Las heridas del 11-S no se cerrarán nunca para algunos neoyorquinos
Nueva York, Agencias
El presidente estadounidense, Barack Obama, buscó cerrar las heridas de los ataques del 11 de septiembre de 2001 con una ceremonia en la 'Zona Cero' de Nueva York, pero para algunos, las cicatrices emocionales y el miedo a que haya más conflictos pesan demasiado.
"Las cosas siempre quedarán grabadas en tu mente. Fue horrible y nadie será el mismo después de eso", dijo el vendedor Emilio Vásquez, de 45 años, tras unirse a una multitud de 2.000 personas para recibir al presidente Obama. "La muerte de Bin Laden no cambia nada. Todavía están por ahí en todo el mundo y esta lucha continuará", sostuvo.
Es una visión que muchos comparten en Nueva York, donde murieron la mayoría de las casi 3.000 víctimas de los atentados del 11 de septiembre.
La Casa Blanca dijo que la visita de Obama, en la que colocó una ofrenda floral y se reunió con familiares de los bomberos muertos, ayudaría "a los neoyorquinos y estadounidenses de todas partes a sentir que hubo un cierre". La ofrenda floral fue colocada en el preciso lugar donde se erigían las Torres Gemelas, derribadas por los ataques de la red islamista Al Qaeda, y tras años de retrasos finalmente se ven señales de renovación en el sitio que antes ocupaban.
Pese a la fuerte carga simbólica que tienen la muerte de Bin Laden y la renovación de la 'Zona Cero', nada puede borrar la ira y el miedo que todavía se siente en este lugar. "Vi a gente saltar de las ventanas el 11 de septiembre. Vi cómo eran esas personas", dijo el trabajador de la construcción Alfred Douglas, de 49 años. Aunque elogió a Obama por haber ordenado la operación militar contra Bin Laden, Douglas dijo que no se sentía completamente satisfecho. Para eso, le gustaría ver una fotografía del fallecido líder de Al Qaeda: "me gustaría ver el resultado final".
Raylene Stewart, una abogada de 43 años de edad, dijo que el exitoso operativo de las fuerzas estadounidenses debe ser puesto en su contexto. "Hasta que podamos ir al aeropuerto y no ver armas, no quitarnos los zapatos, no vaciar los cochecitos de bebé, hasta ese entonces nada ha cambiado", sostuvo.
Peggy, una trabajadora social de 44 años, dijo que el verdadero cambio se dará cuando Estados Unidos se retire de Afganistán, algo que ve como poco probable que suceda. "Me gustaría que (Obama) dijese que las guerras van a terminar y los soldados regresarán a casa", dijo. "Me gustaría que él dijese que estaremos a salvo ahora, pero claro que no puede garantizar eso".
Cuando la 'Zona Cero' era una ruina humeante, el entonces presidente, George W. Bush, pronunció un discurso clave en el que anunció el inicio de la llamada "guerra contra el terror", desatando años de conflictos en el mundo y la invasión de Irak.
Obama espera que esta visita, que se dio en circunstancias más favorables que las de su predecesor, ayude a definir su presidencia. Pero el estado de ánimo de los neoyorquinos muestra lo difícil que puede ser superar el 11 de septiembre, incluso con la muerte de Bin Laden. Aparcado en Broadway, a una manzana de la 'Zona Cero', había un camión de bomberos. Y en sus lados, estaban grabados en color oro los nombres de los 343 bomberos que murieron el 11 de septiembre. Arriba de los nombres, rezaba la siguiente una leyenda: "Nunca olvidar".
El presidente estadounidense, Barack Obama, buscó cerrar las heridas de los ataques del 11 de septiembre de 2001 con una ceremonia en la 'Zona Cero' de Nueva York, pero para algunos, las cicatrices emocionales y el miedo a que haya más conflictos pesan demasiado.
"Las cosas siempre quedarán grabadas en tu mente. Fue horrible y nadie será el mismo después de eso", dijo el vendedor Emilio Vásquez, de 45 años, tras unirse a una multitud de 2.000 personas para recibir al presidente Obama. "La muerte de Bin Laden no cambia nada. Todavía están por ahí en todo el mundo y esta lucha continuará", sostuvo.
Es una visión que muchos comparten en Nueva York, donde murieron la mayoría de las casi 3.000 víctimas de los atentados del 11 de septiembre.
La Casa Blanca dijo que la visita de Obama, en la que colocó una ofrenda floral y se reunió con familiares de los bomberos muertos, ayudaría "a los neoyorquinos y estadounidenses de todas partes a sentir que hubo un cierre". La ofrenda floral fue colocada en el preciso lugar donde se erigían las Torres Gemelas, derribadas por los ataques de la red islamista Al Qaeda, y tras años de retrasos finalmente se ven señales de renovación en el sitio que antes ocupaban.
Pese a la fuerte carga simbólica que tienen la muerte de Bin Laden y la renovación de la 'Zona Cero', nada puede borrar la ira y el miedo que todavía se siente en este lugar. "Vi a gente saltar de las ventanas el 11 de septiembre. Vi cómo eran esas personas", dijo el trabajador de la construcción Alfred Douglas, de 49 años. Aunque elogió a Obama por haber ordenado la operación militar contra Bin Laden, Douglas dijo que no se sentía completamente satisfecho. Para eso, le gustaría ver una fotografía del fallecido líder de Al Qaeda: "me gustaría ver el resultado final".
Raylene Stewart, una abogada de 43 años de edad, dijo que el exitoso operativo de las fuerzas estadounidenses debe ser puesto en su contexto. "Hasta que podamos ir al aeropuerto y no ver armas, no quitarnos los zapatos, no vaciar los cochecitos de bebé, hasta ese entonces nada ha cambiado", sostuvo.
Peggy, una trabajadora social de 44 años, dijo que el verdadero cambio se dará cuando Estados Unidos se retire de Afganistán, algo que ve como poco probable que suceda. "Me gustaría que (Obama) dijese que las guerras van a terminar y los soldados regresarán a casa", dijo. "Me gustaría que él dijese que estaremos a salvo ahora, pero claro que no puede garantizar eso".
Cuando la 'Zona Cero' era una ruina humeante, el entonces presidente, George W. Bush, pronunció un discurso clave en el que anunció el inicio de la llamada "guerra contra el terror", desatando años de conflictos en el mundo y la invasión de Irak.
Obama espera que esta visita, que se dio en circunstancias más favorables que las de su predecesor, ayude a definir su presidencia. Pero el estado de ánimo de los neoyorquinos muestra lo difícil que puede ser superar el 11 de septiembre, incluso con la muerte de Bin Laden. Aparcado en Broadway, a una manzana de la 'Zona Cero', había un camión de bomberos. Y en sus lados, estaban grabados en color oro los nombres de los 343 bomberos que murieron el 11 de septiembre. Arriba de los nombres, rezaba la siguiente una leyenda: "Nunca olvidar".