Las revueltas populares han marginado a Al Qaeda en el mundo musulmán
Madrid, El País
La muerte de Osama bin Laden fue recibida con bastante indiferencia en el mundo árabe y musulmán, salvo un par de excepciones: los foros islamistas más fanáticos y los palestinos de Hamás. Al Qaeda ha quedado convertido en un grupo marginal, aunque mortífero, tras las revueltas árabes. El clamor popular en demanda de democracia, dignidad y libertad ha logrado derrocar ya a los autócratas de Túnez y Egipto, y mantiene movilizaciones cotidianas en Yemen y Siria y una guerra abierta en Libia. Unas revoluciones en las que no ha habido demandas religiosas ni expresiones de odio a Occidente.
"En algún momento la opinión pública árabe vio a Bin Laden como una esperanza de acabar con el modo en que Occidente lidia con los países árabes y musulmanes, pero ahora esas naciones dicen: nosotros solos haremos el cambio, no necesitamos que nadie hable en nuestro nombre", explicó Mahjood Zweiri, de la Universidad de Catar, a la agencia Reuters. Muchos árabes ven a Bin Laden como un mártir, pero también son muchos los que le culpan de que Occidente asocie al islam con el terrorismo.
Arabia Saudí, donde nació el líder de Al Qaeda, expresó su esperanza de que su muerte repercuta directamente en los esfuerzos internacionales en la lucha contra el terrorismo.
Los musulmanes integristas clamaron venganza en los foros radicales en Internet. "Que Dios te maldiga, Obama", "¡Americanos!, todavía es legal cortaros el cuello" u "Osama habrá muerto pero su mensaje de yihad nunca morirá", se podía leer en los foros integristas.
El primer ministro Ismail Haniya, del movimiento islamista palestino Hamás, condenó "el asesinato de un guerrero santo", Bin Laden. Analistas consultados por Reuters sugirieron que esta condena era un mensaje interno, en un intento de calmar a los grupos salafistas de Gaza.
Bien distinta fue la reacción de Fatah, aunque ambos partidos han anunciado su reconciliación. "Librarse de Bin Laden es bueno para la causa de la paz en todo el mundo, pero lo que cuenta es superar los discursos y métodos, los métodos violentos, creados y animados por Bin Laden y otros", afirmó Ghasan Jatib, el portavoz de la Autoridad Palestina, liderada por Fatah y que gobierna Cisjordania.
Los Hermanos Musulmanes, antes ilegales pero tolerados en Egipto y recién convertidos en partido político gracias a la revuelta democrática, aprovecharon el momento para pedir a Estados Unidos que saque sus tropas de los países musulmanes y reiterar: "Las revoluciones han probado que la democracia no es algo ajeno a Oriente Próximo y que no necesitamos ocupaciones extranjeras", dijo Essam al Erian, veterano miembro de este movimiento que renunció a la violencia hace décadas.
Este añadió que "con la muerte de Bin Laden se elimina una de las razones por las cuales se ha practicado la violencia en el mundo". Al Erian también hizo una petición clara al presidente estadounidense: "Es hora de que Obama se retire de Afganistán e Irak y acabe la ocupación de fuerzas estadounidenses y occidentales de todo el mundo, que han dañado a los países musulmanes durante tanto tiempo". Cualquier árabe tiene muy presente que la mayoría de las víctimas de las guerras lideradas por Estados Unidos tras el 11-S son iraquíes y afganos.
El presidente afgano, Hamid Karzai, calificó la noticia de "importante". En su opinión, "los talibanes deben aprender la lección y abandonar la lucha".
El Gobierno iraquí aseguró que "es un gran golpe en el ánimo de los miembros de Al Qaeda en Irak y la zona".
Para el primer ministro libanés en funciones, Saad Hariri, Bin Laden y Al Qaeda han sido una "mancha negra" en la historia del islam. "El daño que ha infligido a la imagen del islam y del mundo árabe no es menor que el causado por los enemigos de los árabes y de los musulmanes en el mundo".
Nadim Houry, de Human Rights Watch en Líbano, dijo a Reuters que "el tipo de desafíos que encarnaba Bin Laden en sus primeros tiempos probablemente excitaba la imaginación de algunos, pero los actos de violencia sin sentido destruyeron el atractivo que tuviera".
La muerte de Osama bin Laden fue recibida con bastante indiferencia en el mundo árabe y musulmán, salvo un par de excepciones: los foros islamistas más fanáticos y los palestinos de Hamás. Al Qaeda ha quedado convertido en un grupo marginal, aunque mortífero, tras las revueltas árabes. El clamor popular en demanda de democracia, dignidad y libertad ha logrado derrocar ya a los autócratas de Túnez y Egipto, y mantiene movilizaciones cotidianas en Yemen y Siria y una guerra abierta en Libia. Unas revoluciones en las que no ha habido demandas religiosas ni expresiones de odio a Occidente.
"En algún momento la opinión pública árabe vio a Bin Laden como una esperanza de acabar con el modo en que Occidente lidia con los países árabes y musulmanes, pero ahora esas naciones dicen: nosotros solos haremos el cambio, no necesitamos que nadie hable en nuestro nombre", explicó Mahjood Zweiri, de la Universidad de Catar, a la agencia Reuters. Muchos árabes ven a Bin Laden como un mártir, pero también son muchos los que le culpan de que Occidente asocie al islam con el terrorismo.
Arabia Saudí, donde nació el líder de Al Qaeda, expresó su esperanza de que su muerte repercuta directamente en los esfuerzos internacionales en la lucha contra el terrorismo.
Los musulmanes integristas clamaron venganza en los foros radicales en Internet. "Que Dios te maldiga, Obama", "¡Americanos!, todavía es legal cortaros el cuello" u "Osama habrá muerto pero su mensaje de yihad nunca morirá", se podía leer en los foros integristas.
El primer ministro Ismail Haniya, del movimiento islamista palestino Hamás, condenó "el asesinato de un guerrero santo", Bin Laden. Analistas consultados por Reuters sugirieron que esta condena era un mensaje interno, en un intento de calmar a los grupos salafistas de Gaza.
Bien distinta fue la reacción de Fatah, aunque ambos partidos han anunciado su reconciliación. "Librarse de Bin Laden es bueno para la causa de la paz en todo el mundo, pero lo que cuenta es superar los discursos y métodos, los métodos violentos, creados y animados por Bin Laden y otros", afirmó Ghasan Jatib, el portavoz de la Autoridad Palestina, liderada por Fatah y que gobierna Cisjordania.
Los Hermanos Musulmanes, antes ilegales pero tolerados en Egipto y recién convertidos en partido político gracias a la revuelta democrática, aprovecharon el momento para pedir a Estados Unidos que saque sus tropas de los países musulmanes y reiterar: "Las revoluciones han probado que la democracia no es algo ajeno a Oriente Próximo y que no necesitamos ocupaciones extranjeras", dijo Essam al Erian, veterano miembro de este movimiento que renunció a la violencia hace décadas.
Este añadió que "con la muerte de Bin Laden se elimina una de las razones por las cuales se ha practicado la violencia en el mundo". Al Erian también hizo una petición clara al presidente estadounidense: "Es hora de que Obama se retire de Afganistán e Irak y acabe la ocupación de fuerzas estadounidenses y occidentales de todo el mundo, que han dañado a los países musulmanes durante tanto tiempo". Cualquier árabe tiene muy presente que la mayoría de las víctimas de las guerras lideradas por Estados Unidos tras el 11-S son iraquíes y afganos.
El presidente afgano, Hamid Karzai, calificó la noticia de "importante". En su opinión, "los talibanes deben aprender la lección y abandonar la lucha".
El Gobierno iraquí aseguró que "es un gran golpe en el ánimo de los miembros de Al Qaeda en Irak y la zona".
Para el primer ministro libanés en funciones, Saad Hariri, Bin Laden y Al Qaeda han sido una "mancha negra" en la historia del islam. "El daño que ha infligido a la imagen del islam y del mundo árabe no es menor que el causado por los enemigos de los árabes y de los musulmanes en el mundo".
Nadim Houry, de Human Rights Watch en Líbano, dijo a Reuters que "el tipo de desafíos que encarnaba Bin Laden en sus primeros tiempos probablemente excitaba la imaginación de algunos, pero los actos de violencia sin sentido destruyeron el atractivo que tuviera".