Murdoch renuncia a la compra de BSkyB en medio del escándalo de las escuchas
Londres, Agencias
El imperio mediático de Rupert Murdoch, en el centro del escándalo de las escuchas telefónicas ilegales que sacude el Reino Unido, renunció este miércoles a su multimillonario proyecto de compra de la totalidad de la plataforma televisiva BSkyB.
El inesperado anuncio se produjo después de que el primer ministro, David Cameron, anunciara en el Parlamento su respaldo a una moción impulsada por la oposición laborista y apoyada también por sus socios liberal-demócratas para pedir al magnate australo-estadounidense que abandonara la operación.
"Creíamos que la compra propuesta de BSkyB por parte de News Corp. beneficiaría a ambas compañías, pero se ha hecho evidente que es muy demasiado difícil progresar en este clima", declaró en un comunicado el vicepresidente del grupo, Chase Carey.
News Corportation, que posee el 39% de la mayor plataforma de televisión por satélite británica, presentó en junio de 2010 una oferta para adquirir las acciones restantes por unos 7.800 millones de libras (12.500 millones de dólares) en efectivo.
Tras obtener en marzo el acuerdo de principio del gobierno a esta adquisición que según sus detractores amenazaba la pluralidad informativa británica, la autorización definitiva parecía hasta hace unos días un simple trámite.
Pero las nuevas revelaciones en el escándalo de las escuchas del News of the World, que provocaron una oleada de indignación, cambiaron radicalmente la situación y, aunque Murdoch cerró la semana pasada su popular dominical, tuvo que ceder finalmente a la presión. Cameron "acogió con satisfacción" el anuncio. News Corporation y su filial británica News International "deben centrarse en hacer limpieza y ordenar sus asuntos" tras el escándalo, agregó un portavoz de Downing Street.
El líder de la oposición Ed Miliband, promotor de la moción que generó un inhabitual consenso entre la clase política, saludó la noticia como un triunfo. "Esta es una victoria para la gente que en todo el país está horrorizada por las revelaciones del escándalo de las escuchas y el hecho de que News International no asumiera la responsabilidad", declaró.
El escándalo, que inicialmente afectaba sobre todo a políticos y famosos, se agravó la semana pasada al revelarse que hasta 4.000 personas pudieron sufrir "pinchazos", entre ellos una adolescente asesinada o familiares de víctimas de los atentados de 2005 en Londres.
En una comparecencia parlamentaria, Cameron reveló este miércoles los detalles de la investigación presidida por un juez con la que espera llegar al fondo de este escándalo, que salpica también al resto de la filial británica de Murdoch, propietaria también del Sun, del Times y del Sunday Times.
El primer ministro precisó que la investigación estará dividida en dos partes: la primera una pesquisa sobre la conducta de la prensa y de la policía en este caso, y la segunda una revisión exhaustiva de la reglamentación sobre la prensa. Mientras tanto continuará la investigación policial, que está "examinando 11.000 páginas de documentos, que contienen 3.870 nombres" de personas que pudieron tener sus teléfonos intervenidos.
En una iniciativa sin precedentes, el propio Murdoch, su hijo James, presidente de News International, y la directora de la subsidiaria, Rebekah Brooks, fueron llamados a declarar ante una comisión parlamentaria, aunque es muy posible que los dos primeros se amparen en su nacionalidad estadounidense para no comparecer.
Sin embargo, el escándalo también es seguido de cerca en su país, donde el presidente de la comisión de Comercio del Senado, Jay Rockefeller, pidió el martes una investigación para determinar si News Corp. recurrió a las mismas prácticas ilegales en ese país.
Mientras tanto, el diario económico neoyorquino The Wall Street Journal afirmó en su edición electrónica que News Corp. está estudiando la venta de todos sus periódicos británicos, pero que los "sondeos" que llevó a cabo entre posibles compradores no fueron hasta el momento fructíferos.
El imperio mediático de Rupert Murdoch, en el centro del escándalo de las escuchas telefónicas ilegales que sacude el Reino Unido, renunció este miércoles a su multimillonario proyecto de compra de la totalidad de la plataforma televisiva BSkyB.
El inesperado anuncio se produjo después de que el primer ministro, David Cameron, anunciara en el Parlamento su respaldo a una moción impulsada por la oposición laborista y apoyada también por sus socios liberal-demócratas para pedir al magnate australo-estadounidense que abandonara la operación.
"Creíamos que la compra propuesta de BSkyB por parte de News Corp. beneficiaría a ambas compañías, pero se ha hecho evidente que es muy demasiado difícil progresar en este clima", declaró en un comunicado el vicepresidente del grupo, Chase Carey.
News Corportation, que posee el 39% de la mayor plataforma de televisión por satélite británica, presentó en junio de 2010 una oferta para adquirir las acciones restantes por unos 7.800 millones de libras (12.500 millones de dólares) en efectivo.
Tras obtener en marzo el acuerdo de principio del gobierno a esta adquisición que según sus detractores amenazaba la pluralidad informativa británica, la autorización definitiva parecía hasta hace unos días un simple trámite.
Pero las nuevas revelaciones en el escándalo de las escuchas del News of the World, que provocaron una oleada de indignación, cambiaron radicalmente la situación y, aunque Murdoch cerró la semana pasada su popular dominical, tuvo que ceder finalmente a la presión. Cameron "acogió con satisfacción" el anuncio. News Corporation y su filial británica News International "deben centrarse en hacer limpieza y ordenar sus asuntos" tras el escándalo, agregó un portavoz de Downing Street.
El líder de la oposición Ed Miliband, promotor de la moción que generó un inhabitual consenso entre la clase política, saludó la noticia como un triunfo. "Esta es una victoria para la gente que en todo el país está horrorizada por las revelaciones del escándalo de las escuchas y el hecho de que News International no asumiera la responsabilidad", declaró.
El escándalo, que inicialmente afectaba sobre todo a políticos y famosos, se agravó la semana pasada al revelarse que hasta 4.000 personas pudieron sufrir "pinchazos", entre ellos una adolescente asesinada o familiares de víctimas de los atentados de 2005 en Londres.
En una comparecencia parlamentaria, Cameron reveló este miércoles los detalles de la investigación presidida por un juez con la que espera llegar al fondo de este escándalo, que salpica también al resto de la filial británica de Murdoch, propietaria también del Sun, del Times y del Sunday Times.
El primer ministro precisó que la investigación estará dividida en dos partes: la primera una pesquisa sobre la conducta de la prensa y de la policía en este caso, y la segunda una revisión exhaustiva de la reglamentación sobre la prensa. Mientras tanto continuará la investigación policial, que está "examinando 11.000 páginas de documentos, que contienen 3.870 nombres" de personas que pudieron tener sus teléfonos intervenidos.
En una iniciativa sin precedentes, el propio Murdoch, su hijo James, presidente de News International, y la directora de la subsidiaria, Rebekah Brooks, fueron llamados a declarar ante una comisión parlamentaria, aunque es muy posible que los dos primeros se amparen en su nacionalidad estadounidense para no comparecer.
Sin embargo, el escándalo también es seguido de cerca en su país, donde el presidente de la comisión de Comercio del Senado, Jay Rockefeller, pidió el martes una investigación para determinar si News Corp. recurrió a las mismas prácticas ilegales en ese país.
Mientras tanto, el diario económico neoyorquino The Wall Street Journal afirmó en su edición electrónica que News Corp. está estudiando la venta de todos sus periódicos británicos, pero que los "sondeos" que llevó a cabo entre posibles compradores no fueron hasta el momento fructíferos.