Un fotógrafo herido de bala en la segunda noche de violencia sectaria en Belfast
Belfast, Agencias
Un fotógrafo de prensa británico recibió un balazo en la pierna en la segunda noche de enfrentamientos sectarios en Belfast, considerados por la policía como "el peor estallido de violencia en mucho tiempo" entre protestantes y católicos en Irlanda del Norte.
Hasta 400 personas se congregaron a última hora del martes en una zona históricamente sensible del este de la capital norirlandesa, y lanzaron bombas incendiarias, ladrillos y otros proyectiles, mientras la policía trataba de dispersarlas con cañones de agua.
También se registraron varios disparos, según testigos y policía, uno de los cuales hirió a un fotógrafo de la agencia británica Press Association (PA), que tuvo que ser hospitalizado, aunque su condición este miércoles era estable.
"Sucedió alrededor de la medianoche. Éramos unos 20 periodistas y fotógrafos. Se tiraban piedras, algunas bombas incendiarias, y vi aparecer una mano por encima de una pared de tres metros de alto y luego una pistola. Escuché cuatro o cinco tiros. Me di la vuelta y vi a alguien de PA que decía: 'me han disparado'. Podía ver una mancha de sangre en su pierna", explicó un fotógrafo de la AFP que cubría los enfrentamientos.
Los disparos procedían de Short Strand, un enclave católico separado por un muro del resto de la zona, mayoritariamente protestante, y estaban dirigidos a la zona protestante, explicó el fotógrafo, para quien su autor tiraba "al azar". La policía no confirmó esta información. Una mujer de 20 años fue detenida este miércoles por presunta posesión de armas, anunció un portavoz de la policía irlandesa.
Otras dos personas habían resultado heridas de bala en los incidentes registrados el lunes en la primera noche de violencia, que según las autoridades comenzó cuando grupos de enmascarados atacaron las viviendas de Short Strand. La policía acusó a radicales del grupo paramilitar unionista Ulster Volunteer Force (UVF) de haber desencadenado los disturbios.
"Lleva su huella, por dirección, por omisión o por comisión", declaró el subjefe de la policía, Alistair Finlay, que el martes describió los enfrentamientos como "el peor estallido de violencia, desde hace mucho tiempo".
El UVF renunció oficialmente a lucha armada en el marco de los Acuerdos de Paz del Viernes Santo que en 1998 pusieron fin a 30 años de violencia (3.500 muertos) entre protestantes unionistas y católicos republicanos en Irlanda del Norte, la parte de la isla de Irlanda que sigue bajo dominio británico.
El jefe del gobierno autónomo de coalición, el protestante Peter Robinson, líder del Partido Unionista Democrático (DUP) y su número dos, el católico Martin McGuinness, del Sinn Féin, condenaron la violencia.
"En este momento en que muchos trabajamos duro para construir un futuro mejor para todos en Irlanda del Norte, es decepcionante y profundamente preocupante ver este nivel de violencia en las calles", dijo Robinson.
El representante del Sinn Féin, que milita por el fin de la autoridad británica en Irlanda del Norte, estimó por su parte que "una minoría de individuos están claramente decididos a desestabilizar a nuestras comunidades". "No se les permitirá que nos vuelvan a arrastrar al pasado", agregó McGuinness.
Un fotógrafo de prensa británico recibió un balazo en la pierna en la segunda noche de enfrentamientos sectarios en Belfast, considerados por la policía como "el peor estallido de violencia en mucho tiempo" entre protestantes y católicos en Irlanda del Norte.
Hasta 400 personas se congregaron a última hora del martes en una zona históricamente sensible del este de la capital norirlandesa, y lanzaron bombas incendiarias, ladrillos y otros proyectiles, mientras la policía trataba de dispersarlas con cañones de agua.
También se registraron varios disparos, según testigos y policía, uno de los cuales hirió a un fotógrafo de la agencia británica Press Association (PA), que tuvo que ser hospitalizado, aunque su condición este miércoles era estable.
"Sucedió alrededor de la medianoche. Éramos unos 20 periodistas y fotógrafos. Se tiraban piedras, algunas bombas incendiarias, y vi aparecer una mano por encima de una pared de tres metros de alto y luego una pistola. Escuché cuatro o cinco tiros. Me di la vuelta y vi a alguien de PA que decía: 'me han disparado'. Podía ver una mancha de sangre en su pierna", explicó un fotógrafo de la AFP que cubría los enfrentamientos.
Los disparos procedían de Short Strand, un enclave católico separado por un muro del resto de la zona, mayoritariamente protestante, y estaban dirigidos a la zona protestante, explicó el fotógrafo, para quien su autor tiraba "al azar". La policía no confirmó esta información. Una mujer de 20 años fue detenida este miércoles por presunta posesión de armas, anunció un portavoz de la policía irlandesa.
Otras dos personas habían resultado heridas de bala en los incidentes registrados el lunes en la primera noche de violencia, que según las autoridades comenzó cuando grupos de enmascarados atacaron las viviendas de Short Strand. La policía acusó a radicales del grupo paramilitar unionista Ulster Volunteer Force (UVF) de haber desencadenado los disturbios.
"Lleva su huella, por dirección, por omisión o por comisión", declaró el subjefe de la policía, Alistair Finlay, que el martes describió los enfrentamientos como "el peor estallido de violencia, desde hace mucho tiempo".
El UVF renunció oficialmente a lucha armada en el marco de los Acuerdos de Paz del Viernes Santo que en 1998 pusieron fin a 30 años de violencia (3.500 muertos) entre protestantes unionistas y católicos republicanos en Irlanda del Norte, la parte de la isla de Irlanda que sigue bajo dominio británico.
El jefe del gobierno autónomo de coalición, el protestante Peter Robinson, líder del Partido Unionista Democrático (DUP) y su número dos, el católico Martin McGuinness, del Sinn Féin, condenaron la violencia.
"En este momento en que muchos trabajamos duro para construir un futuro mejor para todos en Irlanda del Norte, es decepcionante y profundamente preocupante ver este nivel de violencia en las calles", dijo Robinson.
El representante del Sinn Féin, que milita por el fin de la autoridad británica en Irlanda del Norte, estimó por su parte que "una minoría de individuos están claramente decididos a desestabilizar a nuestras comunidades". "No se les permitirá que nos vuelvan a arrastrar al pasado", agregó McGuinness.