Fuerzas tribales amenazan con marchar a la capital de Yemen
Saná, Agencias
Miles de hombres de tribus yemeníes se enfrentaron el jueves con las fuerzas del gobierno y se disponen a marchar hacia la capital para respaldar a sus camaradas de armas tras casi dos semanas de combates, que ha dejado al empobrecido país al borde de la guerra civil.
Los disparos de artillería y fusilería en Saná obligaron al cierre del aeropuerto principal de Yemen, situado en las afueras de la capital. En el sur, las fuerzas tribales atacaron a las fuerzas gubernamentales en la segunda ciudad del país, Taiz, ejemplo de cómo los combates de Saná amenazan con extenderse por todo el país, donde tiene su sede una de las facciones más activas de al-Qaida.
Casi cuatro meses de manifestaciones callejeras, mayormente pacíficas, en demanda de reformas democráticas y del fin de 33 años de gobierno del presidente Alí Abdalá Salé han dado paso a una ola de violencia entre las fuerzas de seguridad del mandatario y los seguidores del jeque Sadeq al-Ahmar, jefe de la confederación tribal más poderosa del país, la Hashid, que anunció su respaldo al movimiento de protesta.
El avance de nuevas fuerzas tribales hacia Saná pretende ampliar un conflicto que amenaza con degenerar en una guerra civil y una batalla por el poder. Dada la compleja red yemení de alianzas tribales y rivalidades familiares, el refuerzo de la presencia tribal podría atraer a otros sectores de las facciones armadas en un país donde casi todo el mundo tiene un fusil automático.
El Ministerio de Defensa yemení dijo en una declaración, por primera vez, que unidades de las fuerzas especiales, al mando del hijo de Salé, Ahmed, se han incorporado a la lucha. Esas unidades —entre las mejor pertrechadas y entrenadas de las fuerzas armadas de Yemen— se disponen a "liberar" varios edificios de Saná ocupados por los insurgentes de al-Ahmar, quienes ocuparon más de una decena de ministerios y edificios públicos desde que estalló la lucha la semana pasada.
Al menos 41 personas fallecieron el miércoles en enfrentamientos en diversos barrios de Saná.
Miles de hombres de tribus yemeníes se enfrentaron el jueves con las fuerzas del gobierno y se disponen a marchar hacia la capital para respaldar a sus camaradas de armas tras casi dos semanas de combates, que ha dejado al empobrecido país al borde de la guerra civil.
Los disparos de artillería y fusilería en Saná obligaron al cierre del aeropuerto principal de Yemen, situado en las afueras de la capital. En el sur, las fuerzas tribales atacaron a las fuerzas gubernamentales en la segunda ciudad del país, Taiz, ejemplo de cómo los combates de Saná amenazan con extenderse por todo el país, donde tiene su sede una de las facciones más activas de al-Qaida.
Casi cuatro meses de manifestaciones callejeras, mayormente pacíficas, en demanda de reformas democráticas y del fin de 33 años de gobierno del presidente Alí Abdalá Salé han dado paso a una ola de violencia entre las fuerzas de seguridad del mandatario y los seguidores del jeque Sadeq al-Ahmar, jefe de la confederación tribal más poderosa del país, la Hashid, que anunció su respaldo al movimiento de protesta.
El avance de nuevas fuerzas tribales hacia Saná pretende ampliar un conflicto que amenaza con degenerar en una guerra civil y una batalla por el poder. Dada la compleja red yemení de alianzas tribales y rivalidades familiares, el refuerzo de la presencia tribal podría atraer a otros sectores de las facciones armadas en un país donde casi todo el mundo tiene un fusil automático.
El Ministerio de Defensa yemení dijo en una declaración, por primera vez, que unidades de las fuerzas especiales, al mando del hijo de Salé, Ahmed, se han incorporado a la lucha. Esas unidades —entre las mejor pertrechadas y entrenadas de las fuerzas armadas de Yemen— se disponen a "liberar" varios edificios de Saná ocupados por los insurgentes de al-Ahmar, quienes ocuparon más de una decena de ministerios y edificios públicos desde que estalló la lucha la semana pasada.
Al menos 41 personas fallecieron el miércoles en enfrentamientos en diversos barrios de Saná.