Los niños muertos en Siria, símbolos de una represión despiadada

Damasco, Agencias
Los niños caídos bajo las balas de las fuerzas de seguridad sirias -al menos 30 desde el mediados de marzo, según la UNICEF- se han convertido en el símbolo de la represión cada vez más violenta que el régimen del presidente del país, Bashar Al Asad, ejerce contra la rebelión popular.

Un niño de 13 años, Amzeh Al Jatib, "torturado y asesinado" según la oposición, simboliza desde hace unos días la resistencia a la brutalidad del régimen, que intenta, sin lograrlo, quebrar el movimiento popular.

Varias páginas de la red social Facebook -algunas de ellas con fotos y vídeos que muestran el presunto cuerpo mutilado de Amzeh- rinden homenaje al niño.

La nueva jornada de protesta convocada para este viernes estaba dedicada a los "niños de la libertad", algunos de los muertos tenían apenas cuatro años, que murieron como mártires

"Todos somos Hamzeh Jatib" dicen la mayoría de las páginas Facebook, en eco al célebre "Todos somos Jaled Sadi" (nombre del joven egipcio matado a golpes por la policía) que federó las multitudinarias manifestaciones del pueblo egipcio que desembocaron en el derrocamiento del líder egipcio Hosni Mubarak.

La detención y la tortura de 15 niños que pintaban consignas contra el régimen en los muros de Deraa (sur) fue la chispa que encendió la rebelión.

La historia del pequeño Hamzeh, que el régimen objeta diciendo que las marcas en el cuerpo se deben a la descomposición del cadáver, enardeció a los militantes que afirman que el niño tenía el cuello roto.

El portavoz del Fondo Mundial de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Patrick McCormick, opinó que la "utilización de imágenes de niños es increíblemente potente".

"La foto de un niño muerto, torturado o mutilado, tien mucho más impacto que la de un adulto", dijo McCormick a AFP.

En internet florecieron en los últimos días decenas de páginas tituladas "Niños mártires de Siria", "Por los niños de Siria" o "Ayudemos a los niños de Siria".

La UNICEF dijo que no estaba en condiciones de verificar las circunstancias exactas de las muertes, pero sostiene que las cifras de niños muertos en Siria, así como en Libia, son seguramente más elevadas que las que se conocen.

En esos dos países, los regímenes autocráticos han bombardeado ciudades "rebeldes", contrariamente a lo que sucedió en Túnez y Egipto.

En ese tipo de situaciones, los niños "no son conscientes del peligro, tanto más cuanto que las manifestaciones son un fenómeno nuevo en el país", dice McCormack.

En el sitio "Niños mártires de Siria", un vídeo muestra a una niña, llamada "Maya", llevada en andas por su padre, que grita "¡Vete, vete!", la consigna de las manifestaciones contra Al Asad.

Según la oposición, Hamzeh había decidido participar en las manifestaciones después de que la policía dio muerte a un primo suyo.

La UNICEF insiste en la necesidad de salvar esos niños, que a menudo acompañan a sus padres en las manifestaciones.

"No se trata de su combate, no eligieron estar en esta batalla, están en el medio", recuerda McCormick, que pide que se investiguen las muertes y las denuncias de torturas y que los responsables sean sancionados.

La preocupación aumenta a medida que se acerca el fin del año escolar.

"Los niños serán más vulnerables, estarán en la calle y no en una sala de clase", indicó el portavoz de la UNICEF.

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