La OTAN continúa bombardeando y prolonga su plan de acción en Libia
Bruselas, Agencias
La OTAN continuó su campaña de bombardeos, con nuevos ataques el martes por la noche en Trípoli y anunció este miércoles que prolongará su plan de acción militar en Libia, que debía culminar el 27 de junio, hasta fin de septiembre.
"La OTAN y sus aliados acaban de decidir prolongar nuestra misión en Libia 90 días más", indicó un comunicado de Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la organización. "Se trata de un mensaje claro para el régimen de Gadafi: estamos decididos a proseguir nuestras operaciones para proteger al pueblo libio", agregó Rasmussen en momentos en que el conflicto parece empantanarse.
"Nuestra decisión también es un mensaje claro para el pueblo libio: la OTAN, nuestros aliados, la comunidad internacional en su conjunto, están con ustedes", añadió. "Estamos unidos para asegurarnos de que podrán construir vuestro propio futuro. Y ese día se está acercando", concluyó el secretario general de la OTAN.
La OTAN tomó las riendas de la operación militar en Libia el 31 de marzo pasado. La operación había comenzado el 19 de marzo, un mes después del inicio de la revuelta popular reprimida sangrientamente por el régimen de Muamar Gadafi, en el poder desde hace casi 42 años.
En la noche del martes, los aviones de la OTAN volvieron a atacar Trípoli, blanco de bombardeos intensivos desde hace una decena de días. Seis explosiones sacudieron la ciudad, pero el periodista de la AFP no pudo determinar cuáles fueron los sitios atacados.
Según el portavoz del Gobierno libio, Musa Ibrahim, 718 civiles murieron y 4.067 fueron heridos en los ataques de la OTAN y la coalición entre el 19 de marzo pasado y el 26 de mayo.
Por su parte, el teniente coronel Mike Bracken, portavoz de la OTAN, afirmó que la Alianza Atlántica, cuya intervención militar se limita a las operaciones aéreas, "seguirá presionando" al régimen debido a que las fuerzas de Gadafi siguen atacando a los civiles. Bracken mencionó como ejemplos la ciudad de Dfania y de Tefren, en el oeste y el suroeste de Libia, respectivamente.
Dfania, a pocos kilómetros de Misrata, fue "bombardeada ciegamente", dijo el portavoz de la OTAN. En Yefren, "la vida es extremadamente difícil y peligrosa debido a los intensos bombardeos" de las fuerzas del régimen, señaló Bracken.
El diario británico The Guardian reveló este miércoles, citando fuentes militares británicas, que unos veteranos de las fuerzas especiales británicas, empleados por compañías de seguridad privadas, se encuentran en Misrata para ayudar a la rebelión. Los mercenarios recogen información acerca de la ubicación y los movimientos de las tropas leales a Gadafi y la transmiten luego al centro de comando de la OTAN en Nápoles, informa el diario.
Los ex militares están en Libia con el visto bueno de Gran Bretaña, Francia y otros países miembros de la OTAN y han sido dotados de equipos por las fuerzas de la coalición.
El ministerio de Defensa negó que los mercenarios sean pagados por el gobierno británico e insistió en que no hay tropas de combate en territorio libio. Los consejeros militares son pagados por los países árabes, especialmente por Qatar, según The Guardian.
Por su parte, el ministro libio de Petróleo, Chukri Ghanem, anunció este miércoles en Roma que abandonó su país para unirse a los rebeldes y luchar "por un Estado democrático", en declaraciones a medios de prensa italianos.
A pesar de la intervención militar y de las presiones y sanciones internacionales, el régimen, cuyas fuerzas siguen combatiendo, descarta que Gadafi deje el poder.
Mientras, los dirigentes de la rebelión rechazan cualquier solución que implique que Gadafi siga al frente del país.
El portavoz del Gobierno libio, insistió en decir que una salida de Gadafi sería lo peor para Libia. "Si Gadafi desaparece, desaparece la válvula de seguridad", dijo el portavoz, advirtiendo contra el riesgo de una "guerra civil".
La OTAN continuó su campaña de bombardeos, con nuevos ataques el martes por la noche en Trípoli y anunció este miércoles que prolongará su plan de acción militar en Libia, que debía culminar el 27 de junio, hasta fin de septiembre.
"La OTAN y sus aliados acaban de decidir prolongar nuestra misión en Libia 90 días más", indicó un comunicado de Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la organización. "Se trata de un mensaje claro para el régimen de Gadafi: estamos decididos a proseguir nuestras operaciones para proteger al pueblo libio", agregó Rasmussen en momentos en que el conflicto parece empantanarse.
"Nuestra decisión también es un mensaje claro para el pueblo libio: la OTAN, nuestros aliados, la comunidad internacional en su conjunto, están con ustedes", añadió. "Estamos unidos para asegurarnos de que podrán construir vuestro propio futuro. Y ese día se está acercando", concluyó el secretario general de la OTAN.
La OTAN tomó las riendas de la operación militar en Libia el 31 de marzo pasado. La operación había comenzado el 19 de marzo, un mes después del inicio de la revuelta popular reprimida sangrientamente por el régimen de Muamar Gadafi, en el poder desde hace casi 42 años.
En la noche del martes, los aviones de la OTAN volvieron a atacar Trípoli, blanco de bombardeos intensivos desde hace una decena de días. Seis explosiones sacudieron la ciudad, pero el periodista de la AFP no pudo determinar cuáles fueron los sitios atacados.
Según el portavoz del Gobierno libio, Musa Ibrahim, 718 civiles murieron y 4.067 fueron heridos en los ataques de la OTAN y la coalición entre el 19 de marzo pasado y el 26 de mayo.
Por su parte, el teniente coronel Mike Bracken, portavoz de la OTAN, afirmó que la Alianza Atlántica, cuya intervención militar se limita a las operaciones aéreas, "seguirá presionando" al régimen debido a que las fuerzas de Gadafi siguen atacando a los civiles. Bracken mencionó como ejemplos la ciudad de Dfania y de Tefren, en el oeste y el suroeste de Libia, respectivamente.
Dfania, a pocos kilómetros de Misrata, fue "bombardeada ciegamente", dijo el portavoz de la OTAN. En Yefren, "la vida es extremadamente difícil y peligrosa debido a los intensos bombardeos" de las fuerzas del régimen, señaló Bracken.
El diario británico The Guardian reveló este miércoles, citando fuentes militares británicas, que unos veteranos de las fuerzas especiales británicas, empleados por compañías de seguridad privadas, se encuentran en Misrata para ayudar a la rebelión. Los mercenarios recogen información acerca de la ubicación y los movimientos de las tropas leales a Gadafi y la transmiten luego al centro de comando de la OTAN en Nápoles, informa el diario.
Los ex militares están en Libia con el visto bueno de Gran Bretaña, Francia y otros países miembros de la OTAN y han sido dotados de equipos por las fuerzas de la coalición.
El ministerio de Defensa negó que los mercenarios sean pagados por el gobierno británico e insistió en que no hay tropas de combate en territorio libio. Los consejeros militares son pagados por los países árabes, especialmente por Qatar, según The Guardian.
Por su parte, el ministro libio de Petróleo, Chukri Ghanem, anunció este miércoles en Roma que abandonó su país para unirse a los rebeldes y luchar "por un Estado democrático", en declaraciones a medios de prensa italianos.
A pesar de la intervención militar y de las presiones y sanciones internacionales, el régimen, cuyas fuerzas siguen combatiendo, descarta que Gadafi deje el poder.
Mientras, los dirigentes de la rebelión rechazan cualquier solución que implique que Gadafi siga al frente del país.
El portavoz del Gobierno libio, insistió en decir que una salida de Gadafi sería lo peor para Libia. "Si Gadafi desaparece, desaparece la válvula de seguridad", dijo el portavoz, advirtiendo contra el riesgo de una "guerra civil".