Dimite el nuevo ministro de la Reconstrucción japonés, otro revés para Kan
Tokio, Agencias
El ministro japonés de la Reconstrucción dimitió este martes, apenas una semana después de su nombramiento, tras haber hecho declaraciones polémicas en la zonas devastadas por el tsunami del pasado 11 de marzo, en un nuevo golpe duro para el impopular primer ministro del país, Naoto Kan.
Ryu Matsumoto, 60 años, estaba siendo muy criticado por la oposición conservadora y también por responsables de la mayoría demócrata, tras su controvertida visita del domingo a las prefecturas de Iwate y Miyagi (noreste del país), duramente afectadas por la catástrofe que dejó casi 23.000 muertos y desaparecidos.
El ministro declaró a los medios, entre otras cosas, que el Gobierno iba a "ayudar a los municipalidades que aportan ideas, no a las otras" y que el Estado "no hará nada" a menos que las autoridades locales se pongan de acuerdo sobre el modo de relanzar los establecimientos pesqueros", destruidos por la ola gigante.
Para completar el cuadro, durante su visita al gobernador de Miyagi, Matsumoto le reprochó a su anfitrión, con tono enojado, por haberlo hecho esperar y se negó a estrecharle la mano.
"Mis palabras han sido brutales y han herido los sentimientos de las personas afectadas por el desastre. Pido disculpas", dijo este martes el ministro, casi sollozando, en una conferencia de prensa.
Matsumoto, nombrado ministro de la Reconstrucción el 27 de junio, es el cuarto ministro que dimite en un marco de escándalos y torpezas desde que Kan llegó al poder, en junio de 2010.
"La política japonesa está en plena descomposición", comentó Tetsuro Kato, profesor de la Universidad de Waseda.
"Kan es el responsable de la designación de la persona menos adecuada para el puesto que actualmente es el más importante en Japón", dijo, agregando que "es el propio primer ministro el que debería haber renunciado. Este último incidente es un gran error político de un gobierno en fase terminal".
La popularidad de Kan, acusado de haber manejado mal la catástrofe y la crisis nuclear de Fukushima, se ha derrumbado y muchas voces se elevan en la oposición y en la mayoría de exigir su salida inmediata.
Kan ha hecho saber que él no partirá sino tras la votación de tres leyes en el Parlamento, vinculadas a una segunda remesa presupuestal para la reconstrucción, a la emisión de bonos de Estado y al uso de energías renovables.
Los analistas predicen su salida para finales de agosto, lo que corresponde al final de la sesión parlamentaria extraordinaria.
El Partido Democrático de Japón (PDJ, centro-izquierda) procederá entonces a la designación de un nuevo presidente, que sucederá a Kan y será luego elegido por el Parlamento para el puesto de primer ministro.
En este contexto, el gobierno japonés aprobó este martes una segunda partida presupuestaria, de 2 billones de yenes (17.000 millones de euros, 24.000 millones de dólares), para ayudar a las regiones que sufrieron la catástrofe del 11 de marzo.
Esta partida, que será sometida al Parlamento a mediados de julio, incluye fondos de 800.000 millones de yenes para la reconstrucción del noreste devastado por un sismo de magnitud 9 y un tsunami gigantesco que dejó casi 23.000 muertos y desaparecidos.
Otros 550.000 millones irán a parar a las autoridades locales de las regiones devastadas y 300.000 más a las personas cuya casa quedó destruida o muy dañada por la catástrofe.
El presupuesto prevé 275.000 millones para el accidente nuclear de Fukushima provocado por el paso del tsunami por esta central, situada a 220 kilómetros al noreste de Tokio.
El ministro japonés de la Reconstrucción dimitió este martes, apenas una semana después de su nombramiento, tras haber hecho declaraciones polémicas en la zonas devastadas por el tsunami del pasado 11 de marzo, en un nuevo golpe duro para el impopular primer ministro del país, Naoto Kan.
Ryu Matsumoto, 60 años, estaba siendo muy criticado por la oposición conservadora y también por responsables de la mayoría demócrata, tras su controvertida visita del domingo a las prefecturas de Iwate y Miyagi (noreste del país), duramente afectadas por la catástrofe que dejó casi 23.000 muertos y desaparecidos.
El ministro declaró a los medios, entre otras cosas, que el Gobierno iba a "ayudar a los municipalidades que aportan ideas, no a las otras" y que el Estado "no hará nada" a menos que las autoridades locales se pongan de acuerdo sobre el modo de relanzar los establecimientos pesqueros", destruidos por la ola gigante.
Para completar el cuadro, durante su visita al gobernador de Miyagi, Matsumoto le reprochó a su anfitrión, con tono enojado, por haberlo hecho esperar y se negó a estrecharle la mano.
"Mis palabras han sido brutales y han herido los sentimientos de las personas afectadas por el desastre. Pido disculpas", dijo este martes el ministro, casi sollozando, en una conferencia de prensa.
Matsumoto, nombrado ministro de la Reconstrucción el 27 de junio, es el cuarto ministro que dimite en un marco de escándalos y torpezas desde que Kan llegó al poder, en junio de 2010.
"La política japonesa está en plena descomposición", comentó Tetsuro Kato, profesor de la Universidad de Waseda.
"Kan es el responsable de la designación de la persona menos adecuada para el puesto que actualmente es el más importante en Japón", dijo, agregando que "es el propio primer ministro el que debería haber renunciado. Este último incidente es un gran error político de un gobierno en fase terminal".
La popularidad de Kan, acusado de haber manejado mal la catástrofe y la crisis nuclear de Fukushima, se ha derrumbado y muchas voces se elevan en la oposición y en la mayoría de exigir su salida inmediata.
Kan ha hecho saber que él no partirá sino tras la votación de tres leyes en el Parlamento, vinculadas a una segunda remesa presupuestal para la reconstrucción, a la emisión de bonos de Estado y al uso de energías renovables.
Los analistas predicen su salida para finales de agosto, lo que corresponde al final de la sesión parlamentaria extraordinaria.
El Partido Democrático de Japón (PDJ, centro-izquierda) procederá entonces a la designación de un nuevo presidente, que sucederá a Kan y será luego elegido por el Parlamento para el puesto de primer ministro.
En este contexto, el gobierno japonés aprobó este martes una segunda partida presupuestaria, de 2 billones de yenes (17.000 millones de euros, 24.000 millones de dólares), para ayudar a las regiones que sufrieron la catástrofe del 11 de marzo.
Esta partida, que será sometida al Parlamento a mediados de julio, incluye fondos de 800.000 millones de yenes para la reconstrucción del noreste devastado por un sismo de magnitud 9 y un tsunami gigantesco que dejó casi 23.000 muertos y desaparecidos.
Otros 550.000 millones irán a parar a las autoridades locales de las regiones devastadas y 300.000 más a las personas cuya casa quedó destruida o muy dañada por la catástrofe.
El presupuesto prevé 275.000 millones para el accidente nuclear de Fukushima provocado por el paso del tsunami por esta central, situada a 220 kilómetros al noreste de Tokio.