Brote de E.coli expone deficiencias en Alemania
Berlin, Agencias
La lucha contra el brote mortal de E. coli en Europa se desarrolló en medio de un continuo desorden. Y ahora que se estabiliza la crisis, las autoridades alemanas reconocen la necesidad de aprender muchas lecciones.
Entre los problemas: una maraña de autoridades federales y regionales, comunicación caótica y una estructura para informar al público que muchos consideran anticuada.
La aparición de los casos dio inicio en mayo y en las tres semanas posteriores el brote alcanzó el grado de crisis, con foco en la ciudad alemana de Hamburgo. Al parecer hay un declive del brote, el cual afectó a poco más de 3.000 personas, de las cuales 36 perecieron.
"Debemos tener una comunicación eficiente, con una sola voz, a fin de brindar a los ciudadanos la información necesaria, la transparencia necesaria", admitió el ministro de Salud, Daniel Bahr, después de que las autoridades determinaran el viernes que el brote se debió a germinados que contenían la bacteria y procedían de una granja en el norte de Alemania.
Un ejemplo: Las autoridades regionales habían señalado una semana antes a los germinados como la posible causa, pero se retractaron cuando los primeros análisis resultaron negativos.
En el ínterin, estuvo vigente una alerta contra pepinos, tomates y lechugas que se basó meramente en entrevistas a enfermos, con las consecuentes pérdidas para los agricultores, en especial de España.
Durante días, las autoridades de Hamburgo señalaron a los pepinos procedentes de España como la posible fuente de la enfermedad, pero los análisis mostraron que eran alimentos sanos.
El Comisionado de Salud de la Unión Europea advirtió en un momento a Alemania que se abstuviera de emitir conclusiones prematuras sobre la procedencia de los alimentos contaminados.
Los detractores aseguran que el brote expuso las debilidades del sistema federal de Alemania, que es respetado pero a veces voluminoso.
Junto a las instituciones nacionales, los 16 gobiernos estatales tienen sus propias autoridades de salud, lo cual puede resultar en cadenas largas de mando con potencial contraproducente ante la premura.
La publicación médica Lancet dijo en un editorial que "careció totalmente de coordinación la postura de las autoridades de salud de Alemania" y señaló que esa circunstancia puso de manifiesto una falta mayor de coordinación en Europa.
La prensa alemana fue mordaz. "Reina un revoltijo de responsabilidades", comentó en un editorial el diario alemán Sueddeutsche Zeitung.
Destacó que en la pugna estuvieron enzarzadas cuatro oficinas a nivel federal, los ministerios de salud estatales y las oficinas locales de salud.
La lucha contra el brote mortal de E. coli en Europa se desarrolló en medio de un continuo desorden. Y ahora que se estabiliza la crisis, las autoridades alemanas reconocen la necesidad de aprender muchas lecciones.
Entre los problemas: una maraña de autoridades federales y regionales, comunicación caótica y una estructura para informar al público que muchos consideran anticuada.
La aparición de los casos dio inicio en mayo y en las tres semanas posteriores el brote alcanzó el grado de crisis, con foco en la ciudad alemana de Hamburgo. Al parecer hay un declive del brote, el cual afectó a poco más de 3.000 personas, de las cuales 36 perecieron.
"Debemos tener una comunicación eficiente, con una sola voz, a fin de brindar a los ciudadanos la información necesaria, la transparencia necesaria", admitió el ministro de Salud, Daniel Bahr, después de que las autoridades determinaran el viernes que el brote se debió a germinados que contenían la bacteria y procedían de una granja en el norte de Alemania.
Un ejemplo: Las autoridades regionales habían señalado una semana antes a los germinados como la posible causa, pero se retractaron cuando los primeros análisis resultaron negativos.
En el ínterin, estuvo vigente una alerta contra pepinos, tomates y lechugas que se basó meramente en entrevistas a enfermos, con las consecuentes pérdidas para los agricultores, en especial de España.
Durante días, las autoridades de Hamburgo señalaron a los pepinos procedentes de España como la posible fuente de la enfermedad, pero los análisis mostraron que eran alimentos sanos.
El Comisionado de Salud de la Unión Europea advirtió en un momento a Alemania que se abstuviera de emitir conclusiones prematuras sobre la procedencia de los alimentos contaminados.
Los detractores aseguran que el brote expuso las debilidades del sistema federal de Alemania, que es respetado pero a veces voluminoso.
Junto a las instituciones nacionales, los 16 gobiernos estatales tienen sus propias autoridades de salud, lo cual puede resultar en cadenas largas de mando con potencial contraproducente ante la premura.
La publicación médica Lancet dijo en un editorial que "careció totalmente de coordinación la postura de las autoridades de salud de Alemania" y señaló que esa circunstancia puso de manifiesto una falta mayor de coordinación en Europa.
La prensa alemana fue mordaz. "Reina un revoltijo de responsabilidades", comentó en un editorial el diario alemán Sueddeutsche Zeitung.
Destacó que en la pugna estuvieron enzarzadas cuatro oficinas a nivel federal, los ministerios de salud estatales y las oficinas locales de salud.