La justicia de Túnez vuelve a juzgar en rebeldía a Ben Alí
Tunez, Agencias
El ex presidente tunecino Zine el Abidine Ben Alí, refugiado en Arabia Saudí y condenado ya en rebeldía a 35 años de prisión, se enfrenta de nuevo este jueves a la justicia de su país en el inicio de una larga serie de procesos contra él.
El proceso podría sin embargo verse postergado a causa de una huelga de tres días ampliamente seguida por la magistratura, indicaron fuentes coincidentes.
La sala penal del tribunal de primera instancia de Túnez juzgará a Ben Alí, que dirigió el país durante 23 años, en su ausencia, por posesión de armas y estupefacientes.
El 20 de junio, el mismo tribunal ya condenó en rebeldía al ex hombre fuerte de Túnez y a su esposa, Leila Trabelsi, a 35 años de cárcel y a pagar 65 millones de dólares por malversación de fondos. El veredicto cayó al cabo de sólo unas horas de deliberación. La decisión fue considerada expeditiva por personalidades u organizaciones poco sospechosas de simpatizar con Ben Alí.
Tres ONG tunecinas de defensa de los derechos humanos, pese a saludar la condena, lamentaron que la justicia no se haya mostrado "irreprochable" y pidieron una reforma de los procedimientos.
Hace diez días, el tribunal había postergado al 30 de junio su veredicto sobre otro caso relativo al presidente derrocado, debido a que los abogados no pudieron consultar el expediente antes del juicio.
Ben Alí y su entorno tendrán que afrontar más acciones judiciales en los próximos meses. Algunas serán enviadas a jurisdicciones militares, en particular aquellas por homicidios cometidos durante la represión de la revuelta popular que culminó con la salida del presidente, el 14 de enero, y dejó unos 300 muertos.
En el caso juzgado este jueves, Ben Alí está acusado de posesión y tráfico de droga, así como de tenencia de armas encontradas en su palacio de Cartago, acusaciones que calificó "de imaginarias y deshonrosas" por intermediación de su abogado libanés. Las armas son en su mayoría regalos de dignatarios extranjeros, explicó el ex presidente, que calificó de montaje el hallazgo de unos 2 kilos de droga en su oficina.
Su abogado tunecino designado de oficio, Abdesattar Messaoudi, está "más que convencido de que el veredicto será anunciado ese día. Es una justicia expeditiva", dijo a la AFP. También estimó que el ex presidente sería pasible de una pena de 20 a 30 años, debido a "circunstancias agravantes", pero destacó que había "lagunas en el expediente". "Se hizo apresuradamente", dijo.
Reaccionando a la condena por intermediación de su abogado francés, Jean-Yves Le Borgne, Ben Alí acusó al tribunal de haber pronunciado "una pena jurídicamente sin sentido pero políticamente oportuna".
Algunos comentaristas también estimaron que las autoridades tunecinas habían querido mostrar a la población que actuaban contra el antiguo régimen.
Numerosos tunecinos lamentaban que "no se haya hecho todo lo posible para obtener la extradición de Ben Alí antes de la apertura del proceso".
Hasta ahora, las autoridades saudíes han hecho oídos sordos, al menos públicamente, a las demandas tunecinas pidiéndoles la entrega de Ben Alí.
Por su lado, Rached Ghannouchi, líder del partido islamista Ennahda, calificó el primer juicio de "mascarada" y estimó que el ex presidente "merecía la pena de muerte por todos sus crímenes contra el pueblo tunecino".
El ex presidente tunecino Zine el Abidine Ben Alí, refugiado en Arabia Saudí y condenado ya en rebeldía a 35 años de prisión, se enfrenta de nuevo este jueves a la justicia de su país en el inicio de una larga serie de procesos contra él.
El proceso podría sin embargo verse postergado a causa de una huelga de tres días ampliamente seguida por la magistratura, indicaron fuentes coincidentes.
La sala penal del tribunal de primera instancia de Túnez juzgará a Ben Alí, que dirigió el país durante 23 años, en su ausencia, por posesión de armas y estupefacientes.
El 20 de junio, el mismo tribunal ya condenó en rebeldía al ex hombre fuerte de Túnez y a su esposa, Leila Trabelsi, a 35 años de cárcel y a pagar 65 millones de dólares por malversación de fondos. El veredicto cayó al cabo de sólo unas horas de deliberación. La decisión fue considerada expeditiva por personalidades u organizaciones poco sospechosas de simpatizar con Ben Alí.
Tres ONG tunecinas de defensa de los derechos humanos, pese a saludar la condena, lamentaron que la justicia no se haya mostrado "irreprochable" y pidieron una reforma de los procedimientos.
Hace diez días, el tribunal había postergado al 30 de junio su veredicto sobre otro caso relativo al presidente derrocado, debido a que los abogados no pudieron consultar el expediente antes del juicio.
Ben Alí y su entorno tendrán que afrontar más acciones judiciales en los próximos meses. Algunas serán enviadas a jurisdicciones militares, en particular aquellas por homicidios cometidos durante la represión de la revuelta popular que culminó con la salida del presidente, el 14 de enero, y dejó unos 300 muertos.
En el caso juzgado este jueves, Ben Alí está acusado de posesión y tráfico de droga, así como de tenencia de armas encontradas en su palacio de Cartago, acusaciones que calificó "de imaginarias y deshonrosas" por intermediación de su abogado libanés. Las armas son en su mayoría regalos de dignatarios extranjeros, explicó el ex presidente, que calificó de montaje el hallazgo de unos 2 kilos de droga en su oficina.
Su abogado tunecino designado de oficio, Abdesattar Messaoudi, está "más que convencido de que el veredicto será anunciado ese día. Es una justicia expeditiva", dijo a la AFP. También estimó que el ex presidente sería pasible de una pena de 20 a 30 años, debido a "circunstancias agravantes", pero destacó que había "lagunas en el expediente". "Se hizo apresuradamente", dijo.
Reaccionando a la condena por intermediación de su abogado francés, Jean-Yves Le Borgne, Ben Alí acusó al tribunal de haber pronunciado "una pena jurídicamente sin sentido pero políticamente oportuna".
Algunos comentaristas también estimaron que las autoridades tunecinas habían querido mostrar a la población que actuaban contra el antiguo régimen.
Numerosos tunecinos lamentaban que "no se haya hecho todo lo posible para obtener la extradición de Ben Alí antes de la apertura del proceso".
Hasta ahora, las autoridades saudíes han hecho oídos sordos, al menos públicamente, a las demandas tunecinas pidiéndoles la entrega de Ben Alí.
Por su lado, Rached Ghannouchi, líder del partido islamista Ennahda, calificó el primer juicio de "mascarada" y estimó que el ex presidente "merecía la pena de muerte por todos sus crímenes contra el pueblo tunecino".