Limpiar el delta del Níger costará 706 millones y 30 años
La ONU acusa a la petrolera Shell de la fuerte contaminación de la zona
Londres, El País
La publicación el jueves de un informe de Naciones Unidas que responsabiliza a la petrolera angloholandesa Shell de los gravísimos problemas de contaminación del reino de Ogoniland, en Nigeria, no ha acabado con la controversia. El trabajo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, en sus siglas en inglés) ha sido recibido como un informe histórico que refleja 50 años de contaminación en el delta del Níger. Concluye que se tardará más de 30 años en limpiar las zonas contaminadas, advierte que antes de empezar a hacerlo hay que acabar con todas las fuentes de nuevos focos de contaminación y recomienda la constitución de un fondo de restauración para Ogoniland con una dotación inicial de 1.000 millones de dólares (706 millones de euros) y la creación de una autoridad local para controlar el proceso.
Mientras para los representantes de la población local "las estanterías están llenas de informes" y Shell ha aprovechado este para ganar tiempo, a juicio de la petrolera estatal nigeriana NNPC, socio local de Shell, no hay nada nuevo en este documento.
Quizá lo más llamativo es que los problemas de contaminación persisten a pesar de que Shell dejó de extraer petróleo en Ogoniland a principios de los años noventa. Pero, por un lado, gran parte de los desastres ecológicos causados en lugares subterráneos nunca se han limpiado y, por otro, aún ahora se sigue contaminando por el pillaje que se da en las estructuras que Shell dejó en la zona.
El informe pone de relieve que al menos 10 comunidades ogonis consumen agua altamente contaminada por hidrocarburos que ponen muy en riesgo su salud. Y cita el caso de una comunidad, Nisisioken Ogale, en el oeste de Ogoniland, donde la contaminación por benceno, una sustancia cancerígena, es 900 veces superior a los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud. La zona está cerca de un oleoducto de la NNPC.
Según el programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la compañía explotadora Shell Petroleum Development Company (una empresa conjunta de Shell y NNPC) ha creado problemas de seguridad y de salud pública por no controlar de forma adecuada los restos de su infraestructura petrolera, con efectos desastrosos para la vegetación, la pesca y el agua, tanto en superficie como subterránea. Por ejemplo, la concentración de hidrocarburos en agua subterránea alcanza el millón de microgramos por litro a pesar de que la legislación nigeriana sólo acepta 600 microgramos. El problema se debe muchas veces a que aún no se han limpiado bolsas de petróleo de escapes que ocurrieron hace varios decenios.
Aunque la contaminación ha diezmado los caladeros de pesca, el informe asegura que, a pesar de los temores de la población local, el consumo de pescado no es peligroso.
Pese a la contundencia del texto y las acusaciones directas contra Shell, el Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP) ha tildado el informe de enjuague y de campaña de relaciones públicas de Shell, que ha corrido con gran parte de los gastos del documento y que asumió sus responsabilidades un día antes de la publicación oficial del texto de Naciones Unidas. Fundado por el activista Ken Saro-Wiwa, el MOSOP fue el motor de la campaña que obligó a Shell a detener las extracciones en la zona. Saro-Wiwa fue ahorcado en 1995 por el Gobierno nigeriano, provocando una reacción internacional de condena.
La petrolera NNPC tampoco está satisfecha con el informe. "¿Hay algo nuevo?", se preguntó ayer un portavoz de la compañía citado por Reuters. "No es cuestión de pagar, porque ya hemos limpiado todos los escapes", añadió, a pesar de que el informe subraya que esa limpieza ha ocurrido en la superficie pero no en las zonas subterráneas.
Londres, El País
La publicación el jueves de un informe de Naciones Unidas que responsabiliza a la petrolera angloholandesa Shell de los gravísimos problemas de contaminación del reino de Ogoniland, en Nigeria, no ha acabado con la controversia. El trabajo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, en sus siglas en inglés) ha sido recibido como un informe histórico que refleja 50 años de contaminación en el delta del Níger. Concluye que se tardará más de 30 años en limpiar las zonas contaminadas, advierte que antes de empezar a hacerlo hay que acabar con todas las fuentes de nuevos focos de contaminación y recomienda la constitución de un fondo de restauración para Ogoniland con una dotación inicial de 1.000 millones de dólares (706 millones de euros) y la creación de una autoridad local para controlar el proceso.
Mientras para los representantes de la población local "las estanterías están llenas de informes" y Shell ha aprovechado este para ganar tiempo, a juicio de la petrolera estatal nigeriana NNPC, socio local de Shell, no hay nada nuevo en este documento.
Quizá lo más llamativo es que los problemas de contaminación persisten a pesar de que Shell dejó de extraer petróleo en Ogoniland a principios de los años noventa. Pero, por un lado, gran parte de los desastres ecológicos causados en lugares subterráneos nunca se han limpiado y, por otro, aún ahora se sigue contaminando por el pillaje que se da en las estructuras que Shell dejó en la zona.
El informe pone de relieve que al menos 10 comunidades ogonis consumen agua altamente contaminada por hidrocarburos que ponen muy en riesgo su salud. Y cita el caso de una comunidad, Nisisioken Ogale, en el oeste de Ogoniland, donde la contaminación por benceno, una sustancia cancerígena, es 900 veces superior a los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud. La zona está cerca de un oleoducto de la NNPC.
Según el programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la compañía explotadora Shell Petroleum Development Company (una empresa conjunta de Shell y NNPC) ha creado problemas de seguridad y de salud pública por no controlar de forma adecuada los restos de su infraestructura petrolera, con efectos desastrosos para la vegetación, la pesca y el agua, tanto en superficie como subterránea. Por ejemplo, la concentración de hidrocarburos en agua subterránea alcanza el millón de microgramos por litro a pesar de que la legislación nigeriana sólo acepta 600 microgramos. El problema se debe muchas veces a que aún no se han limpiado bolsas de petróleo de escapes que ocurrieron hace varios decenios.
Aunque la contaminación ha diezmado los caladeros de pesca, el informe asegura que, a pesar de los temores de la población local, el consumo de pescado no es peligroso.
Pese a la contundencia del texto y las acusaciones directas contra Shell, el Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP) ha tildado el informe de enjuague y de campaña de relaciones públicas de Shell, que ha corrido con gran parte de los gastos del documento y que asumió sus responsabilidades un día antes de la publicación oficial del texto de Naciones Unidas. Fundado por el activista Ken Saro-Wiwa, el MOSOP fue el motor de la campaña que obligó a Shell a detener las extracciones en la zona. Saro-Wiwa fue ahorcado en 1995 por el Gobierno nigeriano, provocando una reacción internacional de condena.
La petrolera NNPC tampoco está satisfecha con el informe. "¿Hay algo nuevo?", se preguntó ayer un portavoz de la compañía citado por Reuters. "No es cuestión de pagar, porque ya hemos limpiado todos los escapes", añadió, a pesar de que el informe subraya que esa limpieza ha ocurrido en la superficie pero no en las zonas subterráneas.