La basura desborda Nápoles a seis días de las municipales
Berlusconi manda el Ejército y los ciudadanos ironizan: "No la quitéis, nos gusta así"
Nápoles, Agencias
El cardenal de Nápoles, Crescenzio Sepe, ya no usa licencias retóricas: "Hemos tocado fondo, esperemos que encuentren pronto una solución para acabar con esta fea página de nuestra ciudad". El fiscal general, Giandomenico Lepore, participa en el debate político diciendo: "Es inútil seguir perdiendo tiempo, hay que abrir nuevos vertederos". Y Silvio Berlusconi, que llegó al poder en 2008 cabalgando la eterna emergencia de la basura napolitana, vuelve a poner en escena el mismo spot electoral a falta de seis días para las municipales. Ha enviado al Ejército (los llamados "marines de la basura") para limpiar la ciudad antes de su visita del cierre de campaña, prevista para el viernes próximo. Y mientras tanto, la población, casi acostumbrada desde hace 17 años a vivir entre ratas, mal olor e inmundicia, ironiza escribiendo en las paredes: "No os llevéis la 'monnezza', nos gusta así".
Las 4.000 toneladas de desperdicios, los roedores y las gaviotas voraces apenas dejan disfrutar de los monumentos, los caravaggios y el barroco, pero Nápoles sigue ejerciendo el magnetismo de siempre. Incluso los turistas que este fin de semana hacían gimnasia sorteando y saltando las colinas de bolsas de basura acumuladas en el centro parecen asumir que la capital de Campania debe ser visitada como la política y la Camorra han decidido que esté desde hace casi dos décadas; es decir, llena de porquería.
Basura más carteles
"Ya sabemos que uno se habitúa a todo", decía Franco, un patrón de barca que lleva turistas a las cercanas islas de Ischia y Procida, "pero en mi vida no había visto Nápoles peor que ahora". A la sensación de degradación contribuyen estos días los carteles electorales que anuncian las elecciones del domingo y el lunes. "Vota Trincone", afirma uno en el cercano municipio de Pozzuoli.
La batalla electoral se juega en Nápoles y Milán, sobre todo. Pero también se vota en Turín, Trieste, Cagliari, Bolonia y otros 1.000 municipios, además de en nueve provincias. La cita será un test político de primer orden para Berlusconi. Es la primera vez que se vota (pueden hacerlo unos 14 millones de ciudadanos) tras las imputaciones judiciales de prostitución de menores por el caso Ruby. Los sondeos aventuran que su debilitado carisma ayudará poco esta vez a los candidatos del Pueblo de la Libertad. Muchos pronostican una segunda vuelta en Milán y Nápoles y un gran crecimiento de la abstención, que puede superar el 40% en la capital del sur.
Mario Morcone, el candidato del Partido Democrático a la alcaldía napolitana, ha criticado el intento de fabricar de forma artificial un nuevo "milagro de la basura" después de meses en que el Gobierno "se ha desentendido del problema". La emergencia se pudrió de nuevo en marzo, y ha marcado la campaña. Gianni Lettieri, el candidato del PDL, ha sido agredido por algunos jóvenes airados. Le reprochan su cercanía a ambientes de la Camorra, que como suele, venderá su decisivo voto al mejor postor.
Nápoles, Agencias
El cardenal de Nápoles, Crescenzio Sepe, ya no usa licencias retóricas: "Hemos tocado fondo, esperemos que encuentren pronto una solución para acabar con esta fea página de nuestra ciudad". El fiscal general, Giandomenico Lepore, participa en el debate político diciendo: "Es inútil seguir perdiendo tiempo, hay que abrir nuevos vertederos". Y Silvio Berlusconi, que llegó al poder en 2008 cabalgando la eterna emergencia de la basura napolitana, vuelve a poner en escena el mismo spot electoral a falta de seis días para las municipales. Ha enviado al Ejército (los llamados "marines de la basura") para limpiar la ciudad antes de su visita del cierre de campaña, prevista para el viernes próximo. Y mientras tanto, la población, casi acostumbrada desde hace 17 años a vivir entre ratas, mal olor e inmundicia, ironiza escribiendo en las paredes: "No os llevéis la 'monnezza', nos gusta así".
Las 4.000 toneladas de desperdicios, los roedores y las gaviotas voraces apenas dejan disfrutar de los monumentos, los caravaggios y el barroco, pero Nápoles sigue ejerciendo el magnetismo de siempre. Incluso los turistas que este fin de semana hacían gimnasia sorteando y saltando las colinas de bolsas de basura acumuladas en el centro parecen asumir que la capital de Campania debe ser visitada como la política y la Camorra han decidido que esté desde hace casi dos décadas; es decir, llena de porquería.
Basura más carteles
"Ya sabemos que uno se habitúa a todo", decía Franco, un patrón de barca que lleva turistas a las cercanas islas de Ischia y Procida, "pero en mi vida no había visto Nápoles peor que ahora". A la sensación de degradación contribuyen estos días los carteles electorales que anuncian las elecciones del domingo y el lunes. "Vota Trincone", afirma uno en el cercano municipio de Pozzuoli.
La batalla electoral se juega en Nápoles y Milán, sobre todo. Pero también se vota en Turín, Trieste, Cagliari, Bolonia y otros 1.000 municipios, además de en nueve provincias. La cita será un test político de primer orden para Berlusconi. Es la primera vez que se vota (pueden hacerlo unos 14 millones de ciudadanos) tras las imputaciones judiciales de prostitución de menores por el caso Ruby. Los sondeos aventuran que su debilitado carisma ayudará poco esta vez a los candidatos del Pueblo de la Libertad. Muchos pronostican una segunda vuelta en Milán y Nápoles y un gran crecimiento de la abstención, que puede superar el 40% en la capital del sur.
Mario Morcone, el candidato del Partido Democrático a la alcaldía napolitana, ha criticado el intento de fabricar de forma artificial un nuevo "milagro de la basura" después de meses en que el Gobierno "se ha desentendido del problema". La emergencia se pudrió de nuevo en marzo, y ha marcado la campaña. Gianni Lettieri, el candidato del PDL, ha sido agredido por algunos jóvenes airados. Le reprochan su cercanía a ambientes de la Camorra, que como suele, venderá su decisivo voto al mejor postor.