La UE intenta salvar el euro con un rescate de Grecia de 109.000 millones
Trichet admite una aportación privada de 50.000 millones que podría considerarse un impago parcial a cambio de reforzar el fondo de auxilio
Bruselas, El País
Los líderes de los 17 países de la zona euro alcanzaron ayer un acuerdo para salvar el euro, seriamente amenazado tras el contagio de la crisis de la deuda soberana griega a grandes economías como Italia y España. Los jefes de Estado o de Gobierno de la zona euro acordaron un segundo rescate a Grecia de 109.000 millones de euros de ayudas públicas; rebajas importantes de los préstamos de ayuda a Grecia, Irlanda y Portugal; la potenciación del uso de fondo de rescate europeo para que pueda comprar deuda en el mercado secundario y un difícil acuerdo con la banca para que contribuya "voluntariamente" al segundo rescate griego con unos 50.000 millones. Las ayudas públicas incluyen la participación del Fondo Monetario Internacional (FMI) en un tercio del total. Grecia ya recibió ayudas de 110.000 millones en mayo de 2010.
Ante la gravedad de la situación vivida en los mercados, al encuentro fueron invitados la directora gerente del FMI, Christine Lagarde; el presidente del Banco Central Europeo, (BCE), Jean Claude Trichet, y representantes de la banca, como Josef Ackermann, presidente del influyente banco alemán Deutsche Bank.
La canciller alemana Ángela Merkel, expresó sus satisfacción porque "Europa ha demostrado que ha estado a la altura de este retos". El presidente francés, Nicolas Sarkozy, advirtió, no obstante, que "lo que hemos hecho por Grecia no lo vamos a hacer por otros países". El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, precisó "hemos encontrado una respuesta común a la crisis ante una situación que era realmente grave". Lagarde también apuntó que el FMI desempeñará su labor para ayudar a Grecia.
La contribución de la banca, básicamente mediante el aplazamiento del cobro de los bonos griegos que tienen las entidades en sus carteras, había provocado una fuerte oposición del BCE. Trichet y demás directivos del banco emisor habían advertido durante los últimos tres meses que no aceptarían este tipo de canjes por considerarlos una cierta modalidad de default selectivo (suspensión de pagos parcial), lo que supondría crear una situación que podía disparar los riesgos de contagio a otros países con dificultades, como ocurrió recientemente con España e Italia, que vieron encarecer el precio de la deuda seriamente la última semana.
Trichet habría flexibilizado finalmente su posición a cambio de importantes contrapartidas y compromisos por parte de los Gobiernos en una reunión previa en Berlín entre Ángela Merkel y Nicolas Sarkozy. Trichet manifestó ayer en que la participación de la banca "debe ser totalmente voluntaria" y rechazó "que el programa aprobado pueda dar lugar a un impago crediticio".
Las contrapartidas acordadas ayer por los Estados Miembros pasan por un reforzamiento de los usos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) de 440.000 millones para que pueda comprar deuda pública de los países con problemas; refinanciar las instituciones financieras, garantizar la deuda de los países rescatados y ofrecer créditos como medida preventiva a los países que tengan necesidades sin necesidad de un plan de rescate.
La posibilidad de que el FEEF pudiera comprar deuda en los mercados secundarios había sido solicitada reiteradamente por Trichet, ya que permitiría al BCE liberarse de los 72.000 millones de bonos de Grecia, Irlanda y Portugal que había adquirido en lo más duro de las crisis de estos países, en una operación que demostró el sentido de Estado de Trichet.
El Instituto Internacional de Finanzas, presidido por Josef Ackermann, precisó que un 90% de los bancos se habían comprometido a financiar voluntariamente a Grecia. De entre ellos el BBVA es la única entidad española que figura en la lista. La cuantía de la financiación bancaria asciende de 54.000 millones entre mediados de 2011 y 2014 y a 135.000 millones hasta 2020. El stock de deuda reducida a través de las operaciones de refinanciación y recompra de deuda asciende a 13.500 millones. Las contribuciones de la banca podrán efectuarse con distintos tipos operaciones de recompra de bonos por el FEEF, para lo que se requerirá el análisis previo del BCE y el sí unánime de los Estados, operaciones de refinanciación y canje de bonos.
El debate teórico sobre si el acuerdo alcanzado con la banca era realmente o no un default selectivo (suspensión de pagos parcial) fue alimentado por el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, y el ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager, quienes indicaron que "no se podía descartar" o era "potencialmente inevitable", respectivamente. Los líderes de los países del euro optaron por negociar el acuerdo con la banca, explicar su alcance a las agencias de calificación y confiar en que los mercados entenderían el alcance de los refuerzos que habían recibido tanto los países con problemas como la zona euro en su conjunto.
Las medidas inmediatas más efectivas consisten en la rebaja del tipo de interés de los préstamos del FEEF hasta el 3,5%. También se alarga el plazo de vencimiento desde los 7,5 años hasta los 15 años y 30 años con 10 de carencia. El acuerdo incluye la readjudicación de fondos estructurales para Grecia en un ambicioso plan, que en los primeros borradores se habían denominado Plan Marshall Europeo para reforzar la capacidad de crecimiento y la competitividad de Grecia. También se comprometieron a alcanzar un acuerdo sobre el paquete de Gobernanza europea para reforzar el Pacto de Estabilidad antes de agosto.
Bruselas, El País
Los líderes de los 17 países de la zona euro alcanzaron ayer un acuerdo para salvar el euro, seriamente amenazado tras el contagio de la crisis de la deuda soberana griega a grandes economías como Italia y España. Los jefes de Estado o de Gobierno de la zona euro acordaron un segundo rescate a Grecia de 109.000 millones de euros de ayudas públicas; rebajas importantes de los préstamos de ayuda a Grecia, Irlanda y Portugal; la potenciación del uso de fondo de rescate europeo para que pueda comprar deuda en el mercado secundario y un difícil acuerdo con la banca para que contribuya "voluntariamente" al segundo rescate griego con unos 50.000 millones. Las ayudas públicas incluyen la participación del Fondo Monetario Internacional (FMI) en un tercio del total. Grecia ya recibió ayudas de 110.000 millones en mayo de 2010.
Ante la gravedad de la situación vivida en los mercados, al encuentro fueron invitados la directora gerente del FMI, Christine Lagarde; el presidente del Banco Central Europeo, (BCE), Jean Claude Trichet, y representantes de la banca, como Josef Ackermann, presidente del influyente banco alemán Deutsche Bank.
La canciller alemana Ángela Merkel, expresó sus satisfacción porque "Europa ha demostrado que ha estado a la altura de este retos". El presidente francés, Nicolas Sarkozy, advirtió, no obstante, que "lo que hemos hecho por Grecia no lo vamos a hacer por otros países". El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, precisó "hemos encontrado una respuesta común a la crisis ante una situación que era realmente grave". Lagarde también apuntó que el FMI desempeñará su labor para ayudar a Grecia.
La contribución de la banca, básicamente mediante el aplazamiento del cobro de los bonos griegos que tienen las entidades en sus carteras, había provocado una fuerte oposición del BCE. Trichet y demás directivos del banco emisor habían advertido durante los últimos tres meses que no aceptarían este tipo de canjes por considerarlos una cierta modalidad de default selectivo (suspensión de pagos parcial), lo que supondría crear una situación que podía disparar los riesgos de contagio a otros países con dificultades, como ocurrió recientemente con España e Italia, que vieron encarecer el precio de la deuda seriamente la última semana.
Trichet habría flexibilizado finalmente su posición a cambio de importantes contrapartidas y compromisos por parte de los Gobiernos en una reunión previa en Berlín entre Ángela Merkel y Nicolas Sarkozy. Trichet manifestó ayer en que la participación de la banca "debe ser totalmente voluntaria" y rechazó "que el programa aprobado pueda dar lugar a un impago crediticio".
Las contrapartidas acordadas ayer por los Estados Miembros pasan por un reforzamiento de los usos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) de 440.000 millones para que pueda comprar deuda pública de los países con problemas; refinanciar las instituciones financieras, garantizar la deuda de los países rescatados y ofrecer créditos como medida preventiva a los países que tengan necesidades sin necesidad de un plan de rescate.
La posibilidad de que el FEEF pudiera comprar deuda en los mercados secundarios había sido solicitada reiteradamente por Trichet, ya que permitiría al BCE liberarse de los 72.000 millones de bonos de Grecia, Irlanda y Portugal que había adquirido en lo más duro de las crisis de estos países, en una operación que demostró el sentido de Estado de Trichet.
El Instituto Internacional de Finanzas, presidido por Josef Ackermann, precisó que un 90% de los bancos se habían comprometido a financiar voluntariamente a Grecia. De entre ellos el BBVA es la única entidad española que figura en la lista. La cuantía de la financiación bancaria asciende de 54.000 millones entre mediados de 2011 y 2014 y a 135.000 millones hasta 2020. El stock de deuda reducida a través de las operaciones de refinanciación y recompra de deuda asciende a 13.500 millones. Las contribuciones de la banca podrán efectuarse con distintos tipos operaciones de recompra de bonos por el FEEF, para lo que se requerirá el análisis previo del BCE y el sí unánime de los Estados, operaciones de refinanciación y canje de bonos.
El debate teórico sobre si el acuerdo alcanzado con la banca era realmente o no un default selectivo (suspensión de pagos parcial) fue alimentado por el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, y el ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager, quienes indicaron que "no se podía descartar" o era "potencialmente inevitable", respectivamente. Los líderes de los países del euro optaron por negociar el acuerdo con la banca, explicar su alcance a las agencias de calificación y confiar en que los mercados entenderían el alcance de los refuerzos que habían recibido tanto los países con problemas como la zona euro en su conjunto.
Las medidas inmediatas más efectivas consisten en la rebaja del tipo de interés de los préstamos del FEEF hasta el 3,5%. También se alarga el plazo de vencimiento desde los 7,5 años hasta los 15 años y 30 años con 10 de carencia. El acuerdo incluye la readjudicación de fondos estructurales para Grecia en un ambicioso plan, que en los primeros borradores se habían denominado Plan Marshall Europeo para reforzar la capacidad de crecimiento y la competitividad de Grecia. También se comprometieron a alcanzar un acuerdo sobre el paquete de Gobernanza europea para reforzar el Pacto de Estabilidad antes de agosto.