La Casa Blanca insta al Congreso a concluir el "circo político" y alcanzar un acuerdo
Washington, Agencias
Mientras el Gobierno de Estados Unidos se aproxima a una suspensión de pagos y cinco Estados tienen su calificación de crédito en duda, el Concejo Municipal del mayor condado de Alabama discute hoy si se declara en bancarrota.
El presidente del Condado Jefferson, David Carrington, indicó que la deuda que hunde a ese municipio viene de 3.140 millones de dólares en el sistema de cloacas y otros mil millones de dólares en construcción de escuelas y otros proyectos.
Si el condado, de 659.000 habitantes, en el centro del Estado de Alabama, se declara en bancarrota ésta será la mayor de un municipio desde que en 1994 el Condado Orange, en California, buscó la protección frente a los acreedores que reclamaban el cobro de facturas por 1.700 millones de dólares.
John Young, quien ha estado actuando como intermediario entre las autoridades del Estado, del Condado y los acreedores, indicó al diario Birmingham News que los acreedores de Jefferson han hecho una oferta muy atractiva -de la cual no dio detalles- y calculó que el gobierno local tiene algunos días para considerarla.
El Condado, por su parte y con ayuda del gobierno estatal, presentó hace dos semanas un plan que pedía que los acreedores perdonaran casi 1.300 millones de dólares de la deuda de 3.140 millones relacionada con el sistema de cloacas y limitaba a menos del 10 % los incrementos de tarifas para los usuarios.
Las penurias de condados como Jefferson ocurren en otras partes del país como resultado de la recesión económica que bajó las recaudaciones y aumentó el gasto en subsidios por desempleo, y empiezan a reflejar las dudas de los inversionistas sobre los portafolios con bonos estadounidenses.
La semana pasada la agencia evaluadora Moody's puso bajo vigilancia la calificación del crédito de cinco Estados: Maryland, Nuevo México, Carolina del Sur, Tennessee y Virginia.
La razón principal es el grado en que estos Estados dependen de los contratos con el gobierno federal y la cantidad de empleados que el gobierno federal tiene en esos estados.
El crédito mismo del gobierno federal está bajo observación pesimista por parte de Moody's y Standard & Poors, mientras el Congreso rehúsa incrementar su autorización de endeudamiento que, supuestamente, se agotará el 2 de agosto.
Mientras el Gobierno de Estados Unidos se aproxima a una suspensión de pagos y cinco Estados tienen su calificación de crédito en duda, el Concejo Municipal del mayor condado de Alabama discute hoy si se declara en bancarrota.
El presidente del Condado Jefferson, David Carrington, indicó que la deuda que hunde a ese municipio viene de 3.140 millones de dólares en el sistema de cloacas y otros mil millones de dólares en construcción de escuelas y otros proyectos.
Si el condado, de 659.000 habitantes, en el centro del Estado de Alabama, se declara en bancarrota ésta será la mayor de un municipio desde que en 1994 el Condado Orange, en California, buscó la protección frente a los acreedores que reclamaban el cobro de facturas por 1.700 millones de dólares.
John Young, quien ha estado actuando como intermediario entre las autoridades del Estado, del Condado y los acreedores, indicó al diario Birmingham News que los acreedores de Jefferson han hecho una oferta muy atractiva -de la cual no dio detalles- y calculó que el gobierno local tiene algunos días para considerarla.
El Condado, por su parte y con ayuda del gobierno estatal, presentó hace dos semanas un plan que pedía que los acreedores perdonaran casi 1.300 millones de dólares de la deuda de 3.140 millones relacionada con el sistema de cloacas y limitaba a menos del 10 % los incrementos de tarifas para los usuarios.
Las penurias de condados como Jefferson ocurren en otras partes del país como resultado de la recesión económica que bajó las recaudaciones y aumentó el gasto en subsidios por desempleo, y empiezan a reflejar las dudas de los inversionistas sobre los portafolios con bonos estadounidenses.
La semana pasada la agencia evaluadora Moody's puso bajo vigilancia la calificación del crédito de cinco Estados: Maryland, Nuevo México, Carolina del Sur, Tennessee y Virginia.
La razón principal es el grado en que estos Estados dependen de los contratos con el gobierno federal y la cantidad de empleados que el gobierno federal tiene en esos estados.
El crédito mismo del gobierno federal está bajo observación pesimista por parte de Moody's y Standard & Poors, mientras el Congreso rehúsa incrementar su autorización de endeudamiento que, supuestamente, se agotará el 2 de agosto.