Régimen libio discute con los rebeldes, pero excluye salida de Gadafi
Trípoli, Agencias
Un emisario ruso reveló el jueves que el régimen libio mantenía contactos con los rebeldes, aunque el primer ministro libio afirmó que la partida del coronel Muamar Gadafi, exigida por la coalición occidental que desde tres meses bombardea el país norafricano, es una "línea roja" que no debe traspasarse.
Representante especial de Rusia para África, Mijail Marguelov declaró el jueves en Trípoli, tras haberse reunido con el primer ministro libio Baghdadi Mahmudi, que ya estaban en curso "contactos directos entre Bengasi (el bastión rebelde en el Este) y Trípoli".
"El primer ministro libio me contó que ayer (miércoles) hubo una ronda de contactos en París", aseguró.
El presidente francés Nicolas Sarkozy "fue informado de los resultados de esos contactos", añadió el enviado especial del Kremlin, quien viajó el 7 de junio a Bengasi.
Ninguna de las dos partes implicadas en la crisis libia ha admitido hasta el presente la existencia de negociaciones para resolver ese conflicto. Los rebeldes exigen antes de toda negociación la partida del coronel Muamar Gadafi.
Pero Trípoli sigue inflexible sobre este asunto. "Muamar Gadafi es el líder del país, es una línea roja en todo diálogo", repitió Baghdadi Mahmudi, tras su encuentro con Marguelov.
Inicialmente opuesto a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que abrió la vía a los bombardeos contra las tropas del régimen, Moscú no había hecho uso de su derecho a veto, como China, y finalmente se puso del lado de los occidentales reclamando la partida de Gadafi.
Este último "puede permanecer en Libia como un particular y su seguridad podrá ser garantizada por las tribus de donde él proviene. Nadie quiere su muerte", aseguró Marguelov al jefe de la diplomacia libia.
"Si el coronel anuncia que se va y está dispuesto a un proceso político, las acciones (militares) pueden terminar muy rápidamente", precisó.
Al mismo tiempo, los presidentes chino Hu Jintao y ruso Dimitri Medvedev, acusaron a la OTAN de interpretar "arbitrariamente" la resolución 1973, al no limitarse más a la protección de los civiles sino a querer la caída del régimen, lo que Francia ha reconocido.
De visita en Argel, el jefe de la diplomacia francesa, Alain Juppé, admitió que las "resoluciones de la ONU no piden la salida de Muamar Gadafi, pero nosotros sí la pedimos".
En el poder desde hace cerca de 42 años, el coronel Gadafi ha permanecido sordo a los numerosos llamamientos para que se vaya.
Su hijo y eventual sucesor, Seif al Islam Gadafi, en una entrevista publicada el jueves por el diario italiano Corriere della Sera, afirmó que Trípoli estaba dispuesto a aceptar elecciones "dentro de tres meses, y como máximo antes de fin de año".
La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, aseguró que esa propuesta "para un cambio democrático" llegaba "un poco tarde".
El gobierno español anunció este jueves la expulsión del embajador libio en España, Ajeli Abdussalam Ali Breni, tras perder el régimen de Gadafi "toda legitimidad", junto a tres de sus funcionarios por "actividades incompatibles" con su estatus diplomático.
De su lado, el Consejo Nacional de Transición (CNT), órgano político de la rebelión, reconocido actualmente por 15 países como "interlocutor legítimo" en Libia, prepara activamente la era post-Gadafi.
El CNT firmará el viernes con Roma un "acuerdo de cooperación" que prevé la repatriación de los refugiados que han penetrado ilegalmente en Italia, indicó el jefe de la diplomacia italiana, Franco Frattini.
El canciller italiano anunció igualmente la próxima celebración en Roma de una "gran asamblea" que reunirá a todos los jefes de tribu y a los representantes de la sociedad civil libia.
Por su parte el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, dijo el jueves en Madrid que la OTAN ha "impedido una masacre" en Libia y va a "mantener la presión militar" sobre Muamar Gadafi con el fin de preparar el terreno para una solución política.
"Nuestro mensaje al pueblo libio es claro. Los protegeremos todo el tiempo que haga falta. Nuestro mensaje al régimen de Gadafi es claro. Su época se ha terminado. Debe irse", dijo Rasmussen en un discurso ante el Senado español, sobre el tema "La OTAN y el Mediterráneo: los cambios que vienen".
Un emisario ruso reveló el jueves que el régimen libio mantenía contactos con los rebeldes, aunque el primer ministro libio afirmó que la partida del coronel Muamar Gadafi, exigida por la coalición occidental que desde tres meses bombardea el país norafricano, es una "línea roja" que no debe traspasarse.
Representante especial de Rusia para África, Mijail Marguelov declaró el jueves en Trípoli, tras haberse reunido con el primer ministro libio Baghdadi Mahmudi, que ya estaban en curso "contactos directos entre Bengasi (el bastión rebelde en el Este) y Trípoli".
"El primer ministro libio me contó que ayer (miércoles) hubo una ronda de contactos en París", aseguró.
El presidente francés Nicolas Sarkozy "fue informado de los resultados de esos contactos", añadió el enviado especial del Kremlin, quien viajó el 7 de junio a Bengasi.
Ninguna de las dos partes implicadas en la crisis libia ha admitido hasta el presente la existencia de negociaciones para resolver ese conflicto. Los rebeldes exigen antes de toda negociación la partida del coronel Muamar Gadafi.
Pero Trípoli sigue inflexible sobre este asunto. "Muamar Gadafi es el líder del país, es una línea roja en todo diálogo", repitió Baghdadi Mahmudi, tras su encuentro con Marguelov.
Inicialmente opuesto a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que abrió la vía a los bombardeos contra las tropas del régimen, Moscú no había hecho uso de su derecho a veto, como China, y finalmente se puso del lado de los occidentales reclamando la partida de Gadafi.
Este último "puede permanecer en Libia como un particular y su seguridad podrá ser garantizada por las tribus de donde él proviene. Nadie quiere su muerte", aseguró Marguelov al jefe de la diplomacia libia.
"Si el coronel anuncia que se va y está dispuesto a un proceso político, las acciones (militares) pueden terminar muy rápidamente", precisó.
Al mismo tiempo, los presidentes chino Hu Jintao y ruso Dimitri Medvedev, acusaron a la OTAN de interpretar "arbitrariamente" la resolución 1973, al no limitarse más a la protección de los civiles sino a querer la caída del régimen, lo que Francia ha reconocido.
De visita en Argel, el jefe de la diplomacia francesa, Alain Juppé, admitió que las "resoluciones de la ONU no piden la salida de Muamar Gadafi, pero nosotros sí la pedimos".
En el poder desde hace cerca de 42 años, el coronel Gadafi ha permanecido sordo a los numerosos llamamientos para que se vaya.
Su hijo y eventual sucesor, Seif al Islam Gadafi, en una entrevista publicada el jueves por el diario italiano Corriere della Sera, afirmó que Trípoli estaba dispuesto a aceptar elecciones "dentro de tres meses, y como máximo antes de fin de año".
La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, aseguró que esa propuesta "para un cambio democrático" llegaba "un poco tarde".
El gobierno español anunció este jueves la expulsión del embajador libio en España, Ajeli Abdussalam Ali Breni, tras perder el régimen de Gadafi "toda legitimidad", junto a tres de sus funcionarios por "actividades incompatibles" con su estatus diplomático.
De su lado, el Consejo Nacional de Transición (CNT), órgano político de la rebelión, reconocido actualmente por 15 países como "interlocutor legítimo" en Libia, prepara activamente la era post-Gadafi.
El CNT firmará el viernes con Roma un "acuerdo de cooperación" que prevé la repatriación de los refugiados que han penetrado ilegalmente en Italia, indicó el jefe de la diplomacia italiana, Franco Frattini.
El canciller italiano anunció igualmente la próxima celebración en Roma de una "gran asamblea" que reunirá a todos los jefes de tribu y a los representantes de la sociedad civil libia.
Por su parte el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, dijo el jueves en Madrid que la OTAN ha "impedido una masacre" en Libia y va a "mantener la presión militar" sobre Muamar Gadafi con el fin de preparar el terreno para una solución política.
"Nuestro mensaje al pueblo libio es claro. Los protegeremos todo el tiempo que haga falta. Nuestro mensaje al régimen de Gadafi es claro. Su época se ha terminado. Debe irse", dijo Rasmussen en un discurso ante el Senado español, sobre el tema "La OTAN y el Mediterráneo: los cambios que vienen".