Violentos enfrentamientos en El Cairo con fondo de tensión política
El Cairo, Agencias
Violentos enfrentamientos opusieron a policías y manifestantes en El Cairo desde el martes por la noche hasta este miércoles por la tarde, en un clima de tensión política y de críticas a los militares en el poder, más de cuatro meses después de la caída del presidente Hosni Mubarak.
Los enfrentamientos opusieron toda la noche a unos 4.000 manifestantes y las fuerzas antimotines en el centro de El Cairo, especialmente en la plaza Tahrir, escenario simbólico del movimiento contra el régimen de Mubarak que forzó su dimisión en febrero.
Los lanzamientos de piedras y los disparos de granadas lacrimógenas continuaron en las inmediaciones del ministerio del Interior antes de perder intensidad progresivamente. Cesaron este miércoles por la tarde.
Según el ministerio de Salud, 1.036 personas resultaron heridas, en su mayoría de levedad, y de ellas 120 fueron atendidas en el hospital.
La agencia oficial Mena anunció la detención de un británico y un estadounidense durante estos sucesos, sin precisar las circunstancias ni sus identidades.
Según una fuente castrense, estos dos extranjeros no figuran en el grupo de unas 50 personas detenidas que serán llevadas ante la justicia militar.
Se trata de unos de los disturbios más graves en El Cairo desde la renuncia, el 11 de febrero, de Mubarak.
La Bolsa de El Cairo acusó el golpe con una bajada en su índice de referencia EGX-30 de 2,03% al cierre.
Los primeros incidentes estallaron en circunstancias confusas al margen de una ceremonia, en un teatro del centro de la capital, en memoria de las víctimas de la revuelta que derrocó a Mubarak.
Según testigos, los guardias de seguridad impidieron entrar a las familias de las víctimas, lo que desencadenó la reyerta, pero otros culpan a hombres de confianza de los círculos pro Mubarak.
Entonces los movimientos prodemocráticos se echaron a la calle en Tahrir para manifestarse con eslóganes a favor de las reformas y criticar a los militares frente a un despliegue policial imponente. Según testigos, "elementos leales al antiguo régimen" fomentaron la tensión.
El ejército, que gobierna el país, publicó en la red social Facebook un comunicado en el que denuncia "lamentables incidentes" cuya única razón de ser es "tratar de desestabilizar la seguridad de Egipto".
El subsecretario de Estado para Asuntos Políticos estadounidense, William Burns, de visita en El Cairo, instó a las autoridades a conducir "un proceso político abierto y aglutinador".
Estos disturbios se producen en medio de un clima político tenso, marcado la semana pasada por una manifestación violenta de partidarios de Mubarak en El Cairo.
El ex jefe de Estado está hospitalizado en la ciudad balnearia de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo, en espera de la apertura de su juicio, prevista el 3 de agosto.
Pocas horas antes de estallar los enfrentamientos se había anunciado la disolución judicial de las corporaciones municipales elegidas bajo la presidencia de Mubarak y dominadas por partidarios del antiguo régimen.
Paralelamente, el ejército es cada vez más criticado por la manera en la que dirige la transición.
Hay mucha polémica respecto a las elecciones legislativas, previstas en septiembre, porque se teme que los Hermanos Musulmanes las ganen aprovechando la falta de preparación de los otros partidos. El calendario para la redacción de una nueva Constitución y el lugar de la religión en las instituciones son también objeto de ásperos debates.
Entre tanto, se hacen llamados a participar en una gran manifestación el 8 de julio para reafirmar los ideales democráticos del movimiento contra Mubarak.
Violentos enfrentamientos opusieron a policías y manifestantes en El Cairo desde el martes por la noche hasta este miércoles por la tarde, en un clima de tensión política y de críticas a los militares en el poder, más de cuatro meses después de la caída del presidente Hosni Mubarak.
Los enfrentamientos opusieron toda la noche a unos 4.000 manifestantes y las fuerzas antimotines en el centro de El Cairo, especialmente en la plaza Tahrir, escenario simbólico del movimiento contra el régimen de Mubarak que forzó su dimisión en febrero.
Los lanzamientos de piedras y los disparos de granadas lacrimógenas continuaron en las inmediaciones del ministerio del Interior antes de perder intensidad progresivamente. Cesaron este miércoles por la tarde.
Según el ministerio de Salud, 1.036 personas resultaron heridas, en su mayoría de levedad, y de ellas 120 fueron atendidas en el hospital.
La agencia oficial Mena anunció la detención de un británico y un estadounidense durante estos sucesos, sin precisar las circunstancias ni sus identidades.
Según una fuente castrense, estos dos extranjeros no figuran en el grupo de unas 50 personas detenidas que serán llevadas ante la justicia militar.
Se trata de unos de los disturbios más graves en El Cairo desde la renuncia, el 11 de febrero, de Mubarak.
La Bolsa de El Cairo acusó el golpe con una bajada en su índice de referencia EGX-30 de 2,03% al cierre.
Los primeros incidentes estallaron en circunstancias confusas al margen de una ceremonia, en un teatro del centro de la capital, en memoria de las víctimas de la revuelta que derrocó a Mubarak.
Según testigos, los guardias de seguridad impidieron entrar a las familias de las víctimas, lo que desencadenó la reyerta, pero otros culpan a hombres de confianza de los círculos pro Mubarak.
Entonces los movimientos prodemocráticos se echaron a la calle en Tahrir para manifestarse con eslóganes a favor de las reformas y criticar a los militares frente a un despliegue policial imponente. Según testigos, "elementos leales al antiguo régimen" fomentaron la tensión.
El ejército, que gobierna el país, publicó en la red social Facebook un comunicado en el que denuncia "lamentables incidentes" cuya única razón de ser es "tratar de desestabilizar la seguridad de Egipto".
El subsecretario de Estado para Asuntos Políticos estadounidense, William Burns, de visita en El Cairo, instó a las autoridades a conducir "un proceso político abierto y aglutinador".
Estos disturbios se producen en medio de un clima político tenso, marcado la semana pasada por una manifestación violenta de partidarios de Mubarak en El Cairo.
El ex jefe de Estado está hospitalizado en la ciudad balnearia de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo, en espera de la apertura de su juicio, prevista el 3 de agosto.
Pocas horas antes de estallar los enfrentamientos se había anunciado la disolución judicial de las corporaciones municipales elegidas bajo la presidencia de Mubarak y dominadas por partidarios del antiguo régimen.
Paralelamente, el ejército es cada vez más criticado por la manera en la que dirige la transición.
Hay mucha polémica respecto a las elecciones legislativas, previstas en septiembre, porque se teme que los Hermanos Musulmanes las ganen aprovechando la falta de preparación de los otros partidos. El calendario para la redacción de una nueva Constitución y el lugar de la religión en las instituciones son también objeto de ásperos debates.
Entre tanto, se hacen llamados a participar en una gran manifestación el 8 de julio para reafirmar los ideales democráticos del movimiento contra Mubarak.