Los sótanos de torturas convertidos en un museo para recobrar la memoria

La Paz, Abi
Los sótanos de torturas utilizados por las dictaduras de los años 60, 70 y 80 y que fueron descubiertos el 2009 en el Ministerio de Gobierno, se convirtieron en un museo para recobrar la memoria de esa nefasta época, donde los presos políticos fueron torturados y hasta asesinados.

En medio del llanto de los sobrevivientes de la dictadura del hoy fallecido ex dictador y ex presidente Hugo Banzer Suárez (1971-1978 y 2000-2001), quienes fueron vejados, abusados y humillados en estas "celdas de tortura", el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, inauguró el museo de la memoria histórica.

"Una democracia que no se sustenta, que no está enraizada o fundamentada en la memoria histórica, está condenada al fracaso", exteriorizó Llorenti, acompañado de los ministros de Minería y Cultura, José Pimentel y Elizabeth Salguero, y activistas de los derechos humanos y de la Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación (ASOFAMD).

Participó en el evento el ex ministro de Gobierno, Alfredo Rada, quien tuvo la iniciativa de instalar este museo, para "rendir homenaje a los mártires que entregaron su vida por una Bolivia con dignidad y soberanía, pero también a quienes han vivido y sobrevivido esos momentos, el testimonio de agradecimiento por su consecuencia", según dijo.

Entre los presos políticos que cayeron en estos sótanos ocultos y en otros ambientes están los bolivianos Víctor Guerra (El Pelado Ortega), Loyola Guzmán, algunos extranjeros y otros perseguidos por gobiernos de facto como el viceministro de Régimen Interior y Policía, Marcos Farfán, y el ex senador del Movimiento al Socialismo (MAS), Antonio Peredo.

En un recorrido por el museo, Farfán, quien fue torturado con la denominada "picana eléctrica?, comentó que "hace décadas en estos lugares oscuros y fríos fueron detenidos bolivianos que luchaban por la democracia y los cambios y transformaciones sociales".

Indicó que en cada uno de estos sitios existen pruebas de torturas y de víctimas que fueron enterradas o tapiadas.

En esos predios se construyeron tabiques a manera de paredes para disimular las puertas que en la época de la dictadura eran rejas de las celdas que albergaban a los luchadores por la democracia.

En uno de los sótanos estaba Víctor Adán Cortez, quién no pudo contener el llanto al llegar al sitio donde fue torturado al ser detenido por los esbirros de la dictadura de Banzer Suárez.

Sollozando dijo a la ABI, "el 71 he caído aquí, era un domingo cuando Banzer y sus cómplices nos arrastraron y trajeron aquí desde la universidad para recluirnos posteriormente en un centro de Achocalla".

Teresa Subieta relató que "en febrero de 1976, unos 10 universitarios fuimos apresados por paramilitares en Villa San Antonio para impedir que nos organizáramos y combatiéramos el autoritarismo encumbrado por el poder que había conculcado la autonomía universitaria, junto a las libertades y derechos democráticos del pueblo bolivianos".

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