Grecia: convulsiones políticas ante nuevas medidas de austeridad
Atenas, Agencias
Inmerso entre los preocupados acreedores y la población enfurecida, el primer ministro griego George Papandreou intentó el jueves sofocar la creciente revuelta en su Partido Socialista Panhelénico en torno a las nuevas medidas de austeridad.
Dos destacados legisladores socialistas dimitieron horas antes que Papandreou reorganizara su gabinete, táctica con la que esperaba la aprobación a un nuevo aumento de los impuestos y reducciones del gasto público para que Grecia no vea cesada su ayuda monetaria internacional.
Las estipulaciones no afectan la mayoría gubernamental de cinco escaños en el Parlamento, pero plantean más dudas sobre la capacidad de Papandreou para encarar la creciente crisis financiera helena.
"El sistema político se está pudriendo ... El país no está siendo gobernado como debería", dijo el diputado socialista Nikos Salagianis. "Una reorganización no solucionará los problemas del país".
Para acallar esas críticas, los socialistas anunciaron para el jueves por la tarde un diálogo de emergencia, que seguramente retrasará el anuncio de Papandreou de su nuevo gabinete.
La crisis política griega estalló al día siguiente de abundantes desórdenes callejeros en el centro de Atenas y el colapso de las negociaciones para formar un gobierno de coalición, lo que generó una venta generalizada en los mercados financieros globales. Los inversionistas están profundamente preocupados ante la posibilidad de que una moratoria de pagos en Grecia perjudique a los bancos de otros países y provoque una reacción financiera en cadena que según los expertos sería catastrófica.
El temor a una moratoria griega hizo que el euro bajara casi cuatro centavos en los últimos dos días, a menos de 1,41 dólares, ocasionando ventas generalizadas en las bolsas de valores y elevando el interés de los bonos soberanos griegos a más del 18%.
La próxima semana será crucial para Grecia. Los ministros de Hacienda de las 17 naciones de la eurozona seguramente anunciarán los detalles de un segundo plan de rescate a Atenas que será presentado a los líderes de la UE. Es muy improbable que sea ofrecida nueva ayuda si el Parlamento griego no respalda las nuevas medidas de austeridad.
En Bruselas, el comisionado de Asuntos Monetarios de la UE, Olli Rehn, dijo que es "lamentable" que fracasara el diálogo mantenido la víspera por la coalición.
"Una gran parte de la responsabilidad corresponde a las autoridades griegas y todos los líderes políticos griegos. Esperamos que el Parlamento griego respalde el programa de reforma económica, como fue acordado, para fines de junio", dijo Rehn. "Las gestiones necesarias para evitar una moratoria —que sería catastrófica para Grecia— son responsabilidad de todas las fuerzas políticas".
Inmerso entre los preocupados acreedores y la población enfurecida, el primer ministro griego George Papandreou intentó el jueves sofocar la creciente revuelta en su Partido Socialista Panhelénico en torno a las nuevas medidas de austeridad.
Dos destacados legisladores socialistas dimitieron horas antes que Papandreou reorganizara su gabinete, táctica con la que esperaba la aprobación a un nuevo aumento de los impuestos y reducciones del gasto público para que Grecia no vea cesada su ayuda monetaria internacional.
Las estipulaciones no afectan la mayoría gubernamental de cinco escaños en el Parlamento, pero plantean más dudas sobre la capacidad de Papandreou para encarar la creciente crisis financiera helena.
"El sistema político se está pudriendo ... El país no está siendo gobernado como debería", dijo el diputado socialista Nikos Salagianis. "Una reorganización no solucionará los problemas del país".
Para acallar esas críticas, los socialistas anunciaron para el jueves por la tarde un diálogo de emergencia, que seguramente retrasará el anuncio de Papandreou de su nuevo gabinete.
La crisis política griega estalló al día siguiente de abundantes desórdenes callejeros en el centro de Atenas y el colapso de las negociaciones para formar un gobierno de coalición, lo que generó una venta generalizada en los mercados financieros globales. Los inversionistas están profundamente preocupados ante la posibilidad de que una moratoria de pagos en Grecia perjudique a los bancos de otros países y provoque una reacción financiera en cadena que según los expertos sería catastrófica.
El temor a una moratoria griega hizo que el euro bajara casi cuatro centavos en los últimos dos días, a menos de 1,41 dólares, ocasionando ventas generalizadas en las bolsas de valores y elevando el interés de los bonos soberanos griegos a más del 18%.
La próxima semana será crucial para Grecia. Los ministros de Hacienda de las 17 naciones de la eurozona seguramente anunciarán los detalles de un segundo plan de rescate a Atenas que será presentado a los líderes de la UE. Es muy improbable que sea ofrecida nueva ayuda si el Parlamento griego no respalda las nuevas medidas de austeridad.
En Bruselas, el comisionado de Asuntos Monetarios de la UE, Olli Rehn, dijo que es "lamentable" que fracasara el diálogo mantenido la víspera por la coalición.
"Una gran parte de la responsabilidad corresponde a las autoridades griegas y todos los líderes políticos griegos. Esperamos que el Parlamento griego respalde el programa de reforma económica, como fue acordado, para fines de junio", dijo Rehn. "Las gestiones necesarias para evitar una moratoria —que sería catastrófica para Grecia— son responsabilidad de todas las fuerzas políticas".