Gadafi advierte que la OTAN no ganará
Trípoli, Agencias
Enfurecido por la reanudación de los bombardeos diarios de la OTAN sobre la capital, el líder libio Moamar Gadafi condenó el viernes a esa alianza y, a los gritos, retó a las fuerzas occidentales a seguir atacándolo.
Gadafi habló en una llamada telefónica que fue transmitida por altavoces a unos miles de personas que protestaban en la Plaza Verde en Trípoli, al cierre de una jornada en que la OTAN intensificó los bombardeos en la capital. La televisión estatal difundió en directo el mensaje de Gadafi y lo retransmitió minutos después.
"La OTAN será derrotada", gritó Gadafi con voz ronca y agitada. "Se retirarán derrotados".
Alrededor del mediodía, cazas de la OTAN incursionaron sobre la capital, bombardeando un blanco no identificado en el sur de la ciudad que arrojó una espesa columna de humo negro.
Una serie de explosiones se escucharon en otras partes de Trípoli, al tiempo que aún se oía el sonido de los aviones de combate. Camiones de bomberos recorrían las calles.
No estaba claro cuál fue el blanco del ataque ni si hubo bajas. El viernes es el principal día de descanso en Libia, por lo que mucha gente no está en sus trabajos.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte ha estado incrementando sus presiones militares sobre el régimen de Moamar Gadafi. Aunque la mayoría de los bombardeos han ocurrido por la noche, los ataques nocturnos se han vuelto más frecuentes.
La incursión del viernes sigue a un ataque contra múltiples blancos el jueves por la noche.
Los nuevos ataques en la capital se producen en momentos en que las renovadas gestiones diplomáticas para poner fin a la guerra civil en Libia parecen estar consiguiendo impulso, aunque no hay indicios de que se logre un avance importante de inmediato.
Fuera de Trípoli, las fuerzas de Gadafi intercambiaron fuego de artillería con los rebeldes que lentamente están rompiendo el sitio del gobierno sobre su reducto occidental, el puerto de Misrata.
Los médicos en el hospital Hikma de Misrata dijeron que nueve combatientes rebeldes y una mujer que vivía cerca del lugar de la batalla murieron y 30 personas más resultaron heridas. Se desconocían las víctimas del lado de las fuerzas gubernamentales.
Proyectiles de artillería y misiles Grad cayeron en las líneas rebeldes, que seguían tratando de avanzar fuera de Misrata, unos 200 kilómetros 125 millas al oriente de la capital. Los ataques más intensos se registraron entre los pueblos de Dafniya y Zlitan, al poniente del puerto mediterráneo. Los rebeldes respondieron desde su frente, unos 32 kilómetros (20 millas) al oeste del puerto.
Durante semanas, los rebeldes han quedado sitiados en Misrata, una de varias ciudades que controlan en el poniente de Libia. El tercio oriental del país está bajo control de los rebeldes desde Bengasi, su capital de facto. En los últimos días, mientras los aviones de la OTAN han comenzado a intensificar los ataques contra las fuerzas, bases y depósitos de municiones gubernamentales, los rebeldes en Misrata han aprovechado para tratar de avanzar hacia Trípoli. Los combates han sido intensos en ese frente, y los rebeldes sólo han podido avanzar unos 32 kilómetros (20 millas).
Enfurecido por la reanudación de los bombardeos diarios de la OTAN sobre la capital, el líder libio Moamar Gadafi condenó el viernes a esa alianza y, a los gritos, retó a las fuerzas occidentales a seguir atacándolo.
Gadafi habló en una llamada telefónica que fue transmitida por altavoces a unos miles de personas que protestaban en la Plaza Verde en Trípoli, al cierre de una jornada en que la OTAN intensificó los bombardeos en la capital. La televisión estatal difundió en directo el mensaje de Gadafi y lo retransmitió minutos después.
"La OTAN será derrotada", gritó Gadafi con voz ronca y agitada. "Se retirarán derrotados".
Alrededor del mediodía, cazas de la OTAN incursionaron sobre la capital, bombardeando un blanco no identificado en el sur de la ciudad que arrojó una espesa columna de humo negro.
Una serie de explosiones se escucharon en otras partes de Trípoli, al tiempo que aún se oía el sonido de los aviones de combate. Camiones de bomberos recorrían las calles.
No estaba claro cuál fue el blanco del ataque ni si hubo bajas. El viernes es el principal día de descanso en Libia, por lo que mucha gente no está en sus trabajos.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte ha estado incrementando sus presiones militares sobre el régimen de Moamar Gadafi. Aunque la mayoría de los bombardeos han ocurrido por la noche, los ataques nocturnos se han vuelto más frecuentes.
La incursión del viernes sigue a un ataque contra múltiples blancos el jueves por la noche.
Los nuevos ataques en la capital se producen en momentos en que las renovadas gestiones diplomáticas para poner fin a la guerra civil en Libia parecen estar consiguiendo impulso, aunque no hay indicios de que se logre un avance importante de inmediato.
Fuera de Trípoli, las fuerzas de Gadafi intercambiaron fuego de artillería con los rebeldes que lentamente están rompiendo el sitio del gobierno sobre su reducto occidental, el puerto de Misrata.
Los médicos en el hospital Hikma de Misrata dijeron que nueve combatientes rebeldes y una mujer que vivía cerca del lugar de la batalla murieron y 30 personas más resultaron heridas. Se desconocían las víctimas del lado de las fuerzas gubernamentales.
Proyectiles de artillería y misiles Grad cayeron en las líneas rebeldes, que seguían tratando de avanzar fuera de Misrata, unos 200 kilómetros 125 millas al oriente de la capital. Los ataques más intensos se registraron entre los pueblos de Dafniya y Zlitan, al poniente del puerto mediterráneo. Los rebeldes respondieron desde su frente, unos 32 kilómetros (20 millas) al oeste del puerto.
Durante semanas, los rebeldes han quedado sitiados en Misrata, una de varias ciudades que controlan en el poniente de Libia. El tercio oriental del país está bajo control de los rebeldes desde Bengasi, su capital de facto. En los últimos días, mientras los aviones de la OTAN han comenzado a intensificar los ataques contra las fuerzas, bases y depósitos de municiones gubernamentales, los rebeldes en Misrata han aprovechado para tratar de avanzar hacia Trípoli. Los combates han sido intensos en ese frente, y los rebeldes sólo han podido avanzar unos 32 kilómetros (20 millas).