El presidente chipriota deja claro que él no dimitirá
Nicosia, Agencias
El presidente de Chipre, Demetris Christofias, ha dejado claro este jueves que no dimitirá, una afirmación que ha hecho poco después de que el Gobierno presentara su dimisión en medio de las presiones políticas y públicas a que se ha visto sometido desde la explosión en un depósito de munición que acabó el pasado 11 de julio con la vida de trece personas y destrozó la central de Vassilikos, la mayor planta de suministro eléctrico del país.
"Los ciudadanos me eligieron y es ante ellos ante quienes tengo que rendir cuentas, no ante los medios de comunicación", ha respondido a un grupo de periodistas cuando le han planteado la posibilidad.
Miles de chipriotas han protestado por la explosión, de la que han culpado a la incompetencia de las autoridades por permitir que se almacenase munición cerca de una central eléctrica. Christofias, que fue elegido en 2008 para un mandato de cinco años, también ha sido presionado por DIKO, un partido que forma parte de la coalición gobernante y que quiere que se cree un gran gobierno de unidad para hacer frente a la crisis.
Al no conseguir su objetivo, DIKO pidió este miércoles a los dos ministros que tiene en el Gobierno que renunciasen a sus cargos, tras lo cual Christofias pidió a todos los ministros que dimitieran. Stefanos Stefanou, portavoz del Gobierno, ha dicho que el presidente "ha informado a los ministros de su intención de realizar una amplia remodelación del Gobierno y les ha pedido que presenten su dimisión".
La munición, incautada en 2009 en un barco que se dirigía desde Irán hasta Siria, estaba guardada a cientos de metros de distancia de una central eléctrica de la costa meridional de Chipre que alcanzaba altísimas temperaturas, y el Ejército había pedido que la retiraran de allí.
Christofias ha indicado que en la investigación sobre el incidente también se analizará su propia actuación, aunque sus asesores han reiterado que el presidente no estaba al tanto de las malas condiciones en que estaba almacenada la munición.
El coste de los daños causados por la explosión y de los apagones que provocó podría ser de entre 1 y 3 millones de euros, según algunas estimaciones. Esa segunda cifra equivale al 17 por ciento del PIB de Chipre.
La semana pasada, el gobernador del banco central, Athanasios Orphanides --que es miembro del Consejo de Gobiernno del Banco Central Europeo--, advirtió de que si no se actuaba de forma inmediata, Chipre podría necesitar un rescate de la UE, al igual que ha ocurrido con Grecia, Irlanda y Portugal.
Pero Stefanou ha declarado que Chipre no tendría por qué llegar a ese punto. "Hasta ahora, Chipre ha conseguido satisfacer sus necesidades de financiación hasta finales de año, así que no se debe dar por hecho que se beneficiará de un mecanismo de apoyo", ha recalcado.
El presidente de Chipre, Demetris Christofias, ha dejado claro este jueves que no dimitirá, una afirmación que ha hecho poco después de que el Gobierno presentara su dimisión en medio de las presiones políticas y públicas a que se ha visto sometido desde la explosión en un depósito de munición que acabó el pasado 11 de julio con la vida de trece personas y destrozó la central de Vassilikos, la mayor planta de suministro eléctrico del país.
"Los ciudadanos me eligieron y es ante ellos ante quienes tengo que rendir cuentas, no ante los medios de comunicación", ha respondido a un grupo de periodistas cuando le han planteado la posibilidad.
Miles de chipriotas han protestado por la explosión, de la que han culpado a la incompetencia de las autoridades por permitir que se almacenase munición cerca de una central eléctrica. Christofias, que fue elegido en 2008 para un mandato de cinco años, también ha sido presionado por DIKO, un partido que forma parte de la coalición gobernante y que quiere que se cree un gran gobierno de unidad para hacer frente a la crisis.
Al no conseguir su objetivo, DIKO pidió este miércoles a los dos ministros que tiene en el Gobierno que renunciasen a sus cargos, tras lo cual Christofias pidió a todos los ministros que dimitieran. Stefanos Stefanou, portavoz del Gobierno, ha dicho que el presidente "ha informado a los ministros de su intención de realizar una amplia remodelación del Gobierno y les ha pedido que presenten su dimisión".
La munición, incautada en 2009 en un barco que se dirigía desde Irán hasta Siria, estaba guardada a cientos de metros de distancia de una central eléctrica de la costa meridional de Chipre que alcanzaba altísimas temperaturas, y el Ejército había pedido que la retiraran de allí.
Christofias ha indicado que en la investigación sobre el incidente también se analizará su propia actuación, aunque sus asesores han reiterado que el presidente no estaba al tanto de las malas condiciones en que estaba almacenada la munición.
El coste de los daños causados por la explosión y de los apagones que provocó podría ser de entre 1 y 3 millones de euros, según algunas estimaciones. Esa segunda cifra equivale al 17 por ciento del PIB de Chipre.
La semana pasada, el gobernador del banco central, Athanasios Orphanides --que es miembro del Consejo de Gobiernno del Banco Central Europeo--, advirtió de que si no se actuaba de forma inmediata, Chipre podría necesitar un rescate de la UE, al igual que ha ocurrido con Grecia, Irlanda y Portugal.
Pero Stefanou ha declarado que Chipre no tendría por qué llegar a ese punto. "Hasta ahora, Chipre ha conseguido satisfacer sus necesidades de financiación hasta finales de año, así que no se debe dar por hecho que se beneficiará de un mecanismo de apoyo", ha recalcado.