Obama inicia su visita de Estado al Reino Unido
Londres, Agencias
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue recibido con gran pompa por la reina Isabel II este martes, en la primera jornada de su visita de Estado al Reino Unido, que tuvo una nota de glamour añadido gracias a un encuentro con los príncipes Guillermo y Catalina.
La soberana británica y su esposo, Felipe, duque de Edimburgo, acogieron al mandatario norteamericano y a la primera dama, Michelle, que lucía un veraniego vestido estampado verde claro y una torera fucsia, a su llegada al palacio de Buckingham, donde residirán durante esta visita, destinada también a reafirmar la "relación especial" entre los dos países.
Los Obama, que dormirán en la lujosa suite 'Belga', en la que Guillermo y Catalina pasaron su noche de bodas el pasado 29 de abril, pudieron felicitar personalmente a los recién casados durante un encuentro privado de 20 minutos, que será la única participación de la joven pareja en esta visita.
Una foto difundida poco después mostró a Guillermo y a Catalina, muy bronceados tras su luna de miel en las Seychelles, charlando con el presidente y la primera dama, quienes siguieron la mediática ceremonia por televisión.
Tras la ceremonia protocolaria en los jardines del palacio, donde Barack Obama, saludado con 41 salvas de cañón, pasó revista a la Guardia de Honor, la pareja presidencial almorzó con sus reales anfitriones.
El presidente de Estados Unidos y su esposa mantienen una relación amistosa con la reina y su esposo desde que se conocieron, en abril de 2009, tres meses después de su llegada a la Casa Blanca, y fueron recibidos informalmente ese mismo año en Buckingham Palace con sus dos hijas, Sasha y Malia. "Hay una cordialidad genuina -y lo siento realmente- genuina entre las dos familias", declaró un portavoz del palacio.
En el tradicional intercambio de regalos, la reina ofreció a Barack Obama copias de la correspondencia que mantuvo la reina Victoria (1837-1901) con los sucesivos presidentes estadounidenses y a su esposa un broche de oro y coral.
A cambio, el mandatario norteamericano les hizo entrega de un álbum de cuero con fotos y otros recuerdos de la visita que hicieron a Estados Unidos los padres de Isabel, el rey Jorge VI y la 'Reina Madre' en 1939, así como varios objetos relacionados con la equitación, una de las pasiones de los Windsor.
Lo único que empañó este inicio de visita fueron las noticias procedentes de Estados Unidos. Obama se declaró "destrozado" por la devastación provocada por los tornados dejaron más de 100 muertos y anunció que visitará el domingo la zona más siniestrada, en Joplin (Misuri).
En esta jornada inaugural, esencialmente protocolaria, Obama depositó también una ofrenda floral en la Tumba del Soldado Desconocido, en la Abadía de Westminster, en el exterior de la cual se congregaron cientos de personas pese al fuerte dispositivo policial.
Por la noche, la pareja debía asistir a un banquete ofrecido en su honor en el palacio, con otros 170 invitados.
El resto de la estancia será más política, y estará dominada por conversaciones entre Obama y el primer ministro británico, David Cameron, a quien pasó a saludar brevemente en Downing Street antes de la reunión del miércoles.
En una tribuna publicada este martes en el diario The Times, Obama y Cameron alentaron al mundo árabe a movilizarse contra los regímenes autoritarios y represivos y se comprometieron a respaldar sus aspiraciones democráticas. "Respaldaremos a los que quieren iluminar la oscuridad, a los que buscan la libertad en lugar de represión y a los que colocan los fundamentos de la democracia", escribieron a dos días de la apertura de una cumbre del G8 centrada sobre este tema.
Los dos mandatarios se comprometieron también a reforzar la "relación especial" que mantienen los dos países, rebautizada "esencial" para la ocasión.
Tras disfrutar de una barbacoa en los jardines de Downing Street, Obama dirigirá el miércoles a las dos cámaras del parlamento británico, un honor que sólo tuvieron antes de él el ex presidente francés Charles de Gaulle, el ex mandatario sudafricano Nelson Mandela y el papa Benedicto XVI.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue recibido con gran pompa por la reina Isabel II este martes, en la primera jornada de su visita de Estado al Reino Unido, que tuvo una nota de glamour añadido gracias a un encuentro con los príncipes Guillermo y Catalina.
La soberana británica y su esposo, Felipe, duque de Edimburgo, acogieron al mandatario norteamericano y a la primera dama, Michelle, que lucía un veraniego vestido estampado verde claro y una torera fucsia, a su llegada al palacio de Buckingham, donde residirán durante esta visita, destinada también a reafirmar la "relación especial" entre los dos países.
Los Obama, que dormirán en la lujosa suite 'Belga', en la que Guillermo y Catalina pasaron su noche de bodas el pasado 29 de abril, pudieron felicitar personalmente a los recién casados durante un encuentro privado de 20 minutos, que será la única participación de la joven pareja en esta visita.
Una foto difundida poco después mostró a Guillermo y a Catalina, muy bronceados tras su luna de miel en las Seychelles, charlando con el presidente y la primera dama, quienes siguieron la mediática ceremonia por televisión.
Tras la ceremonia protocolaria en los jardines del palacio, donde Barack Obama, saludado con 41 salvas de cañón, pasó revista a la Guardia de Honor, la pareja presidencial almorzó con sus reales anfitriones.
El presidente de Estados Unidos y su esposa mantienen una relación amistosa con la reina y su esposo desde que se conocieron, en abril de 2009, tres meses después de su llegada a la Casa Blanca, y fueron recibidos informalmente ese mismo año en Buckingham Palace con sus dos hijas, Sasha y Malia. "Hay una cordialidad genuina -y lo siento realmente- genuina entre las dos familias", declaró un portavoz del palacio.
En el tradicional intercambio de regalos, la reina ofreció a Barack Obama copias de la correspondencia que mantuvo la reina Victoria (1837-1901) con los sucesivos presidentes estadounidenses y a su esposa un broche de oro y coral.
A cambio, el mandatario norteamericano les hizo entrega de un álbum de cuero con fotos y otros recuerdos de la visita que hicieron a Estados Unidos los padres de Isabel, el rey Jorge VI y la 'Reina Madre' en 1939, así como varios objetos relacionados con la equitación, una de las pasiones de los Windsor.
Lo único que empañó este inicio de visita fueron las noticias procedentes de Estados Unidos. Obama se declaró "destrozado" por la devastación provocada por los tornados dejaron más de 100 muertos y anunció que visitará el domingo la zona más siniestrada, en Joplin (Misuri).
En esta jornada inaugural, esencialmente protocolaria, Obama depositó también una ofrenda floral en la Tumba del Soldado Desconocido, en la Abadía de Westminster, en el exterior de la cual se congregaron cientos de personas pese al fuerte dispositivo policial.
Por la noche, la pareja debía asistir a un banquete ofrecido en su honor en el palacio, con otros 170 invitados.
El resto de la estancia será más política, y estará dominada por conversaciones entre Obama y el primer ministro británico, David Cameron, a quien pasó a saludar brevemente en Downing Street antes de la reunión del miércoles.
En una tribuna publicada este martes en el diario The Times, Obama y Cameron alentaron al mundo árabe a movilizarse contra los regímenes autoritarios y represivos y se comprometieron a respaldar sus aspiraciones democráticas. "Respaldaremos a los que quieren iluminar la oscuridad, a los que buscan la libertad en lugar de represión y a los que colocan los fundamentos de la democracia", escribieron a dos días de la apertura de una cumbre del G8 centrada sobre este tema.
Los dos mandatarios se comprometieron también a reforzar la "relación especial" que mantienen los dos países, rebautizada "esencial" para la ocasión.
Tras disfrutar de una barbacoa en los jardines de Downing Street, Obama dirigirá el miércoles a las dos cámaras del parlamento británico, un honor que sólo tuvieron antes de él el ex presidente francés Charles de Gaulle, el ex mandatario sudafricano Nelson Mandela y el papa Benedicto XVI.