Abierto un juicio en Italia por el terremoto de 2009 en L'Aquila
Roma, AFP
La justicia italiana abrió este lunes un juicio contra siete personas, la mayoría científicos acusados de homicidio involuntario tras haber subestimado los riegos del terremoto que devastó en abril de 2009 la ciudad de L'Aquila, en el centro de la península.
Entre los acusados figuran los miembros de la comisión 'grandes riesgos', que se habían reunido el 31 de marzo del 2009, seis días antes del terremoto que provocó 300 muertos en esa ciudad, arrasó el centro histórico y dejó más de 80.000 damnificados.
La justicia considera que las autoridades científicas divulgaron informaciones tranquilizadoras a la población, que en caso contrario hubiera podido tomar medidas para protegerse.
El ex presidente del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, profesor Enzo Boschi, uno de los mayores expertos de Italia, figura entre los acusados junto con Claudio Eva, profesor de Física de la Universidad de Génova.
"Es un juicio que se basa en principios frágiles, no se puede procesar a la ciencia", aseguró a AFP Alfredo Biondi, abogado del profesor Eva.
El abogado calificó de "insensata" la acusación, ya que denuncia a los expertos por "no haber previsto" el peligro y haber subestimado los datos.
"Espero que con el juicio las autoridades cambien de mentalidad e informen mejor sobre los riesgos", declaró por su parte Vincenzo Vittorini, médico de la asociación '309 Mártires', quien perdió a su esposa y a su hija en el seísmo.
Los inculpados deben responder de "negligencia e imprudencia" por haber evaluado de manera "genérica, ineficaz y aproximativa" la actividad sísmica que precedió el gran terremoto.
Más de 400 temblores sacudieron la región durante cuatro meses, pese a ello las autoridades no tomaron medidas específicas y se limitaron a advertir que los terremotos no se pueden pronosticar.
La comisión recomendó que se respeten las medidas antisísmicas y no se lanzaron campañas para informar a la población sobre cómo reaccionar en caso de temblor.
El derrumbe de importantes edificios públicos, como la prefectura de L'Aquila, así como del hospital y varias escuelas, demostró que se habían edificado sin aplicar las normativas antisísmicas.
El 6 de abril del 2009 a las 03H32 (01H32 GMT), un violento terremoto de magnitud 6,3 sacudió L'Aquila provocando la muerte de 309 personas, además de destrozar importantes monumentos medievales.
La justicia italiana abrió este lunes un juicio contra siete personas, la mayoría científicos acusados de homicidio involuntario tras haber subestimado los riegos del terremoto que devastó en abril de 2009 la ciudad de L'Aquila, en el centro de la península.
Entre los acusados figuran los miembros de la comisión 'grandes riesgos', que se habían reunido el 31 de marzo del 2009, seis días antes del terremoto que provocó 300 muertos en esa ciudad, arrasó el centro histórico y dejó más de 80.000 damnificados.
La justicia considera que las autoridades científicas divulgaron informaciones tranquilizadoras a la población, que en caso contrario hubiera podido tomar medidas para protegerse.
El ex presidente del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, profesor Enzo Boschi, uno de los mayores expertos de Italia, figura entre los acusados junto con Claudio Eva, profesor de Física de la Universidad de Génova.
"Es un juicio que se basa en principios frágiles, no se puede procesar a la ciencia", aseguró a AFP Alfredo Biondi, abogado del profesor Eva.
El abogado calificó de "insensata" la acusación, ya que denuncia a los expertos por "no haber previsto" el peligro y haber subestimado los datos.
"Espero que con el juicio las autoridades cambien de mentalidad e informen mejor sobre los riesgos", declaró por su parte Vincenzo Vittorini, médico de la asociación '309 Mártires', quien perdió a su esposa y a su hija en el seísmo.
Los inculpados deben responder de "negligencia e imprudencia" por haber evaluado de manera "genérica, ineficaz y aproximativa" la actividad sísmica que precedió el gran terremoto.
Más de 400 temblores sacudieron la región durante cuatro meses, pese a ello las autoridades no tomaron medidas específicas y se limitaron a advertir que los terremotos no se pueden pronosticar.
La comisión recomendó que se respeten las medidas antisísmicas y no se lanzaron campañas para informar a la población sobre cómo reaccionar en caso de temblor.
El derrumbe de importantes edificios públicos, como la prefectura de L'Aquila, así como del hospital y varias escuelas, demostró que se habían edificado sin aplicar las normativas antisísmicas.
El 6 de abril del 2009 a las 03H32 (01H32 GMT), un violento terremoto de magnitud 6,3 sacudió L'Aquila provocando la muerte de 309 personas, además de destrozar importantes monumentos medievales.