La muerte de un adolescente palestino dispara la tensión antes del Día de la Nakba
Jerusalén, Agencias
Los palestinos residentes en Israel se preparan para recordar la "Nakba", o "catástrofe" que para ellos supuso la creación del Estado judío, sometidos a una nueva legislación que les prohíbe conmemorar ese oscuro episodio de su propia historia.
Denominada la "Ley Nakba" y aprobada por el Parlamento israelí en marzo pasado, la legislación penaliza que el establecimiento de Israel se marque como una jornada de duelo, por considerarlo contrario a la naturaleza judía y democrática del Estado.
En virtud de su letra, los municipios, colegios y otros cuerpos con financiación pública que organicen eventos para conmemorar la Nakba son susceptibles de ser multados por las autoridades.
Al igual que lo hacen los palestinos en los territorios ocupados y en campos de refugiados de países vecinos, los que cuentan con ciudadanía israelí recuerdan año tras año el 15 de mayo el comienzo del exilio forzoso y la desposesión de sus propiedades tras la creación de Israel en 1948.
La Nakba es un elemento central del imaginario colectivo palestino, considerada una verdadera "tragedia" o "catástrofe" que sirve de punta de lanza a la causa palestina.
Pero la nueva legislación pretende acabar con ese fenómeno en Israel, o al menos, impedir que se difunda con fondos públicos.
La polémica ha sido contestada por la ONG Adalah, y la Asociación de Derechos Civiles en Israel (ACRI), junto a padres y alumnos de un colegio mixto árabe-judío, que apelaron al Supremo para que anule una ley que consideran "socava los fundamentos del estado y contradice sus valores".
La abogada Sawsan Zaher, del centro legal Adalah, cree que la ley "deslegitima el estatus de los palestinos en Israel como grupo nacional minoritario, su memoria histórica y su perspectiva política".
Y apunta que uno de los aspectos más peligrosos es que no sólo atañe a la conmemoración de la Nakba, "sino a cualquier crítica a la definición del Estado como estado judío".
A las condenas se han sumado diputados laboristas, de partidos de izquierdas, por supuesto árabes, que denuncian que se trata de un texto antidemocrático, que restringe la libertad de pensamiento, expresión y educación de la población árabe, que representa en torno al veinte por ciento de la ciudadanía.
Pero para muchos, no es un hecho aislado, sino el último eslabón de un rosario de leyes racistas y discriminatorias contra la población palestina de Israel, también conocida como los "árabe-israelíes".
"Esta ley forma parte de la atmósfera fascista que se vive en Israel y que no van sólo en contra de los árabes, sino de los judíos de izquierdas a los que considera traidores si se solidarizan con la lucha del pueblo palestino", explica a Efe Raja Zaatry, portavoz del Comité Arabe de Seguimiento para la Educación.
A la polémica se suma otra decisión adoptada por el Ministerio de Educación en 2009, que prohíbe en los libros de texto de los escolares árabes cualquier referencia del término Nakba.
Además, la narrativa histórica palestina no se enseña oficialmente en ningún libro de texto israelí.
"Este tipo de leyes reflejan verdaderamente el pánico entre los diputados de la derecha, que tratan de hacer desaparecer la identidad palestina del currículo educativo", agrega Zaatry.
También aborda otro debate educativo que surgió recientemente al convertirse el Holocausto en pregunta obligatoria en los exámenes finales de secundaria para los jóvenes palestinos-israelíes.
"Creemos que se debe enseñar el Holocausto como un hecho universal, pero no es lógico que no puedas enseñar una sola palabra sobre tu propia catástrofe, y no sólo a los árabes sino también a los judíos", se queja el portavoz del Comité de Seguimiento Arabe.
Pese a la atmósfera intimidatoria que precede a los actos conmemorativos de la Nakba, los ciudadanos palestinos de Israel piensan salir a las calles, organizar talleres y actos culturales para reivindicar más que nunca su lugar en la historia y su propia memoria como nación.
"No pedimos al Estado financiación para conmemorar la Nakba, pero es nuestra obligación moral desafiar esa legislación", advierte la abogada.
Con ocasión del Día de la Independencia en Israel, el pasado miércoles, unas 15.000 personas se dieron cita en una marcha hacia una aldea palestina de la Galilea para marcar la "tragedia".
Y es que, como comenta Zaatry, "no puedes respetar la identidad de los otros si no conoces la tuya propia".
Los palestinos residentes en Israel se preparan para recordar la "Nakba", o "catástrofe" que para ellos supuso la creación del Estado judío, sometidos a una nueva legislación que les prohíbe conmemorar ese oscuro episodio de su propia historia.
Denominada la "Ley Nakba" y aprobada por el Parlamento israelí en marzo pasado, la legislación penaliza que el establecimiento de Israel se marque como una jornada de duelo, por considerarlo contrario a la naturaleza judía y democrática del Estado.
En virtud de su letra, los municipios, colegios y otros cuerpos con financiación pública que organicen eventos para conmemorar la Nakba son susceptibles de ser multados por las autoridades.
Al igual que lo hacen los palestinos en los territorios ocupados y en campos de refugiados de países vecinos, los que cuentan con ciudadanía israelí recuerdan año tras año el 15 de mayo el comienzo del exilio forzoso y la desposesión de sus propiedades tras la creación de Israel en 1948.
La Nakba es un elemento central del imaginario colectivo palestino, considerada una verdadera "tragedia" o "catástrofe" que sirve de punta de lanza a la causa palestina.
Pero la nueva legislación pretende acabar con ese fenómeno en Israel, o al menos, impedir que se difunda con fondos públicos.
La polémica ha sido contestada por la ONG Adalah, y la Asociación de Derechos Civiles en Israel (ACRI), junto a padres y alumnos de un colegio mixto árabe-judío, que apelaron al Supremo para que anule una ley que consideran "socava los fundamentos del estado y contradice sus valores".
La abogada Sawsan Zaher, del centro legal Adalah, cree que la ley "deslegitima el estatus de los palestinos en Israel como grupo nacional minoritario, su memoria histórica y su perspectiva política".
Y apunta que uno de los aspectos más peligrosos es que no sólo atañe a la conmemoración de la Nakba, "sino a cualquier crítica a la definición del Estado como estado judío".
A las condenas se han sumado diputados laboristas, de partidos de izquierdas, por supuesto árabes, que denuncian que se trata de un texto antidemocrático, que restringe la libertad de pensamiento, expresión y educación de la población árabe, que representa en torno al veinte por ciento de la ciudadanía.
Pero para muchos, no es un hecho aislado, sino el último eslabón de un rosario de leyes racistas y discriminatorias contra la población palestina de Israel, también conocida como los "árabe-israelíes".
"Esta ley forma parte de la atmósfera fascista que se vive en Israel y que no van sólo en contra de los árabes, sino de los judíos de izquierdas a los que considera traidores si se solidarizan con la lucha del pueblo palestino", explica a Efe Raja Zaatry, portavoz del Comité Arabe de Seguimiento para la Educación.
A la polémica se suma otra decisión adoptada por el Ministerio de Educación en 2009, que prohíbe en los libros de texto de los escolares árabes cualquier referencia del término Nakba.
Además, la narrativa histórica palestina no se enseña oficialmente en ningún libro de texto israelí.
"Este tipo de leyes reflejan verdaderamente el pánico entre los diputados de la derecha, que tratan de hacer desaparecer la identidad palestina del currículo educativo", agrega Zaatry.
También aborda otro debate educativo que surgió recientemente al convertirse el Holocausto en pregunta obligatoria en los exámenes finales de secundaria para los jóvenes palestinos-israelíes.
"Creemos que se debe enseñar el Holocausto como un hecho universal, pero no es lógico que no puedas enseñar una sola palabra sobre tu propia catástrofe, y no sólo a los árabes sino también a los judíos", se queja el portavoz del Comité de Seguimiento Arabe.
Pese a la atmósfera intimidatoria que precede a los actos conmemorativos de la Nakba, los ciudadanos palestinos de Israel piensan salir a las calles, organizar talleres y actos culturales para reivindicar más que nunca su lugar en la historia y su propia memoria como nación.
"No pedimos al Estado financiación para conmemorar la Nakba, pero es nuestra obligación moral desafiar esa legislación", advierte la abogada.
Con ocasión del Día de la Independencia en Israel, el pasado miércoles, unas 15.000 personas se dieron cita en una marcha hacia una aldea palestina de la Galilea para marcar la "tragedia".
Y es que, como comenta Zaatry, "no puedes respetar la identidad de los otros si no conoces la tuya propia".