Los alrededores de Fukushima no serán habitables en décadas
Japón confirma que hay zonas con una radiactividad 25 veces superior a la permitida en el área de exclusión - Naoto Kan y su gabinete dimitirán el martes
Tokio, El País
Algunas zonas alrededor de la central nuclear de Fukushima 1 permanecerán cerradas durante "mucho tiempo" y sus habitantes no podrán regresar a ellas, según ha confirmado esta semana el Gobierno japonés. La planta resultó gravemente dañada por el terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo, y desde entonces no ha dejado de emitir radiactividad. Dentro del área de exclusión de 20 kilómetros en torno a la central, de la que se evacuó a 30.000 personas, se han detectado zonas con unos índices 25 veces por encima del límite de seguridad, según un informe oficial del Ejecutivo de Naoto Kan, que el próximo martes dimitirá en bloque por la gestión de la peor crisis nuclear que vive el mundo desde Chernóbil en 1986.
"No podemos negar la posibilidad de que algunos residentes quizás no puedan volver a sus hogares en mucho tiempo a pesar de nuestros esfuerzos. Pido profundas disculpas por ello", dijo Yukio Edano, portavoz del Gobierno, informa France Press. Su anuncio se produce tras la publicación de un informe del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que ha encontrado lugares con una radiación equivalente a más 500 milisievert por año -el nivel estándar de seguridad es de 20 milisievert anuales- dentro del área de 20 kilómetros. 15 de los 50 puntos controlados dieron radiación superior a 100 milisievert al año. El ministerio realizó las proyecciones de radiactividad acumulada en 365 días, bajo la hipótesis de que un vecino permanecería ocho horas al día en el exterior y 16 horas en el interior de una casa de madera.
Edano afirmó que aún no se ha decidido qué lugares permanecerán vetados a los residentes a largo plazo. La decisión será tomada en función de los controles llevados a cabo y los trabajos de descontaminación. El diario Yomiuri habla de un área vedada de tres kilómetros alrededor de la central "durante décadas" y, citando fuentes oficiales, afirma que las autoridades están considerando comprar suelo a los vecinos desalojados para utilizarlo como almacén de residuos radiactivos, entre ellos, escombros y lodo resultante del proceso de descontaminación del agua de la planta. Tokio estudia también dar ayuda adicional a los evacuados, incluidas viviendas a largo plazo en lugar de las casas prefabricadas que está construyendo en la actualidad.
El Gobierno y Tokyo Electric Power (Tepco), la compañía propietaria de la planta, afirman que las fugas de radiación han disminuido de forma espectacular desde el accidente y que planean iniciar las tareas de descontaminación en el área de exclusión el mes que viene. Las partículas acumuladas durante este tiempo en edificios, árboles y el suelo suponen una amenaza para la salud.
Tepco aseguró el fin de semana pasado que la temperatura en el reactor número 1 se encuentra por debajo de 100 grados centígrados, uno de los pasos necesarios para lograr el objetivo de llevar los reactores a parada fría -estado en el que el uranio en el núcleo ya no puede hacer hervir el agua utilizada como refrigerante- para enero. Antes, se debe reducir la temperatura en otros dos y estabilizarla en todos ellos. El seísmo y el maremoto desactivaron los sistemas de refrigeración de la central y desencadenaron la fusión de tres de sus seis reactores y varias explosiones. Fukushima 1 está 240 kilómetros al norte de Tokio.
La gestión del desastre ha sido muy criticada por los japoneses, lo que ha precipitado la salida el primer ministro, Naoto Kan, quien ayer confirmó que él y su Gabinete dimitirán en bloque el próximo martes, después de la prevista aprobación parlamentaria, este viernes, de una nueva ley para promover el uso de las energías renovables y de la elección de su sustituto a la cabeza del Partido Democrático, el lunes.
Mientras tanto, el reactor número 7 de la central de Kashiwazaki Kariwa, en la prefectura de Niigata, ha sido detenido para labores rutinarias de mantenimiento. La parada, teóricamente de tres meses, deja a Tepco solo con dos reactores en funcionamiento de los 17 que opera en diferentes plantas atómicas, y eleva el número de los paralizados en todo Japón a 40 de un total de 54. El gobernador de Niigata ha advertido que ni siquiera analizará la posibilidad de arrancar las instalaciones detenidas hasta que haya concluido la investigación sobre la catástrofe de Fukushima. El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, que se encuentra de viaje en Asia, visitó ayer la zona devastada por el tsunami.
Tokio, El País
Algunas zonas alrededor de la central nuclear de Fukushima 1 permanecerán cerradas durante "mucho tiempo" y sus habitantes no podrán regresar a ellas, según ha confirmado esta semana el Gobierno japonés. La planta resultó gravemente dañada por el terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo, y desde entonces no ha dejado de emitir radiactividad. Dentro del área de exclusión de 20 kilómetros en torno a la central, de la que se evacuó a 30.000 personas, se han detectado zonas con unos índices 25 veces por encima del límite de seguridad, según un informe oficial del Ejecutivo de Naoto Kan, que el próximo martes dimitirá en bloque por la gestión de la peor crisis nuclear que vive el mundo desde Chernóbil en 1986.
"No podemos negar la posibilidad de que algunos residentes quizás no puedan volver a sus hogares en mucho tiempo a pesar de nuestros esfuerzos. Pido profundas disculpas por ello", dijo Yukio Edano, portavoz del Gobierno, informa France Press. Su anuncio se produce tras la publicación de un informe del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que ha encontrado lugares con una radiación equivalente a más 500 milisievert por año -el nivel estándar de seguridad es de 20 milisievert anuales- dentro del área de 20 kilómetros. 15 de los 50 puntos controlados dieron radiación superior a 100 milisievert al año. El ministerio realizó las proyecciones de radiactividad acumulada en 365 días, bajo la hipótesis de que un vecino permanecería ocho horas al día en el exterior y 16 horas en el interior de una casa de madera.
Edano afirmó que aún no se ha decidido qué lugares permanecerán vetados a los residentes a largo plazo. La decisión será tomada en función de los controles llevados a cabo y los trabajos de descontaminación. El diario Yomiuri habla de un área vedada de tres kilómetros alrededor de la central "durante décadas" y, citando fuentes oficiales, afirma que las autoridades están considerando comprar suelo a los vecinos desalojados para utilizarlo como almacén de residuos radiactivos, entre ellos, escombros y lodo resultante del proceso de descontaminación del agua de la planta. Tokio estudia también dar ayuda adicional a los evacuados, incluidas viviendas a largo plazo en lugar de las casas prefabricadas que está construyendo en la actualidad.
El Gobierno y Tokyo Electric Power (Tepco), la compañía propietaria de la planta, afirman que las fugas de radiación han disminuido de forma espectacular desde el accidente y que planean iniciar las tareas de descontaminación en el área de exclusión el mes que viene. Las partículas acumuladas durante este tiempo en edificios, árboles y el suelo suponen una amenaza para la salud.
Tepco aseguró el fin de semana pasado que la temperatura en el reactor número 1 se encuentra por debajo de 100 grados centígrados, uno de los pasos necesarios para lograr el objetivo de llevar los reactores a parada fría -estado en el que el uranio en el núcleo ya no puede hacer hervir el agua utilizada como refrigerante- para enero. Antes, se debe reducir la temperatura en otros dos y estabilizarla en todos ellos. El seísmo y el maremoto desactivaron los sistemas de refrigeración de la central y desencadenaron la fusión de tres de sus seis reactores y varias explosiones. Fukushima 1 está 240 kilómetros al norte de Tokio.
La gestión del desastre ha sido muy criticada por los japoneses, lo que ha precipitado la salida el primer ministro, Naoto Kan, quien ayer confirmó que él y su Gabinete dimitirán en bloque el próximo martes, después de la prevista aprobación parlamentaria, este viernes, de una nueva ley para promover el uso de las energías renovables y de la elección de su sustituto a la cabeza del Partido Democrático, el lunes.
Mientras tanto, el reactor número 7 de la central de Kashiwazaki Kariwa, en la prefectura de Niigata, ha sido detenido para labores rutinarias de mantenimiento. La parada, teóricamente de tres meses, deja a Tepco solo con dos reactores en funcionamiento de los 17 que opera en diferentes plantas atómicas, y eleva el número de los paralizados en todo Japón a 40 de un total de 54. El gobernador de Niigata ha advertido que ni siquiera analizará la posibilidad de arrancar las instalaciones detenidas hasta que haya concluido la investigación sobre la catástrofe de Fukushima. El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, que se encuentra de viaje en Asia, visitó ayer la zona devastada por el tsunami.