Corte de la ONU emite órdenes de arresto por asesinato de Hariri

Beirut, Agencias
Un tribunal respaldado por la ONU emitió el jueves órdenes de arresto contra al menos un líder de Jezbolá y otros tres sospechosos por el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, el último giro en un caso que ha transformado a esta nación árabe y que provocó la caída del gobierno este año.

La implicación de la agrupación chiíta Jezbolá —el principal integrante del nuevo gobierno— amenaza con sumir al país en una nueva crisis de violencia, al avivar tensiones entre sunitas y chiítas.

El tribunal internacional emitió cargos formales y las órdenes de arresto el jueves sin revelar los nombres de los acusados. Pero un funcionario judicial que vio las órdenes le leyó los nombres a The Associated Press, solicitando preservar el anonimato por lo delicado del asunto.

Uno de los acusados en los documentos es Mustafá Badreddine, que se piensa era el vicecomandante militar de Jazbolá. Badreddine es cuñado del difunto comandante militar de la agrupación Imad Mughniyeh y es sospechoso además de estar involucrado en los ataques explosivos de 1983 contra las embajadas de Estados Unidos y Francia en Kuwait, en los que murieron cinco personas.

Los otros acusados son Salim Ayyash, conocido también como Abu Salim; Assad Sabra y Hassan Anise, quien se cambió el nombre a Hassan Issa.

Abraham Bryan, experto en asuntos de Jazbolá que escribe para el importante diario An-Nahar, dijo que Badreddine es el único sospechoso bien conocido nombrado en los documentos.

"Jezbolá mantiene envueltos en secreto a sus líderes militares", dijo. "Nadie conoce a los otros tres ... ¿Están vivos o muertos? ¿Son esos sus nombres verdaderos?".

Ahora las autoridades libanesas tienen 30 días para entregar las acusaciones formales a los sospechosos o ejecutar las ordenes de arresto. Si no cumplen, el tribunal podría ordenar que los cargos sean publicados y anunciados por los medios de comunicación locales.

Jezbolá no emitió declaraciones de inmediato.

La esperada acusación formal fue confirmada por la oficina del hijo de Hariri, Saad, seis años después del ataque contra su padre con un camión-bomba cerca de los muelles de Beirut el 14 de febrero de 2005.

Hariri, de 60 años, estuvo entre las 23 personas que murieron en la explosión.

"El gobierno libanés debería comprometerse a cooperar plenamente con la corte internacional y no vacilar en detener a los sospechosos y entregarlos a la justicia, que es el garante de la democracia y la estabilidad", dijo la oficina de Saad Hariri.

Saad Hariri también fue primer ministro de Líbano, pero fue desalojado en enero cuando Jezbolá y sus aliados derrocaron su gobierno en un conflicto en torno al tribunal.

Jezbolá, que también es respaldado por Siria, niega rotundamente que haya participado en el asesinato e insiste que el tribunal es una conspiración por parte de Israel y Estados Unidos.

La disputa sobre el tribunal compendia los conflictos más explosivos de Líbano: el papel de Jezbolá, que es la fuerza política y militar más poderosa en la nación; la oscura historia de violencia y divisiones sectarias del país; y la relación tensa de Líbano con su vecino Siria.

La acusación formal provoca temores sobre un posible resurgimiento de la violencia que ha asediado a este pequeño país de cuatro millones de personas durante años, incluidas una guerra civil de 1975 a 1990 y las batallas sectarias entre chiítas y sunitas en el 2008.

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