Temor de que islámicos se hayan infiltrado en ejército paquistaní
Islamabad, Agencias
La revelación de que un mando del ejército paquistaní fue detenido bajo sospecha de estar relacionado con un grupo islámico ha despertado temores sobre el alcance e influencia de una organización que desde hace tiempo tiene intrigados a analistas y políticos.
El ejército de Pakistán confirmó el martes que el brigadier Alí Khan está siendo investigado por sus presuntos lazos con el grupo Hizb-ut-Tahrir. La esposa de Khan consideró las acusaciones una "basura".
Hizb-ut-Tahrir ha dicho que rechaza la violencia pero utiliza una retórica vitriólica y defiende los golpes militares. Intenta derrocar al gobierno paquistaní, salido de las urnas, y desea aunar al mundo musulmán en una especie de califato de rígida observancia de la ley islámica.
El 2 de mayo, comandos navales estadounidenses mataron a Osama bin Laden cerca de una academia militar paquistaní, lo que incrementó los temores de una infiltración extremista en las fuerzas de seguridad paquistaníes, aunque no hay pruebas aún de que los militares participaran en una confabulación para ocultar el paradero del jefe de al-Qaida.
Los detractores de Hizb-ut-Tahrir sostienen que no dista mucho de los grupos islámicos y que su enfoque antioccidental facilita la mentalidad extremista que empuja a algunos de sus miembros a empuñar las armas o tolerar a los que las empuñan.
"Hizb-ut-Tahrir ha sido una inspiración para el yihadismo", dijo Maajid Nawaz, un antiguo miembro que encabeza ahora un centro de investigación contra el extremismo.
El grupo fue fundado a principios de la década de 1950 en Jerusalén por Taqiuddin an-Nabhani, un juez, erudito y político. Desde entonces, el grupo se ha extendido por las naciones musulmanas y en algunos países occidentales como Gran Bretaña y Estados Unidos. Cuenta con centenares de miles de seguidores en todo el mundo.
Agregó que desea cambiar la actitud musulmana para restaurar el califato, la estructura que gobernó otrora gran parte del mundo islámico. Además, dice oponerse a la democracia porque el concepto es contrario a la ley islámica, que considera divina.
Hizb-u-Tahrir, que significa "Partido de la Liberación", no ha sido ligado directamente con el terrorismo y sostiene que defiende sus programas por medios pacíficos. Utiliza para ello internet, Twitter y la benevolencia amistosa de algunos medios.
Empero, la rígida observancia que profesa el grupo del islamismo más integrista y sus mensajes antigubernamentales —ya sea contra las dictaduras o los líderes salidos de las urnas— son considerados una amenaza en algunos países. Turquía, Egipto y algunas naciones del Asia Central lo han prohibido o han reprimido sus actividades.
Otros países como Gran Bretaña, Australia y Estados Unidos —donde la libertad de expresión y asociación ofrecen ciertas protecciones— lo vigilan atentamente.
Gran Bretaña revisa actualmente la situación del grupo con la esperanza de prohibirlo. La secretaria del Interior Theresa May dijo el mes pasado que el gobierno sigue "preocupado por las acciones del grupo".
El ex presidente paquistaní Pervez Musharraf, un general que tomó el poder con un golpe de estado en 1999, desterró a Hizb-ut-Tahrir en 2003.
Con todo, Hizb-ut-Tahrir ha logrado operar con relativa libertad en Pakistán, diseminando sus opiniones mediante mensajes electrónicos, panfletos y concentraciones, y apelando a los militares a que derroquen a los "gobernantes traidores" debido a su alianza con Estados Unidos.
La revelación de que un mando del ejército paquistaní fue detenido bajo sospecha de estar relacionado con un grupo islámico ha despertado temores sobre el alcance e influencia de una organización que desde hace tiempo tiene intrigados a analistas y políticos.
El ejército de Pakistán confirmó el martes que el brigadier Alí Khan está siendo investigado por sus presuntos lazos con el grupo Hizb-ut-Tahrir. La esposa de Khan consideró las acusaciones una "basura".
Hizb-ut-Tahrir ha dicho que rechaza la violencia pero utiliza una retórica vitriólica y defiende los golpes militares. Intenta derrocar al gobierno paquistaní, salido de las urnas, y desea aunar al mundo musulmán en una especie de califato de rígida observancia de la ley islámica.
El 2 de mayo, comandos navales estadounidenses mataron a Osama bin Laden cerca de una academia militar paquistaní, lo que incrementó los temores de una infiltración extremista en las fuerzas de seguridad paquistaníes, aunque no hay pruebas aún de que los militares participaran en una confabulación para ocultar el paradero del jefe de al-Qaida.
Los detractores de Hizb-ut-Tahrir sostienen que no dista mucho de los grupos islámicos y que su enfoque antioccidental facilita la mentalidad extremista que empuja a algunos de sus miembros a empuñar las armas o tolerar a los que las empuñan.
"Hizb-ut-Tahrir ha sido una inspiración para el yihadismo", dijo Maajid Nawaz, un antiguo miembro que encabeza ahora un centro de investigación contra el extremismo.
El grupo fue fundado a principios de la década de 1950 en Jerusalén por Taqiuddin an-Nabhani, un juez, erudito y político. Desde entonces, el grupo se ha extendido por las naciones musulmanas y en algunos países occidentales como Gran Bretaña y Estados Unidos. Cuenta con centenares de miles de seguidores en todo el mundo.
Agregó que desea cambiar la actitud musulmana para restaurar el califato, la estructura que gobernó otrora gran parte del mundo islámico. Además, dice oponerse a la democracia porque el concepto es contrario a la ley islámica, que considera divina.
Hizb-u-Tahrir, que significa "Partido de la Liberación", no ha sido ligado directamente con el terrorismo y sostiene que defiende sus programas por medios pacíficos. Utiliza para ello internet, Twitter y la benevolencia amistosa de algunos medios.
Empero, la rígida observancia que profesa el grupo del islamismo más integrista y sus mensajes antigubernamentales —ya sea contra las dictaduras o los líderes salidos de las urnas— son considerados una amenaza en algunos países. Turquía, Egipto y algunas naciones del Asia Central lo han prohibido o han reprimido sus actividades.
Otros países como Gran Bretaña, Australia y Estados Unidos —donde la libertad de expresión y asociación ofrecen ciertas protecciones— lo vigilan atentamente.
Gran Bretaña revisa actualmente la situación del grupo con la esperanza de prohibirlo. La secretaria del Interior Theresa May dijo el mes pasado que el gobierno sigue "preocupado por las acciones del grupo".
El ex presidente paquistaní Pervez Musharraf, un general que tomó el poder con un golpe de estado en 1999, desterró a Hizb-ut-Tahrir en 2003.
Con todo, Hizb-ut-Tahrir ha logrado operar con relativa libertad en Pakistán, diseminando sus opiniones mediante mensajes electrónicos, panfletos y concentraciones, y apelando a los militares a que derroquen a los "gobernantes traidores" debido a su alianza con Estados Unidos.