El choque entre Obama y el Tea Party en Iowa abre una agria batalla electoral
Los ultras republicanos marcan la agenda política del presidente de EE UU
Washington, El País
En un intento de recuperar la iniciativa política, ante el empuje de los nuevos favoritos a las primarias republicanas del año que viene, Barack Obama ha visitado el Medio Oeste, una zona con un elevado índice de desempleo que será clave para su reelección en 2012. Allí, el presidente, cuya idea original era dar mítines sobre cómo crear puestos de trabajo, se ha visto forzado por el Tea Party a dar explicaciones, ya en clave electoral, por la crisis económica y, sobre todo, por la reforma sanitaria que aprobó el año pasado.
"¿Cómo va a haber consenso cuando usted y el vicepresidente nos llaman terroristas?", le increpó en la localidad de Decorah, Iowa, un activista del Tea Party, Ryan Rhodes. Se refería a un bulo, desmentido ya previamente por la Casa Blanca. Aun así, Obama respondió: "Honestamente, le he de decir que estoy totalmente de acuerdo con que todos necesitamos rebajar el tono retórico del debate".
"A mí, que se me ha llamado socialista, de quien se ha dicho que no nací en este país, que estoy destrozando América y que le estoy robando sus libertades, porque he aprobado una ley de reforma sanitaria, me parece excelente que se rebaje el tono", añadió el presidente, enumerando las acusaciones más exageradas que contra él ha lanzado el Tea Party en los pasados dos años. La reforma sanitaria fue aprobada el año pasado, después de intensas negociaciones en el Congreso. Aun así, Obama se ha visto obligado a volver a defenderla en este viaje que el presidente ha realizado en autobús. La medida más polémica, a tenor de las preguntas de los votantes, es la obligatoriedad de la ciudadanía de adquirir seguro médico, a riesgo de enfrentarse a multas y penalizaciones administrativas.
Desde que entrara en vigor esa reforma, diferentes tribunales de apelación han emitido decisiones contradictorias sobre la constitucionalidad de obligar a cada individuo a tener seguro médico. El último veredicto llegó el viernes pasado, de un tribunal de apelaciones de Atlanta, que declaró ilegal esa provisión. El asunto se tendrá que dilucidar, con toda probabilidad, en el Tribunal Supremo.
Una de las propuestas electorales con más resonancia entre los candidatos republicanos es derogar esa ley. Aun así, uno de los aspirantes más populares, el exgobernador de Massachusetts Mitt Romney, aprobó una norma similar en su Estado en 2006. Obama se refirió a ello en un mitin en Minesota. "Hay un gobernador que se presenta a la presidencia que aprobó exactamente lo mismo en Massachusetts", dijo. "El mandato individual, hace tiempo, era una propuesta de los republicanos. De repente, algunos sufren amnesia".
La Casa Blanca niega que el viaje en autobús por tres Estados que Obama ganó en 2008 sea un acto electoral, pagado con dinero del contribuyente. Pero el tono del presidente ha sido de mitin. Hoy acaba en Illinois. Ayer y el lunes estuvo en Minesota y en Iowa, ambos Estados que ganó en las pasadas elecciones, pero donde su reelección no está garantizada.
Aunque ayer prometió en Iowa 240 millones de euros para generar empleo en el sector agrícola, las preguntas a las que se ha ido enfrentando han tenido que ver más bien con la crisis económica del país, con el acalorado debate para aumentar el techo de endeudamiento "en el que el Gobierno quedó al borde del impago de deudas" y con la degradación del valor de la deuda soberana por parte de la agencia Standard & Poor's. En esos asuntos, el presidente se distanció del Congreso.
"Eso ha demostrado que el Congreso no es capaz de llegar a los compromisos necesarios para hacer progresar el país", dijo Obama en el acto de Decorah. "Hay muchas propuestas que podríamos comenzar a implementar en este mismo momento, pero hay gente en el Congreso que se niega, porque cree que cooperar conmigo es malo para su imagen política".
Una de las principales exigencias de Obama en esos mítines es la de aumentar los impuestos sobre las rentas más altas, como forma de mantener programas sociales. En esa petición le apoyó el lunes el inversor y multimillonario Warren Buffett, que publicó un artículo de opinión en The New York Times en el que revelaba que en 2010 había pagado sólo un 17% de impuestos sobre sus ingresos totales, que ascendían a 25 millones de euros. Porcentualmente, pagó menos que cualquiera de sus empleados. "Dejad ya de mimar a los superricos", le decía Buffett al Congreso desde esa tribuna.
"Warren tiene razón", dijo Obama. "En este contexto de crisis, nadie ha aumentado sus ingresos tan rápido como el 1% de los que más dinero ganan. No hay nada malo en pedirle un poco de ayuda a cada uno, incluidos los más ricos, para controlar la deuda pública y reducir el déficit. Yo no quiero bajadas de impuestos si eso significa que los ancianos tienen que pagar más dinero por sus seguros médicos".
Washington, El País
En un intento de recuperar la iniciativa política, ante el empuje de los nuevos favoritos a las primarias republicanas del año que viene, Barack Obama ha visitado el Medio Oeste, una zona con un elevado índice de desempleo que será clave para su reelección en 2012. Allí, el presidente, cuya idea original era dar mítines sobre cómo crear puestos de trabajo, se ha visto forzado por el Tea Party a dar explicaciones, ya en clave electoral, por la crisis económica y, sobre todo, por la reforma sanitaria que aprobó el año pasado.
"¿Cómo va a haber consenso cuando usted y el vicepresidente nos llaman terroristas?", le increpó en la localidad de Decorah, Iowa, un activista del Tea Party, Ryan Rhodes. Se refería a un bulo, desmentido ya previamente por la Casa Blanca. Aun así, Obama respondió: "Honestamente, le he de decir que estoy totalmente de acuerdo con que todos necesitamos rebajar el tono retórico del debate".
"A mí, que se me ha llamado socialista, de quien se ha dicho que no nací en este país, que estoy destrozando América y que le estoy robando sus libertades, porque he aprobado una ley de reforma sanitaria, me parece excelente que se rebaje el tono", añadió el presidente, enumerando las acusaciones más exageradas que contra él ha lanzado el Tea Party en los pasados dos años. La reforma sanitaria fue aprobada el año pasado, después de intensas negociaciones en el Congreso. Aun así, Obama se ha visto obligado a volver a defenderla en este viaje que el presidente ha realizado en autobús. La medida más polémica, a tenor de las preguntas de los votantes, es la obligatoriedad de la ciudadanía de adquirir seguro médico, a riesgo de enfrentarse a multas y penalizaciones administrativas.
Desde que entrara en vigor esa reforma, diferentes tribunales de apelación han emitido decisiones contradictorias sobre la constitucionalidad de obligar a cada individuo a tener seguro médico. El último veredicto llegó el viernes pasado, de un tribunal de apelaciones de Atlanta, que declaró ilegal esa provisión. El asunto se tendrá que dilucidar, con toda probabilidad, en el Tribunal Supremo.
Una de las propuestas electorales con más resonancia entre los candidatos republicanos es derogar esa ley. Aun así, uno de los aspirantes más populares, el exgobernador de Massachusetts Mitt Romney, aprobó una norma similar en su Estado en 2006. Obama se refirió a ello en un mitin en Minesota. "Hay un gobernador que se presenta a la presidencia que aprobó exactamente lo mismo en Massachusetts", dijo. "El mandato individual, hace tiempo, era una propuesta de los republicanos. De repente, algunos sufren amnesia".
La Casa Blanca niega que el viaje en autobús por tres Estados que Obama ganó en 2008 sea un acto electoral, pagado con dinero del contribuyente. Pero el tono del presidente ha sido de mitin. Hoy acaba en Illinois. Ayer y el lunes estuvo en Minesota y en Iowa, ambos Estados que ganó en las pasadas elecciones, pero donde su reelección no está garantizada.
Aunque ayer prometió en Iowa 240 millones de euros para generar empleo en el sector agrícola, las preguntas a las que se ha ido enfrentando han tenido que ver más bien con la crisis económica del país, con el acalorado debate para aumentar el techo de endeudamiento "en el que el Gobierno quedó al borde del impago de deudas" y con la degradación del valor de la deuda soberana por parte de la agencia Standard & Poor's. En esos asuntos, el presidente se distanció del Congreso.
"Eso ha demostrado que el Congreso no es capaz de llegar a los compromisos necesarios para hacer progresar el país", dijo Obama en el acto de Decorah. "Hay muchas propuestas que podríamos comenzar a implementar en este mismo momento, pero hay gente en el Congreso que se niega, porque cree que cooperar conmigo es malo para su imagen política".
Una de las principales exigencias de Obama en esos mítines es la de aumentar los impuestos sobre las rentas más altas, como forma de mantener programas sociales. En esa petición le apoyó el lunes el inversor y multimillonario Warren Buffett, que publicó un artículo de opinión en The New York Times en el que revelaba que en 2010 había pagado sólo un 17% de impuestos sobre sus ingresos totales, que ascendían a 25 millones de euros. Porcentualmente, pagó menos que cualquiera de sus empleados. "Dejad ya de mimar a los superricos", le decía Buffett al Congreso desde esa tribuna.
"Warren tiene razón", dijo Obama. "En este contexto de crisis, nadie ha aumentado sus ingresos tan rápido como el 1% de los que más dinero ganan. No hay nada malo en pedirle un poco de ayuda a cada uno, incluidos los más ricos, para controlar la deuda pública y reducir el déficit. Yo no quiero bajadas de impuestos si eso significa que los ancianos tienen que pagar más dinero por sus seguros médicos".