Rebeldes libios intensifican su ofensiva antes del Ramadán
Trípoli, Agencias
Los rebeldes libios redoblaban este miércoles su ofensiva previa al Ramadán, el mes de ayuno musulmán durante el cual el combate será mucho más duro por la imposibilidad de comer y beber durante el día aunque, afirman, será el momento idóneo para convertirse en mártir.
La rebelión libia se concentra ahora en Djebel Nefusa para tratar de hacer caer Trípoli e intenta suministrar a los rebeldes en las montañas del oeste más armas y municiones, dijo este miércoles en Jado (oeste) el general Omar El-Hariri, miembro del Consejo Nacional de Transición (CNT).
"Ahora nos concentramos en Djebel Nefusa, es la región (liberada) más cercana a Trípoli, luego está (el enclave de) Misrata y Bengasi", bastión de la insurrección en el Este, declaró a AFP el general Hariri, encargado de la coordinación entre el CNT, cuya sede está en Bengasi, y "el ejército" de los rebeldes.
"Es mejor atacar por (la zona) más cercana", añadió el general, destacando que "Bir Ghanam está a 75 kilómetros de Trípoli".
Bir Ghanam es el próximo objetivo en el frente del valle de los rebeldes del oeste que están actualmente a menos de 2 kilómetros de ese punto estratégico en la vía a la capital libia, controlada por las fuerzas leales a Gadafi.
El general hizo esas declaraciones al llegar de Bengasi a Jado (30 kilómetros al oeste de Zenten, centro neurálgico de la rebelión en el oeste) para reunirse con oficiales rebeldes de los consejos militares de todas las localidades del Djebel Nefusa. Es la segunda reunión del género desde el inicio de la insurrección.
En el frente de Gualich (oeste), los rebeldes libios esperaban a la sombra la próxima batalla. ¿Antes o durante el ramadán? El mes del ayuno se acerca y combatir sin beber ni comer será más duro. Pero será el buen momento para ser un mártir, dicen.
Cada día, el sol golpea un poco más en las montañas del oeste libio. Hasta 45 grados Celsius. Los cuerpos y los espíritus se hacen cada vez más menos enérgicos.
Desde hace una semana, los rebeldes se preparan a la batalla de Al-Asaba, a 17 kilómetros de allí, última ciudad antes de Gharyane, que abre la vía hacia la capital libia. Y cada vez repiten como un mantra : "¡Estaremos en Trípoli antes del ramadán, inch'Allah!".
El mes del ayuno, durante el cual los musulmanes no deben beber ni comer desde que sale el sol hasta que se oculta, se iniciará en unos diez días. Es inquietante por la fatiga, pero atrae más, pues según el Corán, acerca a Dios.
Según el libro sagrado del islam, el ramadán une a los musulmanes en este acto común de piedad. Pero los comandantes rebeldes no tienen ninguna duda: la guerra seguirá.
"Si hay combate en el ramadán, combatiremos como siempre, no nos detendremos mientras no liberemos a Libia", afirmó el comandante Mojtar Lajdar.
La OTAN no descartó tampoco continuar los ataques en agosto si las fuerzas de Muamar Gadafi no respetan la tregua.
"Si lo hacen, y pensamos que pueden hacerlo, creo que será muy adecuado que la protección de esas vidas siga y que la OTAN utilice el mandato recibido", declaró la semana pasada el portavoz de la operación Mike Bracken.
Si respetan el ramadán en el combate, los hombres estarán más débiles físicamente, pero más fuertes mentalmente, consideran los jefes rebeldes.
"Esto puede ser un poco más duro las primeras semanas. Ayunar nos debilitará, estamos habituados. Pero eso nos dará más fuerza y amor para convertirnos en mártires", aseguró el comandante de la rebelión en el Djebel Nefusa, el coronel Lajdar Farnana.
Según el Corán, los musulmanes pueden no ayunar si viajan, están enfermos o hacen la guerra.
Tahar Aljdea, jeque de Zenten, centro neurálgico de la rebelión en el oeste, lo dijo : "Para el ramadán, mi consejo a los jóvenes combatientes, teniendo en cuenta que estamos en pleno verano y (...) que el Corán dice 'no se maten, Dios les perdonará': tienen derecho a comer".
"Si hay guerra y estamos fatigados, comeremos. Si estamos a la defensiva, ayunaremos. Dios está con nosotros. De todas maneras somos más débiles que las fuerzas de Gadafi", dijo Hatem Aljadi, de 24 años.
"Con el ramadán, eso será más duro. Pero gracias a Alá no estaremos debilitados sino más fuertes. El ramadán es un buen momento para ser mártir", dijo Chaban Aabor, de 38 años.
Los rebeldes libios redoblaban este miércoles su ofensiva previa al Ramadán, el mes de ayuno musulmán durante el cual el combate será mucho más duro por la imposibilidad de comer y beber durante el día aunque, afirman, será el momento idóneo para convertirse en mártir.
La rebelión libia se concentra ahora en Djebel Nefusa para tratar de hacer caer Trípoli e intenta suministrar a los rebeldes en las montañas del oeste más armas y municiones, dijo este miércoles en Jado (oeste) el general Omar El-Hariri, miembro del Consejo Nacional de Transición (CNT).
"Ahora nos concentramos en Djebel Nefusa, es la región (liberada) más cercana a Trípoli, luego está (el enclave de) Misrata y Bengasi", bastión de la insurrección en el Este, declaró a AFP el general Hariri, encargado de la coordinación entre el CNT, cuya sede está en Bengasi, y "el ejército" de los rebeldes.
"Es mejor atacar por (la zona) más cercana", añadió el general, destacando que "Bir Ghanam está a 75 kilómetros de Trípoli".
Bir Ghanam es el próximo objetivo en el frente del valle de los rebeldes del oeste que están actualmente a menos de 2 kilómetros de ese punto estratégico en la vía a la capital libia, controlada por las fuerzas leales a Gadafi.
El general hizo esas declaraciones al llegar de Bengasi a Jado (30 kilómetros al oeste de Zenten, centro neurálgico de la rebelión en el oeste) para reunirse con oficiales rebeldes de los consejos militares de todas las localidades del Djebel Nefusa. Es la segunda reunión del género desde el inicio de la insurrección.
En el frente de Gualich (oeste), los rebeldes libios esperaban a la sombra la próxima batalla. ¿Antes o durante el ramadán? El mes del ayuno se acerca y combatir sin beber ni comer será más duro. Pero será el buen momento para ser un mártir, dicen.
Cada día, el sol golpea un poco más en las montañas del oeste libio. Hasta 45 grados Celsius. Los cuerpos y los espíritus se hacen cada vez más menos enérgicos.
Desde hace una semana, los rebeldes se preparan a la batalla de Al-Asaba, a 17 kilómetros de allí, última ciudad antes de Gharyane, que abre la vía hacia la capital libia. Y cada vez repiten como un mantra : "¡Estaremos en Trípoli antes del ramadán, inch'Allah!".
El mes del ayuno, durante el cual los musulmanes no deben beber ni comer desde que sale el sol hasta que se oculta, se iniciará en unos diez días. Es inquietante por la fatiga, pero atrae más, pues según el Corán, acerca a Dios.
Según el libro sagrado del islam, el ramadán une a los musulmanes en este acto común de piedad. Pero los comandantes rebeldes no tienen ninguna duda: la guerra seguirá.
"Si hay combate en el ramadán, combatiremos como siempre, no nos detendremos mientras no liberemos a Libia", afirmó el comandante Mojtar Lajdar.
La OTAN no descartó tampoco continuar los ataques en agosto si las fuerzas de Muamar Gadafi no respetan la tregua.
"Si lo hacen, y pensamos que pueden hacerlo, creo que será muy adecuado que la protección de esas vidas siga y que la OTAN utilice el mandato recibido", declaró la semana pasada el portavoz de la operación Mike Bracken.
Si respetan el ramadán en el combate, los hombres estarán más débiles físicamente, pero más fuertes mentalmente, consideran los jefes rebeldes.
"Esto puede ser un poco más duro las primeras semanas. Ayunar nos debilitará, estamos habituados. Pero eso nos dará más fuerza y amor para convertirnos en mártires", aseguró el comandante de la rebelión en el Djebel Nefusa, el coronel Lajdar Farnana.
Según el Corán, los musulmanes pueden no ayunar si viajan, están enfermos o hacen la guerra.
Tahar Aljdea, jeque de Zenten, centro neurálgico de la rebelión en el oeste, lo dijo : "Para el ramadán, mi consejo a los jóvenes combatientes, teniendo en cuenta que estamos en pleno verano y (...) que el Corán dice 'no se maten, Dios les perdonará': tienen derecho a comer".
"Si hay guerra y estamos fatigados, comeremos. Si estamos a la defensiva, ayunaremos. Dios está con nosotros. De todas maneras somos más débiles que las fuerzas de Gadafi", dijo Hatem Aljadi, de 24 años.
"Con el ramadán, eso será más duro. Pero gracias a Alá no estaremos debilitados sino más fuertes. El ramadán es un buen momento para ser mártir", dijo Chaban Aabor, de 38 años.