Bahrein condena a activistas a cadena perpetua; hay protestas

Manam, Agencias
Un tribunal de seguridad sentenció el miércoles a ocho activistas chiíes a prisión perpetua e impuso largas penas de prisión a otros 13, desatando las primeras protestas grandes en meses por parte de manifestantes que demandan libertades políticas e igualdad de derechos.

Testigos dijeron que la Policía usó gas lacrimógeno contra manifestantes que trataban de alcanzar una céntrica plaza en Manama, la capital, que fue una vez escenario de su campaña por más libertades.

Luego de conocerse la sentencia, grupos de chiíes bloquearon calles con bolsas de arena y convocaron a marchas de protesta, que ocurrieron también en aldeas chiíes en las afueras de Manama.

Se trató de las primeras protestas grandes luego de meses de estrictas medidas de seguridad por la Policía y el ejército en Bahrein, un importante aliado estadounidense en la región y base de la Quinta Flota de la Armada de Estados Unidos.

La esposa de uno de los activistas dijo que él gritó "¡Nuestro pueblo exige libertad!" cuando se leyeron los veredictos. Los activistas fueron convictos de tratar de derrocar la monarquía suní del país y de tener lazos con "una organización terrorista extranjera".

"Es un veredicto político", dijo Nabil Rayab, presidente del Centro de Derechos Humanos de Bahrein. "Todos los convictos hoy fueron enjuiciados por sus actividades en favor del cambio y la democracia en Bahrein".

Furiosas muchedumbres salieron de nuevo a las calles tras el veredicto, pese a la fuerte presencia policial en toda la isla.

Las sentencias podrían poner en peligro los esfuerzos de los líderes suníes, que cuentan con el respaldo estadounidense, para entablar conversaciones la semana próxima con grupos chiíes, quienes han exigido el fin de los juicios políticos y el retiro de una fuerza regional encabezada por los saudíes para apuntalar a la familia gobernante en Bahrein.

Los chiíes representan 70% de la población del reino, pero dicen que enfrentan discriminación sistemática al ser privados de altos cargos gubernamentales y políticos.

Las protestas, inspiradas por los levantamientos recientes en el mundo árabe, han cobrado por lo menos 31 vidas y han puesto a las autoridades estadounidenses en la difícil posición de denunciar la violencia mientras apoyan a los gobernantes, que son considerados aliados militares clave.

Los gobernantes bahreiníes temen que todo progreso de los chiíes en el reino pueda abrir las puertas para una mayor influencia de Irán, una nación de mayoría chií que es el principal rival regional de las naciones de mayoría suní en el Golfo. Bahrein también acusa a Jezbolá, apoyada por Irán, de tener participación en las protestas.

Representantes de la oposición han negado esas acusaciones y dicen que el gobierno las usa como pretexto para la represión.

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