iniciado el miércoles un corte de rutas para evitar que pasen los marchistas, constató un periodista de AFP.

La ministra de Autonomía, Claudia Peña, justificó en La Paz este movimiento señalando que "el bloqueo de Yucumo es exigiendo diálogo, necesitamos diálogo".

"El gobierno está organizando grupos de choque, para enfrentar a campesinos contra campesinos", dijo a la AFP, Fernando Vargas, líder indígena del TIPNIS y uno de los líderes de los manifestantes.

"no tenemos miedo porque estamos en una marcha pacífica", asegura.

"Ya estamos por los 2.000 indígenas que marchan; empezamos 600, hasta hace dos días éramos 1.725 pero se han ido sumando de 50, 70 y 100 personas", dice a la AFP el líder de los nativos Adolfo Chávez.

"Estamos cansados pero con la moral alta", dice mientras va vigilando el avance.

Este jueves, indígenas de arco y flecha se sumaron a la marcha durante un tramo recorrido con una temperatura de unos 30 grados centígrados, que es bien soportado por ancianos y niños que allí caminan.

En San Borja, de unos 40.000 habitantes, los nativos fueron recibidos con aplausos y vítores. Marchan en fila, con banderas bolivianas (rojo, amarillo y verde) y flamean varias con una flor de patujú, emblemática del Amazonas.

"Hemos salido contentos a dar la bienvenida a los marchistas por el sacrificio que están haciendo", dice Rosmery Rocha, ama de casa de 50 años, con una bandera verde y blanca en la mano, los colores del departamento de Beni, que agita sin cesar.

El gobierno esperaba abrir en San Borja el diálogo y ha enviado en al menos cuatro oportunidades ministros para dialogar con los manifestantes aunque éstos insisten en que su veto a la carretera es inamovible.

"Ya lo hemos dicho varias veces, no queremos que se construya la carretera", recuerda Chávez.

"Queremos que el Gobierno nos escuche, nunca hemos dicho que estamos en contra del diálogo", señala durante el cabildo organizado en la Plaza de Armas de San Borja, ante miles de personas, adonde han llegado cansados, jadeantes y sedientos. Este jueves han recorrido unos 20 km.

Los nativos alertan sobre los daños ecológicos que causará la carretera en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), en el centro del país, de un millón de hectáreas, rico en flora y fauna, y donde habitan varios pueblos indígenas desde tiempos ancestrales.

El Gobierno quiere convencer a los aborígenes de aceptar la carretera, cuya primera fase está ya en construcción, a cargo de la empresa brasileña OAS, aunque aún no llegó al territorio indígena.

En San Borja "estaremos dos días" a la espera del diálogo, dice Chávez, aunque el gobierno ha dicho con antelación que no puede negociar en medio de todos lo caminantes por la presión indebida que eso supone.

La marcha ha empezado a generar reacciones en el resto del país. Indígenas del oriente del país cerraron el lunes la ruta hacia Argentina en solidaridad con los marchantes.

En el otro sentido campesinos y cocaleros en la ciudad de Cochabamba, en el centro del país y bastión político del presidente Morales, organizan para el sábado un cabildo callejero para mostrarle al gobierno que están de acuerdo con la vía.

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